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Manolo Blahnik: “María Antonieta se inventó un estilo que copió toda Europa”

El célebre zapatero auspicia una exposición en el museo Victoria & Albert de Londres que recorre el legado y la influencia cultural de la última reina consorte de Francia

Manolo Blahnik
Elsa Fernández-Santos

Manolo Blahnik recibió en 2004 uno de los encargos más gratificantes de su carrera: recrear para el cine el calzado de la última reina consorte de Francia, María Antonieta. Aquel trabajo para la película de Sofia Coppola, estrenada en 2006 con una fabulosa secuencia dedicada solo a los zapatos, cerraba el primer círculo de una fascinación que había nacido para Blahnik en su infancia en La Palma (Islas Canarias), cuando su madre les leía para dormir a él y a su hermana Evangelina la biografía de Stefan Zweig sobre la vida de la malograda reina. Dos décadas después de aquella colaboración, se cierra un segundo círculo, el de la exposición que se inaugura el 20 de septiembre en el museo Victoria & Albert. Auspiciada por el zapatero español, Maria Antoinette Style reúne 350 piezas alrededor del legado estético de una mujer que cambió las reglas en la cuna de la moda.

Kirsten Dunst como María Antonieta en la cinta de Sofia Coppola (2006).

Blahnik se ha pasado la vida estudiando los detalles de una figura histórica vilipendiada que en las últimas décadas —especialmente a partir de la biografía de Antonia Fraser en la que se basa la película de Coppola— ha dado el giro que recoge esta nueva exposición. Instalada en la rígida Versalles, obligada a renunciar a su familia y a su país, Austria, María Antonieta construyó un estilo propio que rompía con los pesados dictados de etiqueta de la corte francesa. Su sello, como apunta la comisaria de la exposición, la especialista en el siglo XVIII Sarah Grant, acabó impreso en todo, de las pelucas a los muebles.

El cuadro ‘Marie-Antoinette en robe de mousseline’, de Élisabeth-Louise Vigée-Le Brun, 1783.

La exposición, la primera en el Reino Unido dedicada a la reina consorte, incluye préstamos de colecciones privadas y de piezas que por vez primera salen de Versalles, además de una larga serie de vestidos, zapatos, joyas y objetos personales que muestran la profunda influencia en siglos posteriores de una mujer que fue guillotinada a los 37 años, víctima de un odio popular que nació con el desdén de la corte y, ya en la calle, se nutrió de todo tipo de panfletos en los que su figura fue demonizada por mujer y por extranjera. “María Antonieta era una outsider dentro de la corte francesa; entregada por su madre con tan solo 14 años, despojada de todas sus raíces, su figura es trágica y fascinante”, apunta Blahnik por videollamada desde Londres. Aquella adolescente vienesa, sola y aislada, “se inventó, de una manera espontánea y natural, un estilo que copió toda Europa”. “Pero lo realmente fantástico”, continúa, “es su asombrosa longevidad, cómo su presencia en la cultura popular llega a nuestros días. Para mí esta exposición es otro sueño cumplido, reivindicar a María Antonieta”.

Kate Moss, fotografiada por Tim Walker para 'Vogue USA' en 2012 en el Ritz de París, con un vestido de Sarah Burton para Alexander McQueen y una estética inspirada en la reina francesa.

Blahnik tiene mil anécdotas asociadas con esta figura histórica y sus recreaciones, como su descubrimiento del museo de memorabilia de Hollywood de Debbie Reynolds, en Las Vegas, donde estaban los vestidos diseñados por Adrian (autor también de los de El mago de Oz) que lucía Norma Shearer en el biopic de 1938. Lo que nadie esperaba es que con el nuevo siglo llegaría también el cambio de percepción del personaje, impulsado desde nuevas miradas de género. “María Antonieta fue una mujer con poder y personalidad y eso provocó muchísima misoginia”, explica Sarah Grant. “Se la trató mucho peor que a cualquier hombre”.

El zapato Antonietta, diseñado en 2005 por Manolo Blahnik para la película de Sofia Coppola.

Si el libro de Fraser es el punto de inflexión para este nuevo relato, en La reina desalmada: María Antonieta en los panfletos, de la ensayista Chantal Thomas, también se analiza cómo el imaginario popular, guiado por los libelos de la época, satanizó hasta el delirio a la soberana. Fue, para entendernos, una víctima de las irresponsables fake news de la época. En el siglo XIX fue Eugenia de Montijo la primera en rescatarla, explica la comisaria. “Su influencia ha sido y sigue siendo enorme, tanto en la moda como en la decoración”, añade. “Ella hizo política con los vestidos y los muebles. Su sensibilidad era muy moderna, por ejemplo, usando su monograma en todas partes o cambiando las estrictas costumbres de la corte no solo en la vestimenta, sino también en la crianza de los hijos”.

A la izda., otra imagen que ratifica la influencia de María Antonieta en la moda, un 'look' del desfile de Moschino (O-I 2020-21), y, a la dcha., silla del mobiliario de la reina (Victoria & Albert Museum).

Los zapatos tendrán, obviamente, un protagonismo especial en la exposición del Victoria & Albert. “Blahnik empezó estudiando los modelos del siglo XVIII de este museo, así que ese es otro círculo que se cierra”, afirma Grant. María Antonieta se compraba unos cuatro pares a la semana y su diminuto pie —medía 1,65 y calzaba un 36— volvió a revivir con los modelos diseñados por Blahnik para la película de Coppola. Entonces, el creador (que ahora ha desarrollado una colección cápsula para la ocasión) tuvo una sola indicación: “Que no fuese académico, que me imaginase a María Antonieta hoy”, recuerda. Y a su manera lo cumplió. “No se trata solo de su enorme conocimiento sobre la materia”, apunta Grant. “Para mí lo más sorprendente es cómo Blahnik logró hacer revivir el espíritu de María Antonieta, incluso la manera de caminar de la época, reimaginando su calzado”.

Uno de los modelos de la colección cápsula que el zapatero lanza ahora con motivo de la nueva exposición en el museo Victoria & Albert.

Cuando Coppola ya había rodado su revisión del mito en Versalles, los zapatos regresaron a la antigua oficina de Blahnik en King’s Road. Aún no se había estrenado la película y aquellos modelos increíbles, hechos a mano con telas originales de colores pastel rosa, verde, azul y amarillo, parecían tener vida propia, como los personajes de un cuento. Esa es la misteriosa cualidad de los zapatos de Blahnik: te hacen imaginar historias. Y en el caso de María Antonieta, también sirven para cerrar círculos.

El boceto del modelo Tourzel Habsburg para la película.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’
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