Talk Under Light, la marca española de ropa interior que reivindica las bragas ‘de abuela’
La firma española creada por Lara Quetglas aboga por una moda lenta, local y sostenible, unos valores que definen también la vida de su fundadora, que cambió la intensidad de la ciudad por la serenidad de la vida campestre
Hablar bajo la luz, Talk Under Light, el nombre de esta innovadora firma de ropa interior evoca esa atmósfera íntima, cálida y acogedora que solo se despliega en los sitios donde nos sentimos realmente cómodos. Y no es casualidad, porque cuando Lara Quetglas se lanzó a crear su propia marca buscaba precisamente eso: ropa íntima lo más confortable posible. “No prestamos la suficiente atención a la ropa interior que elegimos, estamos concienciándonos cada vez más pero veo que, tanto amigas como mujeres que vienen a comprar, se ponen cualquier braga de cualquier material y no se preocupan de que esto está en contacto con las partes genitales”, explica la fundadora de Talk Under Light en conversación telefónica con S Moda.
Si bien la marca ya ha superado los cinco años de vida (se lanzó entre finales de 2018 y principios de 2019), el proceso para crearla se dilató varios años más. Diseñadora gráfica de profesión, Quetglas tuvo que formarse en moda para poder echar a rodar un proyecto que sería suyo de principio a fin. “En un principio iba a ser una marca de bodies”, rememora, pero todo cambió cuando viajó a Barcelona para estudiar patronaje de lencería y baño: “Pensaba que con eso iba a tener las nociones para poder desarrollar las piezas íntimas y una vez que me puse a trabajar estas piezas me enamoré completamente del proceso de creación. Vi que me apetecía ampliar y generar diferentes diseños atemporales que conectaran con la intimidad pero sin limitarme a los bodies que era mi idea principal”. Corría el año 2018 y en aquel mundo prepandémico la sostenibilidad real era algo anecdótico en la moda y muchas de las iniciativas con guiños al planeta respondían más a prácticas propias del greenwashing. Para Quetglas, sin embargo, no había opción: la marca sería realmente sostenible o no sería. “Tenía claro que hiciera lo que hiciera quería cuidar la naturaleza, cuidarnos a nosotras, cuidar todo el proceso, fabricar de manera ética y en proximidad. Fueron valores que marcaron la marca desde el inicio”. Esa forma lenta y consciente de producir no se limita a la moda, la propia Lara Quetglas dio un golpe de timón a su vida y abandonó la ciudad para vivir en el campo, un lugar tranquilo donde la naturaleza y el mar se imponen al asfalto y el sonido del viento en los árboles al tráfico de los coches. “Cuando me mudé a Barcelona, al principio cogí con muchas ganas el ajetreo y todos los planes, pero llegó un momento en que mi mente no podía más. Había demasiada información, demasiado ruido, necesitaba calmar la mente, empezamos a mirar casas y al final nos mudamos aquí a Montgat y es otro ritmo de vida totalmente diferente. Soy una persona muy activa e inquieta y necesito equilibrarme de alguna manera con el silencio”.
Los valores sobre los que se cimentó la marca siguen muy vigentes a día de hoy. El algodón orgánico es el principal material de sus piezas, producidas en un taller en Mataró, y cuando se adentran en el mundo de los estampados, se valen de flores y plantas como el rosal o el eucalipto para dar color. “Hay prendas que son 100% algodón orgánico que es el que uso para las camisetas, los culottes, los vestidos… piezas que no necesitan elasticidad. Luego tengo el otro que es algodón orgánico con un pelín de elastano para que se pueda ajustar mejor al cuerpo”, explica. El crudo y el tierra, los colores que nacen directamente de la planta, son los tonos de su paleta cromática, pero busca complementarlos con otros tintes naturales: “El estampado botánico está en fase de experimentación, suelo colaborar con pequeños proyectos que trabajan los tintes naturales y en eso sí que tengo ganas de meterme más a fondo, pero es complejo, es muy caro, es un proceso muy artesanal y luego como es ropa interior y se lava mucho no vale cualquier cosa”.
Los diseños de Talk Under Light son estéticos, funcionales y, sobre todo, cómodos. Podríamos decir que están en las antípodas de esa lencería de encaje que nos venden como sexy pero que jamás te pondrías en tu día a día. A medida que cambian los gustos, evoluciona cómo las mujeres nos vemos a nosotras mismas y cómo nos perciben, y el cajón de ropa interior refleja también esas transformaciones: “Así como un hombre podía ir cómodo y eso era lo que él necesitaba y lo que la moda interior le ofrecía siempre, la mujer ha tenido pocas opciones de ir cómoda con el tipo de ropa que se vendía. Y hablo tanto de la lencería, como de sujetadores que se te ajustaban demasiado al cuerpo, o con aros, con formas para hacer tu pecho más ‘bonito’, más redondo, con menos forma, todo pensado para ‘mejorar’ tu cuerpo”, cuenta subrayando con su voz las palabras entrecomilladas. “Por fin nos estamos liberando de eso y hay opciones para ir cómoda y a eso le doy prioridad, obviamente y verme bien, pero es que yo me veo bien con algo básico que acompañe mi cuerpo y lo sexy tiene que ser tu cuerpo, querernos tal y como somos”, sentencia.
Sí a las bragas “de abuela”
Una de las pocas prendas cómodas en lo referente a la ropa interior femenina han sido las denominadas “bragas de abuela”, un tipo de diseño que se cuela entre las novedades de la marca. Ese concepto tan demonizado de “bragas de abuela”, como si las mujeres que las llevan fueran menos deseables o estuvieran destinadas a la soltería eterna (algo que tampoco es un problema), encaja a la perfección con la filosofía de la marca y de hecho, la fundadora asegura que las bragas grandes tienen un público fiel: “Hay muchas mujeres que me dicen ‘a mí me gustan las bragotas, que me tapen bien el culo y me cubran bien la tripa, ir calentita”. Para ellas ha diseñado la Braga Emilia, una braga “un poco inspirada en la braga de abuela, que es como la de Bridget Jones, y por eso la he llamado como mi abuela, Emilia. Aunque es bastante más ajustada, me recuerda a ella cuando yo la veía desnuda, la veía con su súper braga que me parecía genial porque se veía que iba a gusto”.
Los diseños de la marca no solo están pensados para mujeres y en la categoría genderless de su tienda online, se pueden encontrar opciones para ellos. Por ejemplo, un body unisex de algodón orgánico o unos culottes del mismo material. “Esta idea de ropa interior sin género surgió un poco con el fin de compartir, que cualquiera independientemente del género y cómo se sienta esa persona pueda vestir una prenda y sentirse bien”. El crear diseños ajenos a los géneros es un desafío para una marca independiente, pero la idea es ir incorporando nuevas propuestas: “Me gustaría sacar más prendas de este estilo pero es complejo porque cada uno tenemos unas formas y es difícil sintetizar en una pieza tantos cuerpos y características diferentes a nivel de confección”, por eso explica que todas las piezas son “lo más sencillas posibles” y realizadas a partir de “patrones clásicos”.
El crecimiento de Talk Under Light, con un mercado principalmente español y europeo, se sostiene con las ventas de su tienda online y de las clientas que compran en el showroom. Y en menor medida, con lo que vende en puntos de venta específicos: “Tengo alguna tienda o proyecto multimarca en el País Vasco, en Ámsterdam o en Barcelona”, puntualiza. ¿Planes de futuro? Abordar nuevas categorías (próximamente lanzará piezas de niño) sin dejar de lado la visión de una firma independiente que ha demostrado que el sector de la ropa interior todavía puede sorprender sin caer en clichés ni sucumbir a la dictadura de las tendencias.
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