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S MODA + Larios
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Cinco grandes placeres ‘slow’ que casi habías olvidado y hemos redescubierto en 2020

Convertir la escapada al Mediterráneo en un nuevo estilo de vida o adaptar el teletrabajo a nuestras propias consignas vitales son algunas de las lecciones del ‘slow life’ que nos ha traído este año. Las recordamos disfrutando de una suave y refrescante ginebra, Larios 12.

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Diciembre es el mes de la retrospectiva. Antes de que el calendario señale el fin de fiesta, siempre sentimos ese impulso de repasar lo hecho, lo aprendido o lo pendiente. Y aunque sería difícil escribirle una oda al 2020, nadie puede negar lo mucho que ha cambiado nuestras vidas. Es posible que «esencial» o «importante» sean las palabras que más hayamos pronunciado, que encabecen incluso el ranking de búsquedas de Google, junto a esa receta de cómo hacer pan casero. ¿Acaso no son todas sinónimo de un cambio de ritmo?

Predecía el sociólogo alemán Stephan Lessenich en El País, que lo deseable dejaría paso a lo necesario. «Con la vida en suspenso, los parámetros de lo posible, lo necesario y lo accesible se han alterado fundamentalmente», escribía el experto. Con la vida en suspenso, nos hemos percatado incluso de que en calma tampoco se está mal, que hay placeres que se disfrutan mejor de forma pausada. Placeres como estos que hemos aprendido acompañados de Larios 12, la ginebra elaborada con 12 especies botánicas, que invita a su disfrute tranquilo. La marca ha trabajado en un spot lleno de Espíritu Mediterráneo que promueve un estilo de vida slow y el disfrute de las pequeñas cosas reflejado en este vídeo:

Estas son algunas de esas lecciones slow que hemos aprendido este año para gozar de la vida de una manera más reposada:

Convertir la huida a la naturaleza en una búsqueda de nuevos horizontes (y si es con el mar Mediterráneo de fondo, mejor)

Antes hacíamos una escapada a la playa o al campo a modo terapéutico: una parada rápida para recuperarse del frenesí cotidiano, recargar pilas y retomar con fuerzas nuestro ritmo de vida desquiciante. Ahora no. Hemos encontrado ese bálsamo en la comunión con la naturaleza, pero también hemos aprendido a respetarla más, a vivirla con una mayor conciencia alejada del antropocentrismo y los prejuicios centralistas. Comulgamos mejor con ella y sus tiempos.

Muchos incluso han decidido dejarlo todo y encontrarse en sus orígenes. La demanda para encontrar un pequeño refugio en las zonas rurales es una tendencia en alza: las búsquedas de fincas rústicas este año se han incrementado un 46%, según datos del portal Fotocasa. Este verano hemos descubierto además que vivimos en uno de los países con más costa del mundo. Y si a la postal paradisíaca le añadimos las temperaturas amables que ofrece el Mediterráneo durante casi todo el año, tenemos un destino ideal para empezar la vida con otro ritmo.

Redescubrir el placer de compartir una buena bebida para disfrutar en compañía y sin prisas 

Nuestra casa se ha convertido en un club privado al que tienen acceso muy pocos. Cada pequeña reunión ahora es una razón para celebrar y brindar en buena compañía. No vale cualquiera. Bebidas como Larios 12 son una invitación a la calma. Tanto a la hora de elaborarla –se necesitan cinco destilaciones para conseguirla–, como de captar todos esos matices que se despliegan en el paladar. Esta ginebra premium es el resultado de una exótica combinación de 12 especias botánicas extraídas directamente de la naturaleza, y cada trago es una aventura sensorial. El aroma propio de bayas de enebro salvaje de la ginebra y sus matices de cilantro, nuez moscada y raíz de Angélica se van entremezclando con un refrescante combinado de cítricos: limón, dos tipos de mandarina, pomelo, lima y naranja del Mediterráneo. El toque distintivo de la quinta destilación, la flor de azahar, envuelve la bebida de una textura sedosa y exotismo.

Porque la coctelería es un arte en sí mismo y, si algo hemos aprendido estos años, es que para preparar un gintonic se necesita más paciencia que destreza. El ritual, que el escritor Tom Wolfe describiría con cientos de onomatopeyas, arranca con una copa llena de hielos y una monda de lima que restregamos por el borde. Es importante removerlo en pequeños círculos, para que el recipiente se enfríe y la lima despliegue su sabor. Si el espectáculo resulta un tanto hipnótico, eso significa que lo estamos haciendo bien. Llega el momento de servir: primero, unos 5 cl de Larios 12 y después, la tónica. Las medidas importan. La decoración es un detalle: una flor de azahar y una filigrana de naranja potenciarán los sabores de la bebida y nos transportarán a esa terraza, frente al mar, con nuestros más queridos. O incluso solos. Porque este año también hemos descubierto que no somos exclusivamente bebedores sociales. Y tampoco pasa nada.

Mirar nuestro entorno cercano con nuevos ojos 

«Me encanta salirme del camino, ir más allá de lo que conozco y encontrar el camino de vuelta por un sendero diferente», escribe la ensayista Rebeca Solnit en El arte de perderse. A todos nos ha cambiado la visión de nuestro propio entorno: hemos aprendido a deambular, a pasear solo por el placer de hacerlo, contemplando esos espacios que conforman parte del paisaje cotidiano, y en los que antes apenas reparábamos, para vivirlos más detenidamente. Hemos revivido el verano de nuestra infancia y hecho excursiones al campo o a un paso de la ciudad. Hemos probado ese restaurante que nos quedaba casi debajo de casa y antes ignorábamos, pasado tiempo en ese parque por el que pasábamos siempre de largo, e ido a museos o galerías a los que nunca habíamos entrado… En definitiva, hemos convertido el encuentro con esos espacios tan cercanos casi en un redescubrimiento de nosotros mismos.

El mundo entero está en nuestra propia casa

El hogar es un refugio contra todo tipo de tormentas y este año nuestra casa se ha convertido en lo más parecido a una puerta cosmopolita al mundo, tanto para el encuentro como para el recogimiento… Hemos pasado de no tener tiempo ni para estar en casa, a saldar todas las deudas que teníamos pendientes: retomar el gusto por la lectura (e incluso atrevernos con ese libro que nos parecía inabarcable), escuchar de verdad un disco, pegarnos maratones de clásicos como Los Soprano y El ala oeste de la Casa Blanca, o comprobar que, ya sea una receta de legado familiar o un curioso plato de otra parte del mundo, no hay nada como una comida casera. Hemos exprimido todas las vidas posibles de nuestra casa: gimnasio, pista de baile, punto de encuentro; y descubierto que no hacer absolutamente nada también es una alternativa. Y bastante agradable.

Se puede (tele)trabajar de otra forma y, lo que es más importante, desde donde te dé la gana.

Otro de los grandes hitos de 2020 ha pasado por redefinir nuestras rutinas laborales y descubrir que podíamos cambiar el frío paisaje de oficinas por un entorno más acogedor. “Están bronceados, incomprensiblemente felices para ser un día laboral. Son los que se unen a la videollamada de Zoom con el pelo todavía mojado por la piscina», apuntaba la periodista Marie-Claire Chappet en la edición británica de Glamour sobre estos nuevos teletrabajadores. El teletrabajo nos ha llevado a replantearnos la calidad del tiempo que dedicamos a lo que hacemos para ganarnos la vida y a buscar maneras de compatibilizarlo con un estilo de vida que nos permita también disfrutar de nuestro tiempo de ocio y descanso. Y eso no solo pasa por aprender a regular nuestros horarios, ser fieles a nuestros calendarios y deadlines y evolucionar en el lenguaje digital que empleamos cotidianamente. También pasa por elegir un lugar desde el que rendir mejor, al tiempo que mejoramos nuestra calidad de vida.

¿Qué tal en una casa en alguna cala del Mediterráneo? Larios ha lanzado un concurso para poner en práctica lo aprendido. La marca premiará al ganador con 10.000 euros para que pueda disfrutar de una casa en la costa del Mediterráneo y empezar una vida con otro ritmo. Participar en el concurso es más fácil que nunca: basta con adjuntar el ticket de compra de una botella Larios 12, Larios Rosé o Larios Citrus en la web y comentar nuestros motivos. El ganador del concurso se comunicará en enero. El tiempo de espera se podrá amenizar con una copa de Larios 12.

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