La revolución del ‘Made in Ubrique’

Los bolsos de las grandes firmas de moda –y cuando decimos grandes, decimos el top ten del lujo– se hacen en un pueblo entre las montañas de Cádiz. Ubrique es mucho más que la casa del ya disecado tigre Currupipi. Con tan sólo 17.000 habitantes, es responsable del 60% de la marroquinería española y un centro neurálgico de la artensanía en piel a nivel internacional.

El pueblo respeta al máximo la confidencialidad que solicitan las firmas, pero es un secreto a voces que allí se fabrican artículos para Dior, Chanel. Givenchy, Loewe, Cartier, Comme Des Garçons o Carolina Herrera. Entre turistas de parque nacional y periodistas del corazón a la caza de los Janeiro se camufla otro tipo de visitante en Ubrique. Son ejecutivos del mundo de la moda que tratan su alto en el municipio como una cita ineludible en el calendario del sector. Un día en la semana de la moda de Milán y otro en el hotel Sierra de Ubrique.

Hoy esta pequeña localidad funciona a todo gas. Las empresas extranjeras que hace una década cambiaron las fábricas locales por mano de obra barata en Asia han vuelto. Más de cien marcas de alto nivel producen allí, y es competencia directa de Italia, país líder en el sector. Una de las últimas firmas en producir en la localidad es Everlane (la misma que logró que 12.000 personas hicieran cola para hacerse con uno de sus pantalones). La compañía de moda unisex nativa de internet produce todos sus bolsos y artículos de cuero en una pequeña fábrica de 20 trabajadores ubicada en Ubrique con más de 50 años de experiencia. Un taller que, además de para Everlane, fabrica para marcas internacionales de lujo y diseñadores independientes. Clientes de Reino Unido, Francia o Estados Unidos llaman a sus puertas en busca del saber hacer español que está atrayendo a Ubrique la atención global.

Su fama, de sobra conocida entre los entendidos va camino de sobrepasar sus confines. La revista Monocle (manual para sibaritas con muchos puntos de aerolínea) le ha dedicado un amplio reportaje en su número de noviembre, y si todo sigue su cauce, en 2017 la Unión Europea hará de Ubrique una Denominación de origen protegida. “Ubrique se menciona en los informes técnicos de la UE desde que plantearon este reconocimiento a productos no agroalimentarios. Está en el pelotón de cabeza junto tweed británico o el cristal de Burano”, apunta Juan Enrique Gutierrez, de Empiel, Asociación de Empresas de Complementos de Moda y Piel. “El consumidor pide cada vez más información sobre el producto para desligarse de producciones poco éticas. Con este marchamo de calidad europeo el consumidor sabrá que apoya unas condiciones laborales más justas que las de otros países y además adquiere un producto artesano que surge de la historia y la cultura europeas”. El reconocimiento implicaría que las etiquetas de los accesorios mencionarían a Ubrique. Aunque de momento los bolsos y carteras de las casas de moda sigan siendo Made in France o Made in Italy, los dos países con más productos fabricados en la localidad.

La discreción de sus habitantes y su reticencia a presumir de clientes importantes no ha jugado a favor de la divulgación del know-how ubriqueño:  “Los italianos saben vender”, opina Gutierrez.  “Ellos lo hacen bien y marcan tendencia, pero nuestra calidad es mejor”, sentencia el empresario. El coste de la  mano de obra para un bolso fabricado en el pueblo asciende al 40% del precio final del artículo, pero las casas de lujo entienden que pagan por habilidad y una tradición que se remonta a tiempos romanos. Otro de los atractivos de Ubrique es su experiencia con pieles exóticas como cocodrilo, avestruz, pitón e incluso pez raya, salmón o tiburón.

“Algunas empresas chinas fabricaban bolsos para firmas, y paralelamente realizaban copias que llegaban al mercado antes que los artículos de marca. Eso aquí es inconcebible”, explican desde Empiel. “Los trabajadores son además extremadamente exigentes. Las firmas visitan las fábricas por sorpresa pero saben que aquí no tienen problemas. No soportamos que las cosas se hagan mal”.

Para el municipio es vital que el buen hacer no se pierda y que a la vez se abra a las innovaciones técnicas. Este es precisamente el objetivo de instituciones locales como el centro tecnológico de la piel de Andalucía (Movex) y la escuela de artesanos que los empresarios de Ubrique inauguraron hace un año. La escuela, que cuenta con la ayuda voluntaria de artesanos jubilados, va por su cuarta promoción y ha colocado al 95% de los alumnos en empresas de la zona. Cada curso se imparte durante ocho meses con un precio mensual de 75 euros.  Empiel reserva un cuarto de las plazas para mayores de 30 años que buscan reinventarse profesionalmente.

La oficina de turismo local reconoce que sólo un 30% de los viajeros conocen la historia de la piel de la comarca. El resto compra un monedero en las tiendas locales o disfruta del paisaje sin saber que tras esas fachadas encaladas está una de las ubicaciones clave del mapa de la moda.