Obsesión para el verano: toallas de playa redondas hechas con mucho amor

Cuenta Udane que la noche de verbena que conoció a Nathan, bromeó con sus amigos  y dijo “es mi futuro marido”.  Aquel australiano que recorría el mundo en busca de la ola perfecta y ella se enamoraron en Mundaka (Vizcaya) hace un par de años y, buscando la forma de poder trabajar en algo que les permitiese vivir juntos pero disfrutar de sus respectivas familias en Australia y Euskadi, dieron con la idea de traer a Europa toallas redondas para la playa, un producto que Udane, fotógrafa acostumbrada a mirar a su alrededor, observó en un viaje a Melbourne, mientras Nathan surfeaba.

“Nunca había visto algo así, y me pareció una idea original, y sobre todo muy práctica. He crecido en la playa y odio el momento de tener que mover la toalla todo el rato y con la toalla, el resto de los trastos que suelo llevar. Así que pensé que una toalla redonda sería mi salvación, ya no tendría que mover un montón de cosas ¡solo tendría que moverme yo!”, cuenta Udane para S Moda desde Gold Coast, la zona en la que ella y Nathan viven los 6 meses al año que no pasan en Mundaka.

Ambos se entusiasmaron con la idea y empezaron a darle vueltas a cómo conseguir que su proyecto fuera único. Decidieron colaborar con artistas locales para lograr estampados originales –de momento dos aunque ya están produciendo el tercero–  y empezaron a producirlas a pequeña escala. “Nuestra sorpresa fue que, al llegar a Gold Coast, la gente quería nuestras toallas. Todo el mundo deseaba comprarnos una. Allí era Navidad, pleno verano, y las toallas se convirtieron en el regalo perfecto. Una semana en Australia y ya teníamos nuestro primer punto de venta en Melbourne. A partir de ese momento, las ventas por internet se empezaron a disparar”.

Con su idea testada, casi por casualidad en Australia, pensaron que debían traer a Europa el concepto “toalla redonda” y quisieron darle simbolismo a su proyecto.  La idea de formar una familia manteniendo el mayor contacto posible con las suyas, había inspirado su idea de negocio. Así que decidieron rendir “un recuerdo amoroso” a sus abuelas. Y pensando en ellas encontraron un nombre para la marca que acababan de crear.

Joyce es la abuela de Nathan y a sus 80 años seguía pasando horas y horas tomando el sol en las interminables playas de Gold Coast. Y Julia (Jules) crió a Udane, que atesora “recuerdos de días hermosos sentada junto a ella en la playa de Mundaka”. Así nació Joyce & Jules y así es como esta pareja ha encontrado la manera de vivir su noviazgo nómada.

Por eso dicen que, aunque querrían entregar todas las posibles y cada vez más países como España o Grecia se apuntan a la moda de las toallas redondas, ellos siguen envolviendo cada toalla a mano y escribiendo una tarjeta de agradecimiento personalizado para cada uno de sus clientes. 17.279 kilómetros los separaban y ellos supieron enseguida que tenían que buscar la manera de evitarlo. Este julio, Udane y Nathan se casan en una playa del cantábrico.