El «caballito» de Ralph Lauren es un pura sangre español

Aunque los ha intercalado con esas boinas de la discordia que tan afrancesadas les parecieron a los detractores de sus uniformes olímpicos, Ralph Lauren ha hecho del sombrero cordobés, un tanto apamelado, eso también, uno de los elementos centrales de su desfile Primavera/Verano 2013. 

Si bien la última vez que asociamos al diseñador con el folclore español fue cuando Penélope Cruz ejerció de imagen de la firma, los volantes, los flecos, las toreras, los mantones y brocados, han sido siempre una constante mestizada en sus colecciones. De hecho es posible que alguno de los vestidos rojos vistos sobre la pasarela no diste mucho del diseño descartado por la actriz española en la pasada edición de los Oscar. Y es que mucho se especuló entonces con que Pe iba a llevar un Ralph Lauren color grana.

Oro, azabache, verde, y azul, son el resto de tonos que se reparten entre ponchos, sastres de hechura y corto jinete o largas faldas de amazona, así como estrechísimos pantalones estilo traje de luces que a diferencia de los de los toreros: no incorporan taleguilla.

No falta el pañuelo anudado al cuello que muchos asociarán al toque francés pero que bien podría recordar a los San Fermines de Ernest Hemingway. Una de las figuras de la cultura norteamericana que más han inspirado a Ralph Lauren -a él le debe su obsesión por los jerséis- junto con F. Scott Fitzgerald. Imprescindibles son también las corbatas y camisas blancas de inspiración Diane Keaton. Ambas piezas actúan como nexo de unión entre esa inclinación a lo El Gran Gatsby y Annie Hall tan indisociablemente Lauren, y las concesiones a las raíces y tradiciones gaucha o andaluza.