_
_
_
_

Al creador del ‘Tour de la Manada’ le podrían caer tres años, pero el turismo de violencia sexual es una realidad

Llevan a los juzgados al hombre que ofertaba un recorrido para recrear la noche de la violación múltiple en los San Fermines pero, ¿qué hay del resto de tours en los que se glorifica de forma épica la violencia sobre las mujeres?

'Descubrimiento de una de las víctimas de Jack el Destripador' (1888).
'Descubrimiento de una de las víctimas de Jack el Destripador' (1888).Getty

Tres años, tres meses y un día de prisión por un delito contra la integridad moral de la víctima y otro de odio. Según avanza El Periódico de Catalunya, esta es la pena de cárcel que pide la acusación para el creador de la polémica web que ofertaba un ‘Tour de la Manada’, imputado ahora por el juzgado de instrucción número 4 de Pamplona. El ‘tour de la manada’ se viralizó entre protestas e indignación el pasado mes de diciembre, al tiempo que se hizo pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Se trataba de una misteriosa web que prometía un»recorrido por los puntos clave de la famosa noche»en la que cinco hombres violaron en grupo a la víctima en un portal de Pamplona durante los San Fermines de 2016. El site también incluía la posibilidad de comprar réplicas de las camisetas que vestían los violadores o hacerse con tatuajes temporales similares a los de El Prenda, uno de los acusados. «Entre el alcohol y el desenfreno, cinco varones con peinados a la última moda se encuentran a una joven en la céntrica Plaza del Castillo. Veinte minutos después entraban con ella en un portal a 300 metros de distancia y la agredieron sexualmente. ¿Qué pasó en esos 20 minutos? ¿Dónde fueron los agresores después? ¿Cómo los identificó la policía? ¡Descúbrelo todo en este ‘tour’!», decía la página, en la que únicamente se indicaba un mail de contacto para obtener más información. A los interesados se les indicaba que que las plazas del tour eran limitadas: «Solo tenemos 20 plazas por fecha, que admitimos por riguroso orden de inscripción. Unos días antes de la fecha que ha elegido cerraremos las plazas y te comunicaremos si puedes entrar»

La web tuvo una impactante repercusión mediática y social a modo de denuncia. La Policía Foral de Navarra actuó de oficio contra la web, que dejó de estar operativa. Cuatro días después de la sentencia y de haber copado el debate en redes, el creador del tour reapareció en una web y vía mailing  informó a aquellos que se habían interesado previamente rectificando, negando que el tour fuese real y aludiendo que lo suyo había sido una suerte de performance sociológica contra los medios de comunicación. En un texto introducido por una cita de Guy Debord, el ahora acusado explicaba que su web había sido «un acto que ha permitido ver cómo los medios se lanzan como hienas a cualquier cadáver al que le puedan chupar la sangre aún caliente». Allí, hacía un recuento y análisis de la cobertura de su supuesto cebo del tour en medios y redes: «la web falsa del tour ha tenido unas 80.000 visitas, que junto a la cantidad de cobertura mediática podemos hablar de una audiencia de al menos, 500.000 personas. De estas, solo 3.000 han leído este artículo. Hay, por tanto, medio millón de personas que se indignarán cuñadamente sobre un tour que nunca existió».

No obstante, el creador se enfrenta ahora a una denuncia que defiende que fue una estrategia para rectificar frente a la crítica social generada: «Atentó gravemente contra la integridad moral de la víctima de La Manada, con el trato degradante y vejatorio de la publicación, defendiendo la agresión que sufrió y con ello las agresiones sexuales contra las mujeres en general, al animar a las personas que visitaban su página web a comprar las mismas camisetas que llevaban puestas los agresores el día de los abusos». Según informa El Periódico, el acusado volvió a insistir durante el juicio que su objetivo era lanzar un mensaje «contra el sensacionalismo en los medios». El fiscal ha decidido no acusarlo pero el juez sí ha visto indicios de delito y el procedimiento sigue en marcha.

Panfleto informativo sobre el tour que recrea los crímenes ordenados por Charles Manson.
Panfleto informativo sobre el tour que recrea los crímenes ordenados por Charles Manson.dearlydepartedtours.com

El show de la chica muerta

El caso del polémico tour de La Manada ha llegado a los juzgados españoles pero la sociedad convive de forma normalizada con otras visitas guiadas que convierten en espectáculo la violencia de género y la degradación de los cuerpos femeninos. Dentro del turismo oscuro (viajes motivados para visitar lugares relacionados con la muerte, el sufrimiento, las atrocidades, la tragedia o el crimen, un ejemplo reciente sería el de aquellos que han acudido en masa Chernóbil al hilo del éxito de la serie de HBO), existe el tanoturismo, más centrado en viajar para encontrarse con la muerte. Una de las variantes de ese tanoturismo podría centrarse en la celebración capitalista de la violencia sobre las mujeres. Ahí está el tour  Helter Skelter de Los Ángeles, donde se puede asistir, pagando 85 dólares, a una visita guiada en la que se recrean los crímenes perpetrados por los miembros de la familia de Charles Manson. En la visita, de tres horas y media de duración y que ha vuelto a popularizarse por la serie Mindhunter o el film de Tarantino, se muestran las dos localizaciones de los asesinatos de LaBianca y Cielo Drive. También se pueden «escuchar de forma gráfica detalles de los asesinatos contados por los propios asesinos», visitar el sitio donde Sharon Tate cenó su última comida –su rostro es el reclamo en el panfleto de la visita– o acudir al lugar en el que se encontraron las prendas ensangrentadas de los asesinos. En Londres también se ofrecen multitud de visitas para asistir a una recreación de los asesinatos de Jack El destripador (más de 150.000 resultados en Google), el asesino en serie más célebre de la historia que desgarraba la garganta y extirpaba los órganos de las mujeres a las que asesinó.

Todo este negocio recurre a una pseudo-ficción morbosa que recrea sin descanso la tragedia real de la chica agredida o asesinada. La pérdida de la inocencia se convierte aquí en un ritual-espectáculo, alimentado por el halo de fascinación social que planea sobre la violencia. Hace unos años, y al hilo del éxito de series como las dos primeras temporadas de True Detective, donde se glorificaba de forma casi mística al cadáver femenino o las violaciones sobre las mujeres, Alice Bolin escribió un ensayo (El show de la chica muerta) donde especificaba que en estas ficciones el cuerpo femenino se convierte, de forma complementaria, «en fuente y objetivo de la malicia sexual». Las mujeres pasan a ser un campo neutral, meros conductos físicos para que los hombres crean que ponen fin a sus problemas, ya sea asesinándolas o resolviendo su muerte. Más allá de la ficción televisiva y el hecho de que es simplemente eso, pura ficción; los tours que recrean y explotan asesinatos de mujeres transgreden la realidad e idean un guion donde la historia de estas mujeres se convierte en una pseudoficción repetida sin descanso cada día ante espectadores que asisten a una reducción de su existencia vital para servir como un mero espectáculo de violencia.

En contrapartida a la mayoría de estas ofertas, y dentro de este mercado que explota económicamente una y otra vez la violencia de género, se creó recientemente un tour feminista de Jack el Destripador, una caminata guiada que asegura poner el foco en la víctimas y no en el asesino: «Nuestro tour mira esta historia desde otro ángulo, centrándose en la vidas de Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly, rescatándolas y poniéndolas en medio del escenario», apuntan desde la web que lo organiza. La víctima se ve aquí como un agente y no como un sujeto. Una lectura que se aleja la cosificación ritual de esa violencia habitual, una práctica que ya lamentaba en 1949 James Baldwin, cuando criticó en un ensayo que se infantilizase y justificase la violencia masculina mientras el cuerpo de la mujer encarnaba siempre esa «fascinación sexual de lo demoníaco».

Una visitante en el tour ‘Helter Skelter’ sobre los crímenes instigados por Manson.
Una visitante en el tour ‘Helter Skelter’ sobre los crímenes instigados por Manson.Getty (picture alliance via Getty Image)

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_