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Josep Font: «Cuando me fui de Delpozo me quedaban dos años de contrato, pero me había desenamorado del proyecto»

El diseñador repasa su carrera tras cinco años de silencio. El Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria le dedica su primera retrospectiva. «No tenía la necesidad de una exposición, no tengo suficiente ego, pero si lo hacíamos tenía que estar muy bien hecho», asegura.

Josep Font, retratado entre maniquíes en una sala del Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria.
Josep Font, retratado entre maniquíes en una sala del Museo Cristóbal Balenciaga de Getaria.anna huix
Patricia Rodríguez

Uno de los proyectos más apasionantes y exitosos en la moda española se gestó en un trayecto de AVE entre Madrid y Barcelona. En las dos horas y pico que dura el viaje, Josep Font (Santa Perpètua de Mogoda, Barcelona, 58 años) redactó cómo sería su firma soñada. Una lista de deseos por petición de Perfumes y Diseño, propietarios de Jesús del Pozo, con los que se había reunido tras visitar sus talleres. Era 2012, Del Pozo había fallecido hacía unos meses y los dueños de la enseña buscaban dirigirla hacia una nueva etapa. Tenían la acertada convicción de que Font era su persona. “Yo estaba trabajando en China y mi idea era volver a París porque ya me había contactado algún headhunter, así que respondí que no me interesaba. Pero volví unos días a España y como fueron tan amables me vi con ellos. Me preguntaron: ‘¿Qué te gustaría hacer?’. Es la primera vez que lo cuento, pero les dije que lo tiraría todo abajo y empezaría de nuevo”. Han pasado casi 12 años de aquella reunión que desembocó en un ‘sí’ y cinco desde que Font abandonara el barco. ¿En medio? Algo más de seis años en los que convirtió a Delpozo (uno de los primeros cambios fue sobre el propio nombre de la firma) en una de las casas más notorias del panorama global. El diseñador, que se había mantenido en segundo plano desde entonces, abre ahora su caja de recuerdos en una de las salas del Museo Cristóbal Balenciaga. La institución le dedicará su próxima exhibición temporal, Josep Font. Belleza e inquietud (del 30 de junio al 7 de enero), y el edificio bulle con los preparativos. Será la primera dedicada a un creativo más allá del maestro de Getaria: “El legado de Cristóbal Balenciaga es una fuente de inspiración constante en la creación de moda contemporánea”, explica la directora del museo, Miren Vives, “con esta muestra se inaugura una nueva línea de contenidos expositivos que explora la influencia de Cristóbal Balenciaga en la moda actual a través de la obra de creadores contemporáneos a nivel global”. La mirada de Font “no es mimética, pero hace una interpretación muy personal a partir del estudio del volumen, la construcción arquitectónica y la ornamentación del propio tejido”.

Vestido de la colección p-v 2015 de Delpozo.
Vestido de la colección p-v 2015 de Delpozo.Anna Huix

Con un cojín de alfileres, Font lleva toda la mañana revisando las imágenes que acompañan este reportaje. Los perfiles que le definen como perfeccionista no exageran, pero solo así se entienden las prendas que reposan en los maniquíes: han envejecido como lo hacen las que están destinadas a perdurar, completamente relevantes. “Ayer ya habían llegado las cajas con las piezas, así que me puse a abrirlas como un niño pequeño en Reyes. Es increíble ver más de 30 años de trabajo recopilados. Ha sido bonito recordar”. Muchas han sido cedidas por coleccionistas estadounidenses, como su amiga y colaboradora en tiempos de Delpozo Indré Rockefeller, y otras, las de sus primeros años, provienen de la colección Fundació Antoni de Montpalau. Su director, el historiador Josep Casamartina i Parassols, es comisario de la exposición en el Balenciaga: “La contribución de Josep Font a la moda española es bastante indiscutible. Aporta una gran personalidad, un estilo muy particular al margen de las tendencias. La moda no deja de ser un negocio, pero Josep ha creado y desarrollado una línea propia; dialoga consigo mismo y con la moda del siglo XVIII, del XIX y del XX. Crea un universo personal y poético. En su trabajo hay un leitmotiv de elementos de cultura popular mezclados con alta cultura”.

Un elogio al movimiento: vestido de Josep Font, alta costura o-i 2008-09.
Un elogio al movimiento: vestido de Josep Font, alta costura o-i 2008-09.Anna Huix

Josep Font ha pasado los últimos cinco años entre Tenerife y L’Empordà, colaborando anónimamente con diversas compañías. Disfrutando de no ser el protagonista hasta que esta retrospectiva le ha vuelto a colocar en el centro: “Le dije a Josep [Casamartina] que yo no tenía la necesidad de una exposición, no tengo suficiente ego, pero si quería que hiciéramos algo, tenía que estar muy bien hecho. Él lo entendió perfectamente y a partir de ahí empezamos a trabajar. Se lo propuso al patronato del Balenciaga, me lo comentó y le dije que no podía haber mejor museo en España”.

“Me invitaron a la apertura de la temporada del ballet en Nueva York y en uno de los palcos había una señora elegantísima con este vestido”, rememora Font sobre uno de los primeros diseños (izda.) que se cruzó en Manhattan, parte de la primera colección que presentó allí (o-i 2013/14). A la dcha., Josep Font alta costura p-v 2009.
“Me invitaron a la apertura de la temporada del ballet en Nueva York y en uno de los palcos había una señora elegantísima con este vestido”, rememora Font sobre uno de los primeros diseños (izda.) que se cruzó en Manhattan, parte de la primera colección que presentó allí (o-i 2013/14). A la dcha., Josep Font alta costura p-v 2009.Anna Huix

Carrera de fondo

El catalán estudió arquitectura por petición paterna, pero lo combinó a escondidas con diseño de moda. “Daba clases en la escuela y así me iba pagando el curso”. Con 21 años ganó el premio Air France Mode Prix y expuso en Les Arts Décoratifs. “Salió una foto mía en EL PAÍS y cuando fui a casa lo primero que vi fue el periódico encima de la mesa. Le expliqué a mi padre que pensaba terminar las dos carreras y después elegir”. Pero la elección estaba tomada desde el primer boceto. “Cuando eres tan feliz haciendo algo… yo tenía claro por dónde iba a ir. Aun así, la arquitectura está presente: si no funcionan los pilares, todo lo que pongas encima se cae. Con la ropa es igual, si el patrón o la base no funcionan, por mucho que lo adornes nunca será una pieza que siente bien”.

Detalles de una capa-abrigo (o-i 2015-16) inspirada en la obra del ruso Andrey Remnev: “Él vio la colección y me escribió emocionado porque me quería regalar uno de sus cuadros”, cuenta Font.
Detalles de una capa-abrigo (o-i 2015-16) inspirada en la obra del ruso Andrey Remnev: “Él vio la colección y me escribió emocionado porque me quería regalar uno de sus cuadros”, cuenta Font.Anna Huix

Llegaron años de expansión, de premios, tiendas y desfiles (Madrid, Barcelona, Tokio o París). En 2007 la Chambre Syndicale, el organismo que regula la denominación Haute Couture, le invitó a la pasarela más exclusiva: “Me quedé asustadísimo, pero me dijeron que siguiera haciendo lo que ya hacía. Son momentos clave; algo con lo que sueña cualquier diseñador”. Sin embargo, cuando su nombre era uno de los más atractivos lo perdió en un pasmoso capítulo. Llegaron los problemas con la accionista mayoritaria de la marca, hubo un juicio y Font fue apartado. “He demostrado que no necesito mi nombre, es mi trabajo lo que cuenta”. ¿Se arrepiente? “Hay quién dice que dejaría todo igual, yo cambiaría decisiones que tomé cuando era joven e inexperto y solo quería trabajar; entonces los papeles y los contratos no me interesaban. Me arrepiento, pero no me fustigo ni es algo que me haga daño”.

Javier Martín, patronista en Delpozo y responsable de preparar las piezas para la exposición en el Museo Balenciaga.
Javier Martín, patronista en Delpozo y responsable de preparar las piezas para la exposición en el Museo Balenciaga.Anna Huix

En la falsa dicotomía entre negocio y poesía, Font sabe que es imprescindible (y factible) combinar ambas. Pero la única manera es saliendo a buscar otros mercados: “Con la alta costura mi mentalidad cambió. A veces en España nos miramos mucho a nosotros, pero cualquier propuesta debe partir de un pensamiento global”. Delpozo nació con esa vocación: con su segunda colección ya desfilaba en Nueva York y pocos meses después Font se convirtió en el primer diseñador español invitado por Anna Wintour a la gala Met. “Todo el mundo quería venir al desfile, admiraban tu trabajo y se te acercaban a decírtelo; ahí eras consciente de la repercusión. Todas las actrices querían vestirlo”. La lista es interminable y da medida de la altura que tomó la enseña: Cate Blanchett, Julianne Moore, Keira Knightley, Zendaya, Margot Robbie… “Nos decían: ‘Ahora quieren Delpozo en la mejor tienda de Hong Kong’, y yo corría a comunicarlo al taller. Lo vivimos de una forma muy bonita todo el equipo. Fue un regalazo poder hacer Delpozo, hacer lo que yo quería. No estaré suficientemente agradecido en la vida. Fui muy feliz”. Hasta que un día dejó de serlo: “Trabajo con el corazón y tengo que estar bien anímicamente, si yo no estoy bien las cosas no funcionan. Cuando me fui de Delpozo me quedaban dos años de contrato, pero me había desenamorado del proyecto. Ellos eran buenos en su trabajo, pero no tenían experiencia en retail”. Aún se emociona cuando recuerda su último día en la firma y su despedida del equipo: “Fue lo más duro. Si tengo que quedarme solo con una cosa de esa época, es mi equipo. Dejando atrás el éxito que tuvo Delpozo, irte es despedirte de una familia”.

Abrigo de la colección p-v 2017 de Josep Font para Delpozo.
Abrigo de la colección p-v 2017 de Josep Font para Delpozo.anna huix

Hoy Font está listo de nuevo: “Me salieron propuestas, pero al principio quería esperar. Nunca había tenido tiempo para mí. Y ahora poco a poco he ido abriéndome. Hay un plan de futuro, pero en general me veo capaz de volver. Con ganas. A mí si me dan proyectos que tengan fuerza y sentido, voy de cabeza. Creo que tengo más capacidad de trabajo que nunca”. La industria ha cambiado y lo percibe hasta en sus reuniones con cazatalentos: “Ahora te hacen preguntas que nunca me habían hecho, como que si soy amigo de modelos famosas o si salgo de fiesta con ellas. Hay quien busca a un diseñador que sea una estrella del rock”. A lo largo de su carrera ha dicho que no a dirigir grandes casas porque no era el momento o el lugar. Nadie sabe si en el futuro le veremos al frente de una, pero él tiene claro qué hace falta para que eso suceda. Si hoy volvieran a pedirle una lista de deseos, “pediría que respetaran mi trabajo, eso sería lo mínimo”.

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Sobre la firma

Patricia Rodríguez
Periodista de moda y belleza. En 2007 creó uno de los primeros blogs de moda en España y desde entonces ha desarrollado la mayor parte de su carrera en medios digitales. Forma parte del equipo de S Moda desde 2017.

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