6 posibles finales para el último episodio de ‘Girls’
AVISO: ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS. Para que la espera para ver el último episodio sea más llevadera, imaginamos seis posibles maneras de acabar con la historia.
Lo sabíamos desde hace más de un año, que este día llegaría. Que Girls terminaría al final de su sexta temporada y nunca volveríamos a saber nada de Hannah Horvath, Marnie Marie Michaels, Jessa Johansson y Shoshanna Shapiro. Ahora la fecha temida está aquí. Este domingo 16 de abril se emitirá en Estados Unidos (automáticamente se colgará en HBO España y, unas horas más tarde, en Movistar +) el último capítulo y veremos por fin si la serie acaba a lo Seinfeld, con una conclusión entre cínica y absurda, y enteramente fiel al espíritu de la serie, a lo Friends, con los “dolores del crecimiento” resueltos de manera firme pero amable, o a lo Big Little Lies –ese final redondo, y desvergonzadamente satisfactorio que hace ver que los últimos 20 años de la historia de la televisión, y los últimos 100 de la literatura no hubieran existido jamás–. No va mucho con el estilo de Lena Dunham concluir a lo Sopranos, con una escena abierta a la interpretación que deje a los fanboys y fangirls dilucidando hasta la eternidad.
[AVISO: ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE LA SEXTA TEMPORADA]
Antes de ponernos a especular, repasemos las pistas que tenemos tanto de dentro como de fuera de la serie, empezando por una fundamental: en la finale no estarán Jessa ni Shoshanna. Repito: nada de Jessa. Cero Shoshanna. Ni Elijah, por cierto, pero ese nos duele menos porque el personaje de Andrew Rannells ha acaparado mucho metraje en la sexta temporada. Lo de las chicas lo reveló la propia Dunham en su Instagram, dedicando un post a las dos primas en la ficción en el que daba las gracias a Jemima Kirke y Zosia Mamet por “esa loca energía a lo Hepburn y Tracy que nos ha hecho reir tanto”.
Las bajas no acaban ahí. Tampoco veremos en el último capítulo a Ray ni a Adam. Eso lo dejó claro la creadora de la serie en los vídeos que cuelga HBO titulados Inside the episode, en los que Dunham, su socia, Jenni Konner y el productor Judd Apatow diseccionan cada capítulo. En la pieza sobre el antepenúltimo capítulo, ¿Y ahora qué vamos a hacer con Adam?, dijeron que se alegraban de darle a Ray ese final, emparejado con el personaje de Aidy Bryant. “Me hace tan feliz pensar que acaba con esta pija que está contenta con todo”, señaló Konner. Respecto a Adam, Dunham habló de su experiencia trabajando con Driver, que empezó la serie como un actor de físico extraño al que nadie daba trabajo y lo acaba convertido en una estrella de Hollywood que combina los Star Wars con los jarmusches. “Fue muy emocional rodar ese capítulo porque Adam ha sido un compañero increíble y un maestro para mí. Sabía que esa era la última vez que actuaríamos juntos, así que había una sensación agridulce”, dijo.
¿Qué nos queda entonces?, ¿Un mano a mano entre Hannah y Marnie?, ¿una aparición de Loreen, la madre de Hannah, a la que dejamos a mitad de temporada francamente deprimida y con una creciente adicción a los opiáceos? Sin ofender al personaje de Becky Ann Baker, la verdad, no es lo mismo. La famosa reunión entre los cuatro personajes principales, tras dos temporadas en las que apenas se han visto el pelo y han llevado vidas paralelas, supo a muy poco. El encuentro en el lavabo en el penúltimo capítulo, Ronda de despedida, muy publicitado por la cadena y por los actores en sus redes, al final resultó ser muy breve y muy triste. Tuvo momentos chispeantes, como cuando Shoshanna le dice a Hannah que, con su peto vaquero y su bombo, parece salida del reality Embarazada a los 16 y ésta le contesta que eso no es ningún insulto porque significaría que la ha dejado embarazada un jugador de fútbol americano. O cuando Jessa le pregunta incrédula a Marnie si nunca ha cagado en la calle. Esta contesta que no y Jessa responde de la manera más Jessa posible, poniendo los ojos en blanco: “Dios mío, eres imposible”. ¡Por los clavos de Cristo, nadie que tenga a mano a seres humanos con los que mantener diálogos así debería echarlos a perder! Y sin embargo, la escena se recordará por las palabras de Shoshanna, dirigidas a todas ellas: “Esta es la razón por la que no podemos quedar ya para hacer cosas. Porque no podemos estar en la misma habitación sin que una de nosotras piense que ella es la completa y absoluta protagonista. En este momento, resulta ser Hannah”. Y a continuación les informa de que las chicas guays de “ahí fuera” que asisten a su fiesta de compromiso, con “sus trabajos, sus personalidades y sus bolsos caros”, son sus amigas ahora. Venga ya, Shosh.
Apatow dice de este momento en el Inside the episode que es como si el personaje de Zosia Mamet invalidara toda la serie y dijera que los últimos seis años han sido una pérdida de tiempo. Esa, que las amistades de juventud no sirven para el paso a la madurez y que es infantil creer que uno puede hacerse mayor y seguir confiando en una serie de personas que aparecieron en su vida de la manera más aleatoria, NO puede ser la conclusión de la serie. Resulta demasiado deprimente y esconde el hecho empíricamente comprobable de que hay vínculos que se mantienen a lo largo de los años, aunque sea por costumbre, por cariño o porque la exasperación también es una forma de ejercer la amistad. Con cierta esperanza para una redención del cuarteto original, repasamos los posibles escenarios para el último capítulo:
1. Paul-Louis entra en escena: Estaríamos a favor, aunque solo fuera por volver a disfrutar de unos minutos de la presencia en pantalla de Riz Ahmed. El padre del hijo de Hannah, inmerso en su carrera de esquiador acuático, dejó claro cuando se enteró del embarazo que le iba estupendamente bien la oferta de no hacerse cargo de nada. Pero quizá cambia de opinión en el último minuto y llega al Norte del estado de Nueva York, adónde Hannah se ha mudado para “explicar el Internet” a los post-millennials, a tiempo para el alumbramiento. ¿Quizá llegan a un arreglo no-sexual según el cual Paul-Louis se ocupa del niño mientras Hannah va a la facultad y por las tardes él se dedica a dar clases de skate boarding a los hijos de los miembros del claustro?
2. Vuelve Joshua. Dunham quiso que Hannah se enterase de su embarazo de la manera más humillante posible, así que al principio de la temporada rescató al personaje de Joshua, el doctor interpretado por Patrick Wilson con el que pasó un día extraño (y conmovedor) en la segunda temporada. Ese capítulo, One Man’s Trash, es de los mas polarizantes de la serie. En Slate se preguntaron si era el peor de la serie, mientras que otros lo declararon sublime. No sabemos a qué ginecólogo ha ido Hannah, pero, ¿podría aparecer de nuevo Joshua en el hospital y dispensar a Hannah con palabras de ánimo frente a lo que se le viene encima como madre soltera?, ¿momento que aprovecharía Marnie, quien, recordemos, SÍ saldrá en el último capítulo, para flirtear con el doctor descaradísimamente? Marnie Marie no se ha portado lo suficientemente bien esta temporada, ni ninguna, como para acabar con un tipo tan decente.
3. Fran se ofrece a hacer de padre. El niño de Hannah ya ha tenido dos ofertas de paternidad responsable, si bien poco creíbles: la de Adam y, brevemente, la del vecino chalado Laird, que ya tiene bastante con su hija, la lunáticamente llamada Sample. En realidad sólo ha habido un hombre en la vida de la protagonista que hubiera estado encantado de acudir a todas las clases preparto y se hubiese acordado de colocar protectores en los enchufes de la casa. Y ese es Fran, su único novio formal. Ahora, también le hubiera mirado fatal si se le hubiese ocurrido comer sushi y tomar una copa de vino durante el embarazo y sería, definitivamente, uno de esos hombres que juzgan a las mujeres que abandonan la lactancia materna a las dos semanas obviando el pequeño detalle de que ellos no tienen pechos lactantes (ni por tanto mastitis, ni depresión posparto ni ganas de hacer otra cosa que amamantar a demanda). La ruptura entre Hannah y Fran fue brutal pero sospechamos que él nunca la ha olvidado y que ahora pasa sus noches aburriéndose con alguna chica mucho más estable y recordando los días en los que salvó –así lo ve él– a aquella pequeña salvaje ingrata.
4. Marnie, madrina. ¿Por qué no un escenario a lo Alicia Borrachero y Belén Rueda en Periodistas, con Marnie y Hannah viviendo juntas, como al princpio de la serie y criando al bebé como una microcélula de convivencia feminista? Marnie podría participar en las noches folk del pueblo y hasta encargarse de la college radio, donde pronto despuntaría con un programa de consejos que la llevaría a su destino final, convertirse en una Oprah para milénicos.
5. Las paces, en diferido. Que no aparezcan Adam, Jessa ni Shoshanna (todavía no lo hemos digerido) no quiere decir que no haya mensajes suyos. Es posible que Shosh, de camino a su luna de miel en Okinawa, se acuerde de enviar una nota de voz a Hannah en la que utilice esa verborrea anime suya tan encantadora para invalidar todo lo que dijo en el último capítulo. O que Adam escriba una carta –por supuesto que Adam no tiene whatsapp– anunciando que tiene una gira teatral que pasa por el Norte de Nueva York y que le gustaría conocer al pequeño Lou Horvath, llamado así en honor a su abuela Loreen (en realidad, no, pero eso es lo que Hannah le dice su madre). La historia entre Adam y Hannah tuvo el final que merecía en el perturbador ¿Qué vamos a hacer ahora con Adam?, cuando los dos comprenden de manera bastante cruel que no están hecho para estar juntos como adultos.
6. Nuevos horizontes. Hay amigos para emborracharse hasta perder el conocimiento, amigos que te ayudan con la Renta y amigos que se acuerdan de que hoy operaban a tu abuela nonagenaria de cataratas. Todos tienen su momento y su encanto. Esa podría ser una de las conclusiones de la serie, puesta en práctica con la nueva vida de Hannah. Puede que apenas vaya a cruzarse más con Marnie o con Jessa, y mucho menos con Shoshanna (nos duele escribir esto), pero eso deja hueco en su vida para nuevas relaciones. Imaginamos a Hannah compartiendo noches de Netflix, perdón de HBO, y drogas de prescripción facultativa con la profesora que la ficha, interpretada pro Ann Dowd, o con algún joven doctorando gay que lleva 10 años redactando su tesis sobre el papel de Mary Tyler Moore en el feminismo de segunda ola.
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