La lección de Julianne Moore como modelo de lencería a los 57 años
La intérprete desafía al edadismo en una industria obsesionada con cuerpos postadolescentes y protagoniza la última campaña de Triumph Florale
Hace unos días, Julianne Moore recordó en el festival de Cannes que este había sido un año «traumático» para la industria del cine. Moore, una de las intérpretes más admiradas de Hollywood, enfatizó ante la prensa en el certamen que había tenido largas conversaciones con sus hijos para explicarles todo lo que está pasando («les ha afectado mucho) y destacó la «valentía» de las mujeres que han hecho públicas sus denuncias de acoso y agresiones sexuales: «Lo maravilloso ha sido que el valor de este grupo de personas se haya contagiado por todo el mundo», dijo. También demostró que lo suyo son transgredir las normas cuando confirmó que en la adaptación de la película danesa After the wedding (2006) tanto ella como Michelle Williams cambiarán el género de los dos protagonistas. Williams se pondrá en la piel del rol de Mads Mikkelsen y Moore será Rolf Lassgård. «Las cosas no tienen por qué estar vinculadas al género y es muy fácil cambiar las cosas, así que lo hicimos», apuntó.
Tan fácil como demostrar que se puede protagonizar una campaña de lencería a punto de llegar a los 60 años y ofrecer una lección de sensualidad y elegancia a edadistas que creen que las marquesinas tienen que mostrar a chavalas con cuerpos en desarrollo o mujeres exuberantes que apenas han sobrepasado la veintena. Moore, a sus 57 años, protagoniza la campaña de primavera verano de Triumph Florale, donde ha confesado que empoderarse es cuando una «siente que tiene la habilidad de alcanzar lo que quiere en la vida y que se le reconozca», algo que ella ha conseguido de sobras.
La actriz y productora esienta cátedra con cada aparición o proyecto que presenta y se suma a esa lista de actrices que reivindican desterrar la tiranía de la juventud. «Cuando la gente dice cosas como ‘Está muy guapa para su edad’, parece que están tratando de expresar que la edad de las personas limita su belleza, como si el atractivo físico llegara a un máximo en los años de juventud y luego fuera cayendo. Yo tengo la idea de que el atractivo de una persona siempre es el mismo, aunque se vaya transformando con el tiempo. Pero no creo que la belleza sea sinónimo de juventud, y me parece que esa mentalidad es la que debería ir imperando ya entre todas las mujeres», ha alegado respecto a cómo se entierra a las féminas más allá de los 35 años.
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