De edición limitada y fabricada en España a partir de restos de prendas: así es la nueva colección de vaqueros de Bershka
La hermana pequeña de Inditex acaba de poner a la venta Hack Denim, una línea de 150 piezas creadas a partir de stock de la marca. No es la única firma que está apostando por dar una nueva vida a los ‘desperdicios’.
Mientras grandes diseñadores como Gabriela Hearst o talentos emergentes como Marina Moscone están creando sus colecciones primavera-verano 2021 a partir de retales y sobras de tejido que ya tenían, las cadenas de moda pronta también lanzan iniciativas sostenibles similares. Bershka, por ejemplo, ha sido la última en sumarse al upcycling, término que hace referencia al reciclaje creativo, es decir, convertir lo que muchos tacharían de desperdicio o tejidos que ya han tenido una vida previa en nuevas creaciones. Bautizada como Hack Denim, la nueva colección de la hermana pequeña de Inditex convierte stock sobrante de la marca en piezas vaqueras de edición limitada diseñadas y producidas en España.
El resultado son pantalones y cazadoras vaqueras unisex, así como un bolso y un sombrero tipo pescador (el precio de ambos es de 29,99 euros siendo las piezas más asequibles de la colección) de aspecto artesanal. El efecto patchwork de las prendas no solo forma parte del encanto de comprar una pieza nueva que ha necesitado de mucha menos agua, recursos naturales y energía para su producción, sino que una de las tendencias en boga como resultado de la crisis del coronavirus. Como contábamos en un artículo dedicado al boom que la chaqueta de punto de Harry Styles despertó durante el confinamiento, «esta técnica, conocida en castellano como almazuela o retazal, no es otra cosa que unir distintos retales para dar lugar a una nueva prenda. Muy utilizada en la confección de colchas, manteles o alfombras, también es recurrente en chaquetas, vestidos y hasta pantalones. Más ahora que la moda aboga por rescatar tejidos evitando la producción descontrolada». Numerosos diseñadores, ante la dificultad de conseguir tejidos en los días de aislamiento y la acumulación de prendas que no consiguieron vender, decidieron tirar de esta solución creativa para mater dos pájaros de un tiro. Y la ocurrencia promete continuar más allá de la crisis sanitaria.
«Los encargados de crear los patrones y de cortarlos, así como los diseñadores, han trabajado de manera conjunta para minimizar el material sobrante y crear piezas únicas y especiales en denim», explican desde Bershka, que también ha creado un vídeo en el que puede verse el proceso de transformación. Descoser por completo las prendas anteriores para volver a unir los retazos de tela dando lugar a un nuevo diseño es el resumen de la técnica. El resultado, sin embargo, tiene más implicaciones. Lucir una de esas piezas demuestra conciencia medioambiental y garantiza cierta exclusividad, incluso aunque estén firmadas por un gigante low cost: solo se han producido 150 unidades que se venden exclusivamente online.
El reciclaje de prendas preexistentes también está llegando al mundo del lujo. Gabriela Hearst, una de las diseñadoras más concienciadas con la responsabilidad medioambiental que debe ejercer la moda, ha enfrentado el problema de inventario no vendido en sus dos tiendas de Londres y Nueva York, cerradas durante meses a causa del coronavirus, modificando o resideñando esas prendas para que sigan siendo vigentes, apetecibles y novedosas. Alérgica a los grandes descuentos, la diseñadora llevará a cabo una idea que, sin duda, marcará los próximos meses para muchas otras firmas. ¿Su objetivo? Producir con un 80% de materiales no vírgenes. Su modus operandi empieza al revés que en muchas otra marcas: primero compra tejidos preexistentes para después pensar/diseñar la colección. Esa decisión ya limita, de entrada, el número de prendas que se pueden crear. Ahora es Bershka, una marca low cost dirigida al público joven, la que demuestra que es posible incorporar esta filosofía más allá del lujo, aunque sea poco a poco y en colecciones puntuales.
Como explica a la edición estadounidense de Vogue Sandra Capponi, cofundadora de Good on You, plataforma que reconoce los esfuerzos de sostenibilidad de las marcas, los diseñadores emergentes o las pequeñas marcas no pueden cambiar el ecosistema de la moda de la noche a la mañana, pero el cambio sí puede verse potenciado por las decisiones que tomen los grandes conglomerados o las cadenas de moda pronta. La última palabra la tendrá el consumidor: “Lo que va a mover la balanza en el futuro son los consumidores. Tienen un papel enorme que desempeñar en todo esto”, explica. De ahí que, aunque el desembolso de un vaquero de Bershka regular ronde los 30 euros y los de su nueva colección reciclada lleguen a los 70, sea necesario valorar lo que hay detrás de la compra.
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