Nike, Balenciaga, Nanushka o Net-a-porter: la moda se posiciona contra el ataque de Rusia a Ucrania. Ahora sí
«Respetamos al pueblo ruso, sabemos que no es su decisión. Pero, en base a nuestros valores morales, nos es imposible hacer negocios con Rusia».
Parece que a la industria de la moda el inicio del ataque de Rusia a Ucrania hace una semana la pilló distraída entre desfiles. Las firmas, que suelen acudir raudas a posicionarse a favor de distintas causas en sus redes sociales, se han demorado en esta ocasión. Hasta el domingo, en mitad de la semana de la moda de Milán, el único gesto significativo había sido el de Giorgio Armani, que hizo que las modelos recorrieran su pasarela en completo silencio en señal de solidaridad con la gente de Ucrania.
Silencio (atronador, para muchos) era lo que habían mantenido hasta ahora sus compañeros de profesión, que habían optado por ignorar la guerra en Ucrania. Pero las imágenes de ataques a civiles o a barrios residenciales, así como la toma de posiciones de gigantes como Apple (el lunes anunciaba que dejaba de vender sus productos al mercado ruso) han empujado a la acción. La moda se suma así al movimiento internacional que trata de aislar al país que gobierna Putin con medidas significativas como las de Nike y el gigante del comercio electrónico de lujo Net-a-porter, que acaban de cerrar sus tiendas online en todo el país.
Desde la página web rusa de Net-a-porter y desde la de Yoox (perteneciente al mismo gupo) se puede leer: “Debido a la situación actual no podemos completar nuevas compras en tu país. Todos los pedidos han sido suspendidos hasta nuevo aviso”. En el caso de la firma deportiva, sin embargo, no queda claro si la resolución está motivada por razones estratégicas o por dificultades logísticas: servicios de mensajería como Fedex, DHL o UPS han paralizado sus servicios tanto en Rusia como en Ucrania. “Actualmente Nike no puede garantizar la entrega de productos a sus compradores en Rusia”, expresa el comunicado que, de momento, redirige a sus locales físicos.
Otro grande del mundo del deporte, Adidas, ha comunicado que interrumpe su patrocinio del equipo nacional ruso de fútbol, al que vestía desde 2008. Por su parte Balenciaga, propiedad del conglomerado francés de lujo Kering y con el georgiano Demna (Gvasalia) al frente de su dirección creativa, ha colgado en su Instagram una imagen de la bandera ucraniana: “Defendemos la paz y donamos al World Food Programme para apoyar la ayuda humanitaria a los refugiados ucranianos”. Además, la compañía abrirá sus plataformas en los próximos días para informar sobre el conflicto, una decisión especialmente relevante para la ciudadanía rusa, que por lo general tiene acceso a canales de información controlados por el gobierno de Putin.
La marca húngara Nanushka, que desfilaba en Milán este fin de semana, también ha detenido todas sus ventas al país: “Respetamos a la gente de Rusia y a nuestros colaboradores. Sabemos que no es su decisión, pero es imposible hacer negocios con Rusia basados en nuestros valores morales. Esta es una decisión financiera relevante para Nanushka y esperamos una rápida solución para poder reconstruir estas relaciones”, decía su CEO, Pèter Baldaszti.
En la línea de boicotear al mercado ruso se ha pronunciado la edición ucraniana de Vogue, que en su Instagram ha pedido la ayuda de las firmas de moda y belleza: “A raíz de la agresión militar sin precedentes de la Federación Rusa y la creciente crisis humanitaria en Ucrania, Vogue UA insta a todos los conglomerados y empresas internacionales de moda y lujo a cesar cualquier colaboración en el mercado agresor con efecto inmediato”. La cabecera, que ha etiquetado en la imagen a grandes anunciantes, les ha apremiado a tomar partido: “Mostrar conciencia y elegir humanidad sobre beneficios económicos es la única posición razonable que uno puede tomar para confrontar el comportamiento violento de Rusia. Vogue UA hace un llamamiento a la industria mundial de la moda para que no guarde silencio durante estos tiempos oscuros, ya que la comunidad de moda tiene una voz fuerte”.
Estos días de mutismo a nadie la pasaba por alto el papel que desempeñan en las cuentas de resultados las compras de los oligarcas rusos y de sus familias, grandes clientes del lujo. Aunque hasta ellos empiezan a distanciarse de Putin. El papel ruso en el sector es tan relevante que, en la vorágine de noticias falsas que acompañan a esta guerra del siglo XXI, corrió el rumor de que los negocios italianos presionaban a la Unión Europea para que las exportaciones de bienes de lujo quedaran fuera de las sanciones. Lo ha negado el presidente de la Camera della Moda, Carlo Capasa: “Representamos a todas las marcas de moda y no hemos hecho ningún tipo de presión, el gobierno decidirá las medidas a tomar y nosotros las cumpliremos y nos adaptaremos a cualquier restricción que se decida”.
Se imponen medidas concretas y con consecuencias económicas para los involucrados, que suman a la hora de evidenciar la soledad de Putin y que pueden llegar muy directamente a la sociedad rusa. Lo explicaba el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell al comunicar que el país quedaba también fuera de Eurovisión: “Puede parecer irrelevante desde un punto de vista geopolítico, pero tiene impacto social”. Y la moda, sector de gran impacto social y cultural, no puede sacudirse su responsabilidad. No en 2022, cuando ya acude a defender y a hacer suyas todo tipo de causas.
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