Lujo y patrimonio: así es la nueva tienda de Hermès en el corazón histórico de Madrid

Una imponente alfombra en tonos naranja degradados (el color icónico de la casa) y una firma ex libris bajo los pies reciben al visitante de la nueva sede de Hermès en Madrid. Anexa al hotel Four Seasons, en la mítica Galería Canalejas, el local, de 230 metros cuadrados, simboliza la unión entre la historia madrileña y el futuro de una zona que se vislumbra como en nuevo epicentro del lujo madrileño.

Hermès ha sido la primera en abrir en este enclave histórico, restaurando y respetando las formas originales de la fachada, las paredes de piedra, los altísimos techos y parte del mobiliario, pero añadiéndole los códigos emblemáticos de la firma: una cuidada selección de sedas hace las veces de mural, los estampados icónicos emergen enmarcados por las paredes y el caballo, elemento clave de una firma que nació enfocada en la equitación, pero también un símbolo de la tradición española, es protagonista de parte de su decorado.

El espacio, de cuya remodelación se ha encargado el estudio de arquitectura parisino RDAI, colaboradores habituales de la firma, genera una sensación de intimidad poco habitual: alrededor de un gran salón pertrechado por estores metálicos se despliegan varias estancias con espejos y muebles de cerezo creados a medida. Todas albergan, por primera vez en Madrid, los 16 métiers de la maison, del prêt à porter a la marroquinería, de la seda a la decoración y, por primera vez, la belleza. Este será el único punto de venta de la flamante cosmética que lanzara la maison a principios de año.