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Así son las mejores residencias de artistas de España

Las grandes promesas buscan la inspiración en masías que están en medio de la nada, en edificios históricos de las principales ciudades o en conventos en mitad del campo.

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Videoartistas, performers, pintores, escultores, músicos o escritores. Los creadores cuentan con el apoyo de muchos, y variopintos, anfitriones en España para desarrollar su actividad. Los pioneros fueron La Residencia de Estudiantes y la Casa de Velázquez, ambas en Madrid, pero después han surgido otras nuevas, enfocadas a artistas contemporáneos, como Hangar, en Barcelona, o Valparaíso, en Almería. Las hay, también, con ilustre nombre propio, como la Fundación Antonio Gala, que –al igual que Centro Negra, Can Serrat y la Fragu– se halla en zona rural. 

Hangar (Barcelona)

Alicia Framis, Montserrat Soto o Joan Morey son algunos de los artistas más relevantes que han pasado por aquí desde que en 1997 abrió sus puertas la Asociación de Artistas Visuales de Catalunya. «La residencia ofrece alojamiento en la antigua casa del guarda del recinto Can Ricart. El objetivo es que convivan de dos a cuatro personas con el fin de promover y enriquecer el intercambio de experiencias y conocimientos más allá de los propios proyectos individuales», explica la directora, Tere Badia. Tienen 18 talleres y los huéspedes pueden disponer de ellos durante un máximo de dos años, con una beca de larga duración, y de uno a tres meses, con las ayudas más cortas.

MAC (A Coruña)

Enfocado hacia la producción artística local, el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa de A Coruña cuenta con un programa de residencias artísticas que ofrece espacios de trabajo comunes. El centro no tiene alojamientos en sus instalaciones, pero se hace cargo de la estancia y la manutención a través de becas. Otorgan 10 al año; seis de ellas, reservadas a gallegos. También acogen a profesionales de la cultura como gestores o comisarios.

Fundación Antonio Gala (Córdoba)

Creada por el escritor en un convento cordobés del siglo XVII, está dirigida a acoger por periodos de ocho meses a jóvenes creadores de entre 18 y 25 años. «Nuestra filosofía es la fecundación cruzada. Consiste en que cada uno de los escritores, artistas plásticos y visuales y compositores musicales exponga a los demás los avances de su proyecto y se someta a sus críticas o alabanzas. Aquí es donde sale el verdadero enriquecimiento personal», explican en la institución. Por este convento han pasado Guillermo Mora, Cristina Morales o Aixa de la Cruz, entre muchos.

En 2002, Antonio Gala creó su propia fundación. Su lema, «Ponme como un sello en el corazón», es un verso del ‘Cantar de los Cantares’.

Fundación Antonio Gala

La Residencia de Estudiantes (Madrid)

Ellos afirman que desde su creación en 1910 y hasta la Guerra Civil fueron el primer centro cultural de España. Entre sus muros vivieron Juan Ramón Jiménez, Unamuno, Buñuel, Lorca, Dalí o Pedro Salinas. En 1986 se inició una nueva etapa y desde entonces ofrecen nueve becas al año para estudiantes de posgrado (Ciencias Sociales y Humanidades y Ciencias de la Naturaleza y Tecnología), creadores y artistas que no superen la treintena. La actividad cultural abierta al público es atractiva por sus recitales, conferencias y conciertos. Además, tienen un servicio de alojamiento que funciona como un hotel de 90 habitaciones.

Centro Negra (Murcia)

AADK Spain nació de la plataforma Aktuelle Architektur Der Kultur (Arquitectura Actual de la Cultura), fundada en Berlín en 2006 por Jochen Arbeit, Vânia Rovisco y Abraham Hurtado. Seis años después, Hurtado regresó a su lugar de origen, el pueblo murciano Blanca, y creó un espacio de investigación y creación contemporánea en el corazón del Valle de Ricote. A la hora de seleccionar a los residentes de Centro Negra dan prioridad a aquellos cuya obra destile un carácter experimental. «Se tiene que enmarcar en el arte y pensamiento contemporáneos. Han de enlazar su línea de trabajo con las de nuestro programa de cuerpo, territorio y espacio», explica Abraham. No hay limitaciones de disciplinas y a partir de 2016 los artistas podrán estar hasta seis meses.

Fundación Valparaíso (Almería)

Paul y Beatrice Beckett viajaron por España en 1952 y se enamoraron de Mojácar, donde decidieron instalarse para ayudar a otros artistas. En 1990 crearon su fundación en una antigua almazara, entre naranjos y olivos, a dos kilómetros de la playa, enfocada a aquellos que ya hayan sido reconocidos profesionalmente. «Aunque podemos conceder becas a noveles que, a juicio del Patronato, muestren una destacada capacidad creativa», aclara Teresa Santiago. Cuenta con cuatro talleres individuales para pintores, escultores o artistas plásticos y un auditorio para música. «Ofrecemos un lugar tranquilo donde puedan concentrarse en su trabajo creativo, libres de las distracciones y los deberes diarios», dice Santiago.

La Fundación Valparaíso, a un kilómetro de Mojácar (Almería).

D.R.

Casa de Velázquez (Madrid)

Los pintores José Guerrero, Juan de Ribera Berenguer o más recientemente Lina Vila han tenido aquí su hogar. La Casa de Velázquez se inauguró en 1928 en un terreno de la madrileña zona de Moncloa que el Estado español cedió a Francia. Desde entonces, es una institución pública gala que ha alojado a varias generaciones. «Tiene como misión desarrollar actividades creadoras e investigadoras relacionadas con las artes, las lenguas y las sociedades de los países íberos, latinoamericanos y del Magreb», explica su encargado de comunicación Matthieu Iandolino (casadevelazquez.org).

Can Serrat (Barcelona)

«En 1988, 12 artistas noruegos crearon Can Serrat con el fin de disfrutar de un espacio comunitario emocionante y artístico», cuenta Sophie. Veintisiete años después, la masía en la que se asentaron, ubicada en El Bruc, a 45 kilómetros de Barcelona, sigue en pie. Ofrecen cuatro convocatorias al año, dos para escritores y otras tantas dirigidas a artistas visuales. Y en cada una de estas ocasiones becan a uno, así que son cuatro los afortunados al año. La estancia no dura más de tres meses y sirve tanto para nacionales como para internacionales. El jurado que lo decide está formado por artistas profesionales y comisarios del mundo del arte (canserrat.org).

La Fragua (Córdoba)

«Nos gusta seleccionar a artistas cuyo trabajo cuesta entender a simple vista. Creadores que nos proponen proyectos para realizar aquí que no son copias de lo que ya hacen en sus estudios. Les decimos que piensen a lo grande», explica Javi Orcaray, uno de los responsables. Esta asociación está ubicada en el convento de Santa Clara de Belalcázar, un pueblo del Valle de los Pedroches, cuyos 2.500 habitantes están abiertos a participar en proyectos de colaboración con los residentes. Suelen quedarse entre uno y tres meses (lafragua.eu).

La Fragua está en un convento cordobés del siglo XV. La obra es de Anders Grønlien.

D.R.

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