Las marquesas necesitan ‘cash’
No quieren dar cifras, ni nombres propios, pero los establecimientos españoles de segunda mano que se dedican a vender firmas de lujo presumen de clientela. Las agendas de estos templos del vintage, repartidos por toda la geografía, atesoran los números de teléfono de la alta sociedad. Algunos de estos espacios, como el madrileño Altraste (Ramón de Santillán, 3), ni siquiera tienen escaparate y haría falta un mapa del tesoro para llegar. «El perfil de la persona que se acerca a vender es el de una mujer de 50 años con un alto poder adquisitivo», explican desde Paris Vintage (www.parisvintage.net), local de la Ciudad Condal que está especializado en ropa a partir de los años 60 «y en prendas exclusivas que no se pueden adquirir en España, como el bolso que diseñó Azzedine Alaïa para el aniversario de Louis Vuitton», cuentan.
Las suyas no son clientas esporádicas, la mayoría son habituales y de confianza porque tienen asegurada la confidencialidad. Tampoco quieren que se sepa que han acudido para vender o a adquirir algo. «Muchas veces vamos directamente a sus casas para ver sus armarios y discutir el precio final de cada pieza», explica Dominique, de Altraste, que se queda el 50% del precio de venta al público. «Suelen acudir a nosotros un par de veces al año, una por temporada, ya que por su condición social no se permiten repetir ropa. Hace poco, vino una clienta con siete maletas gigantes y una estilista de Londres que le iba aconsejando qué vender y a cuánto. Solo con ella podríamos haber tenido resuelto medio año», añade Dominique.
Estos negocios en los que se garantiza la originalidad de las prendas crecen ante la necesidad de obtener dinero rápido y comprar ropa de forma más barata, casi a la mitad de precio. «Hay algunas personas que vienen a vender con mucha urgencia y nos llaman incluso dos veces al día para saber si hemos colocado algo de lo que han dejado en depósito», cuentan desde Altraste. En Déjà Vu Marbella (Pedraza, 8), se nutren de lo que llevan los extranjeros «y gente mayor que antes viajaba a París para hacer shopping y que ahora necesita deshacerse de lo que han comprado, como una exmodelo de 70 años que nos acaba de traer unas piezas increíbles».
Las clásica cartera de Chanel cuesta 300 euros en Altraste. Abajo, broche de Christian Lacroix de 70 euros.
Mirta Rojo
Bolso azul vintage de Gucci, a 225 euros en Altraste.
Mirta Rojo
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.