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Cinco cosas del mundo de la cerveza que solo pasan en este lugar

Factoría Cruzcampo abre sus puertas en Sevilla. El proyecto aúna cultura cervecera, labor social de formación en hostelería y muestra todo el acento de la historia de la firma en un espacio único.

Con mucho acento y con mucha historia. Así es la nueva Factoría Cruzcampo, recién inaugurada en Sevilla. Nos adentramos en este espacio de 1.300 metros cuadrados para descubrir sus secretos y detalles sorprendentes de la cultura cervecera.

1-La importancia de las raíces

El imponente espacio industrial sevillano donde en 1904 se elaboró la primera cerveza Cruzcampo se ha transformado hoy en Factoría Cruzcampo. Tradición y modernidad se combinan en el edificio, reformado por el estudio de diseño LABMATIC. Lo que fue una fábrica ahora es un gran espacio diáfano lleno de luz, con techos altos y grandes ventanales en forma de arco, conservados de la estructura original. Porque el respeto a las raíces ha sido una de las claves de la rehabilitación: hay muros de ladrillo visto, se han conservado griferías de cobre y entre las dos plantas de la nave ‘flotan’ unos círculos de cemento que formaban parte de los antiguos depósitos. Allí, y solamente allí, en el barrio del Nervión de la ciudad andaluza, se puede conocer un espacio original pero reinventado para el futuro. «La idea fue ir despellejando las paredes, eliminando muros y forjados, para descubrir texturas e instalaciones que nos hablasen de su pasado industrial y nos sirviesen como telón de fondo romántico, brutal y veraz», subrayan los diseñadores Javier González Pontón y Javier Bootello, responsables de la restauración.

2-La caña perfecta, de una sola tirada

El tiraje es todo un arte. Y aquí se hace con mucho acento. La experiencia cervecera en Factoría Cruzcampo empieza refrescando el vaso y colocando la caña en una inclinación de 45º. Tras esto, la ponemos en vertical consiguiendo esos dos dedos perfectos de espuma. Explica Javier Soriano, Profesor de la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo, que la caña perfecta de su cerveza se hace de una sola tirada. Es una cerveza concebida especialmente para el clima cálido del sur, para beberse muy fría. Son algunas de las lecciones que aprendemos al visitar Factoría Cruzcampo, que ofrece visitas guiadas por su microcervecería adaptadas a los intereses de los asistentes. Se realizan en grupos de un máximo de 12 personas y su precio va de 10 a 35 euros. Por ejemplo, se puede elegir realizar una ‘cata con mucho duende’, una cata a ciegas en la que, tras cubrir los ojos con un antifaz, hay que averiguar las peculiaridades e ingredientes presentes en cada una de las cervezas que se prueban. «No hay respuestas equivocadas», subraya el maestro cervecero Juan Jiménez mientras guía a los visitantes por esa cata basada en el olfato y el gusto. Esta experiencia se puede ampliar con la ‘cata aliñá con gastronomía de la buena’, donde unas tapas acompañan la degustación, o con el ‘menú armonizado’ o el ‘tapeíto cervecero’, ya con una oferta gastronómica más amplia, elaborada por los alumnos del programa Talento Cruzcampo, combinada con maridajes con las cervezas de Factoría Cruzcampo.

Así es la caña perfecta de Cruzcampo.
Así es la caña perfecta de Cruzcampo.D. R.

3-Aquí manda la creatividad sin límites

Irene Pascual y Juan Jiménez desprenden entusiasmo mientras explican los secretos que esconden los tanques de su microcervecería. Ellos, procedentes del mundo de la cerveza artesana, son los maestros cerveceros de Factoría Cruzcampo, que es un laboratorio donde imaginan, experimentan y crean. Explican detenidamente cómo es el proceso detrás de la caña que degusta el visitante: primero la molienda de los ingredientes, que luego se macera y filtran, para más tarde proceder a la cocción y el lupulado, el enfriamiento, la fermentación y la maduración. Y, por fin, el tiraje de una cerveza que va directa desde los tanques de la primera planta a los grifos de la entrada. Calculan que cada año podrán elaborar hasta 30 recetas diferentes y, de momento, ya tienen cuatro creaciones que los visitantes pueden probar, en exclusiva, en Factoría Cruzcampo. La primera de estas cervezas ‘con mucho acento’ ha sido ‘Mijita’, suave, fresca y con solo 1,6º de alcohol. Las otras tres elaboraciones que han ideado Pascual y Jiménez son la dubbel belga ‘Coraje’, la IPA ‘Duende’ y ‘La Descará’, una excepcional cerveza a base de naranjas y miel de azahar creada expresamente para la inauguración del establecimiento. «Es una cerveza con mucho acento. Nace como una cerveza diferente y descarada con un tono anaranjado y sabor dulzón gracias a la miel de azahar de Lora del Río y toques refrescantes que le aportan las naranjas», precisa el maestro cervecero.

Irene Pascual y Juan Jiménez son los jóvenes maestros cerveceros al frente de la investigación en Factoría Cruzcampo.
Irene Pascual y Juan Jiménez son los jóvenes maestros cerveceros al frente de la investigación en Factoría Cruzcampo.D. R.

4-Talento para el futuro

Pero Factoría Cruzcampo no es solo un espacio dedicado a la cultura cervecera, también está volcado con la acción social. El edificio había sido sede desde 1995 de la Fundación Cruzcampo. Su directora, Regla Bejarano, recalca la importancia de que en él se acojan de nuevo proyectos como Talento Cruzcampo, a través del cual se forma a jóvenes de entre 18 y 30 años para mejorar su empleabilidad e impulsar la hostelería, descubriendo sus talentos y brindándolos a un sector en plena transformación. Allí aprenden todas las labores del mundo de la hostelería: cocinar, servir, tirar una buena caña y cómo funciona la organización de un local, poniendo foco en la práctica y en la adquisición de competencias diferenciales como las digitales o las medioambientales. «Lo lanzamos en noviembre de 2020 y está compuesto por tres itinerarios, el personal, el profesional y el de inserción laboral», subraya Bejarano. La formación dura 10 meses y se completa con unas prácticas en entidades colaboradoras. Para esta primera convocatoria del programa –la que han denominado como generación #FUERZABAR– recibieron más de 500 solicitudes, de entre las que eligieron a 40 becados de 8 nacionalidades distintas, y en septiembre arrancará una nueva edición. «Lo recaudado en Factoría Cruzcampo financiará los programas de la Fundación, cada visita ayudará a becar a más jóvenes en búsqueda de oportunidades en las que desarrollar su talento: el mejor acento para salir adelante», subraya Bejarano. La jienense Alba Marchena, una de las becadas, resume así por qué quiso participar en Talento Cruzcampo y lo que está aprendiendo con esta experiencia: «Quiero cumplir mi sueño: llegar a tener mi propio restaurante y dedicarme a lo que mejor se me da, hacer disfrutar a los demás a través de la gastronomía, especialmente con la atención al comensal. En este viaje, agradezco que me acompañe gente distinta a mí, aprender de personas que han sabido sacarse partido en aquello que mejor saben hacer».

Los becados de Talento Cruzcampo preparan los menús y sirven las comandas.
Los becados de Talento Cruzcampo preparan los menús y sirven las comandas.D. R.

5-Con mucho arte

Ya desde su fachada, Factoría Cruzcampo anuncia su particular alianza con el arte. Para el mural exterior que recibe al visitante, el artista bonaerense afincado en España Tato Repetto se ha inspirado en las raíces de Cruzcampo y cómo han sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia e identidad. Esta obra representa el paso del tiempo desde la imagen de uno de los hermanos Osborne (quienes fundaron en ese mismo lugar la fábrica original de Cruzcampo), a Lucía, una de las participantes de Talento Cruzcampo que, con una gran sonrisa, representa todo el talento e ilusión que este lugar representa para Cruzcampo y su Fundación.

La creatividad rige Cruzcampo. Si este año el anuncio ‘Con mucho acento’, un homenaje a la autenticidad de Lola Flores, se volvió viral –y conquistó premios como El Sol–, ahora su cerveza Cruzcampo Especial se viste también en unas Ediciones Limitadas con mucho arte, gracias a las ilustraciones creadas por seis jóvenes artistas andaluces para sus botellines y latas. Palabras como ‘Coraje’, ‘Duende’, ‘Poderío’ o ‘Flama’ han sido representadas gráficamente por los malagueños Guillermo Anguita y Pedrita Parker, la cordobesa Almudena Castillejo, el granadino Ahrde, la sevillana Elena Serrato y los gaditanos Rebombo Estudio. Todos ellos han puesto su acento  en la cerveza con más poderío de la marca, que estrena Ediciones Limitadas junto con su nueva receta con malta caramelo reinventando su centenaria receta de 1904. “Seguimos manoseando nuestras raíces para evolucionar, hacer cosas distintas y conseguir la mejor versión de nosotros mismos”, explica la maestra cervecera Lala Fernández.

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