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El lazo, ese detalle hiperfemenino que se ha convertido en símbolo de rebeldía

No solo está por todas partes, sino que además hoy conlleva un gran simbolismo e inspira fuertes reacciones

La cantante Griff, vestida de Simone Rocha el pasado septiembre durante la semana de la moda de Londres.
La cantante Griff, vestida de Simone Rocha el pasado septiembre durante la semana de la moda de Londres.Jeremy Moeller (Getty Images)

Cómo es posible que un elemento tan cargado de ingenuidad, que habla de la niñez y de la nostalgia, con un origen humilde y más antiguo que María Antonieta como es un lazo sea uno de los motivos más omnipresentes en la moda de 2023. No solo está por todas partes (en la moda, en las tendencias de belleza, en las de decoración) sino que además hoy conlleva un gran simbolismo e inspira fuertes reacciones.

Veamos varios ejemplos: el goteo de lazos es constante desde la primavera de 2022, cuando diseñadores y marcas como Giambattista Valli, Moschino, Rochas, Batsheva, Comme des Garçons o Richard Quinn, por citar algunos, coincidieron en añadir distintas versiones de lazos en sus colecciones de pasarela. De hecho, las bailarinas con lazo de Miu Miu se convirtieron rápidamente en el zapato de culto del momento.

Una de las propuestas del desfile de p-v 2024 de Simone Rocha.
Una de las propuestas del desfile de p-v 2024 de Simone Rocha.Victor VIRGILE (Gamma-Rapho via Getty Images)

Pero para que una propuesta pase a ser una tendencia real tiene que suceder una especie de efecto sirimiri, es decir, que esa idea vaya calando gota a gota, como una fina lluvia, empapándolo todo hasta que cuando te das cuenta, ya estás completamente inundado. Eso es lo que ha sucedido: mientras estéticas hiperfemeninas terminadas en -core cogían fuerza en TikTok (como el balletcore o el más reciente coquette-core) este mismo otoño algunos diseñadores han dado un paso más allá al rematar no solo sus vestidos, camisas o chaquetas con lazos (Ian Griffiths con una versión minimalista en su colección para Max Mara, por ejemplo) sino que los han incluido como sugerencia de belleza. Es el caso de Helmut Lang, que puso lazos para decorar el cabello de sus modelos en pasarela; Simone Rocha, que los ha utilizado como elemento de transición a su colección para la primavera de 2024 y que los ha llegado a aplicar directamente en el rostro, o Sandy Liang, cuyos bolsos de enormes lazos de raso prometen ser un superventas el año que viene. La diseñadora industrial Anamaria Morris, por su parte, ha alcanzado cierta viralidad entre los diseñadores de interiores con sus lazos cerámicos como objetos decorativos para estanterías o como sujetavelas.

El lazo como complemento en esta trenza.
El lazo como complemento en esta trenza.Christian Vierig (Getty Images)

Las celebridades también se han apuntado al tema. Sia llevó un lazo gigante en la cabeza para su espectáculo del 15º aniversario de Christian Siriano, Hailey Bieber ya se los ha puesto en Instagram y Doja Cat lleva lazos y cintas rosas en su vídeo Agora Hills. Hay más ejemplos: Olivia Rodrigo lució un deslumbrante minivestido de Chanel de 1994 adornado con lazos en una noche de fiesta, y en la Met Gala de 2023 la estrella de Euphoria Sydney Sweeney lució lazos negros de gran tamaño en el cabello y en su vestido de Miu Miu.

Los lazos están por todas partes y se aplican a todo: en TikTok hay innumerables vídeos sobre el tema, desde cómo “coquetizar” una blusa anudando lazos en las mangas hasta cómo pueden servir para decorar los auriculares de Apple, utilizarlos como cinturón cuqui o para dar un nuevo aspecto al bajo de los pantalones vaqueros. Estos días hasta las Crocs se personalizan con lazos y hay, decimos, todo tipo de ideas: hasta tutoriales para colocar rollos de papel higiénico con lazos.

La otra gran diferencia entre la tendencia ribbon de los últimos años es que el lujo ha abrazado, sin contemplaciones, las posibilidades de negocio que ofrece. Hay quien está dispuesto a pagar una cantidad importante de dinero por un artículo de mercería si está cobijado bajo una marca de prestigio, como pasa con los pendientes de raso rojo de Simone Rocha, con un precio de unos 340 euros. A su favor diremos que también llevan una lágrima de cristales.

Las tiendas de lujo online venden hoy piezas como un collar con lazo de Balenciaga hecho de latón y vidrio por 1.500 euros o unos vaqueros de Blumarine con enormes lazos en las perneras. Probablemente una de las piezas más controvertidas sean los pendientes lazo de Balenciaga, cuyo precio original fue de 195 euros: están hechos de cordones de zapatos, destacando la capacidad de su diseñador creativo, Demna, para incorporar objetos cotidianos en las colecciones de joyería de la casa.

La obsesión de la moda con los lazos se ha trasladado ya al consumidor, a raíz de lo que cuenta Rachel Glicksberg, líder de nuevas iniciativas y moda femenina en la plataforma de segunda mano de artículos de lujo The Real Real, en un artículo publicado en The New York Times: dice que el precio de venta promedio de la plataforma para artículos vintage con lazos en 2023 es un 16% más alto que el de los artículos vintage sin lazos.

El lazo ayer y hoy

El lazo en sí se remonta a la antigüedad, de hecho, en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York se conservan piezas del 2600 al 2500 a. C. En los siglos XVI y XVII el lazo era un elemento extendido a todos los géneros. En el XVIII por primera vez tuvo un propósito menos práctico y se utilizó como accesorio y símbolo de estatus para el cabello entre la aristocracia francesa: se dice que el peluquero de María Antonieta gastó unos 20.000 francos en cintas para el pelo.

Los lazos continuaron siendo un adorno de moda durante todo el siglo XX y vivieron un momento estelar en el verano de 1984. Cuando Yves Saint Laurent sacó a desfilar su sobrecogedor vestido-lazo en el desfile de alta costura del otoño/invierno de 1983-1984, el diseñador ya era una leyenda. El creador de iconos como la chaqueta sahariana o el esmoquin femenino, sin embargo, escribió su página más dramática en la historia de la moda gracias a un elemento que no era nuevo en la moda: un lazo. Este adorno, sin embargo, no tenía nada de humilde atadura: grandilocuente, en un brillante raso color rosado, remataba con elegancia la espalda de la modelo.

Un vestido con lazo trasero de Yves Saint Laurent, durante el desfile en París en 1983.
Un vestido con lazo trasero de Yves Saint Laurent, durante el desfile en París en 1983.Daniel SIMON (Gamma-Rapho via Getty Images)

Tampoco era nada nuevo: en los cincuenta Marilyn ya había elevado el bow-dress a la categoría de deseo cuando descendía de las escaleras en Los caballeros las prefieren rubias mientras cantaba aquello de Diamonds are a girl’s best friend, y musas como Catherine Deneuve (combinando los lazos de su pelo con los de su ropa) o Twiggy (”el rostro del 66″) jugaron con la ingenuidad que transmite este elemento alargando su estética hacia la provocación. Pero quizá el de Saint Laurent levantó tantos suspiros porque por primera vez el lazo era más protagonista que el propio vestido. Aquel diseño estaba hecho para ser (ad)mirado por detrás. El propio diseñador captó la extrema carga de sensualidad que podría aportar un detalle tan naíf como un lazo rosa y en su colección de alta costura de otoño invierno 1990-91 subió la apuesta con un vestido negro asimétrico con una amplia apertura hasta la cadera que se remataba exclusivamente por dos delicados lazos rosas. Fuero años dorados para el lazo: la colección de 1995 de Karl Lagerfeld para Chanel, donde dos lazos decoraban la trenza rubia que Claudia Schiffer dejaba caer sobre su vestido negro, constataron que podían estar cargados de intención. Este año se pueden encontrar versiones de todos aquellos vestidos en marcas comerciales como Self Portrait, Zara, Sfera o & Other Stories.

Hoy en día, el lazo vuelve a ser protagonista. No solo por coronar diversas propuestas estéticas (el renacimiento del look gótico también se ha apoderado de lazos en las redes sociales), sino que es uno de los elementos elegidos por los hombres que visibilizan la nueva masculinidad. Harry Styles ha llevado enormes lazos sustituyendo a la clásica y contenida pajarita, Timothée Chalamet utiliza blusas anudadas con el pussy-bow y también Eddie Redmayne vistió una camisa de Saint Laurent adornada con un lazo en los SAGS 2023. En un artículo de la edición australiana de la revista GQ sobre la relación entre la nueva masculinidad y los lazos, el periodista analiza la colección de trajes de Tanner Fletcher, donde americanas y pantalones están rematadas con delicados lazos de color lila, y hace la siguiente reflexión: “Qué lejos queda todo esto de la hipermasculinidad de épocas pasadas, donde el streetwear era el rey y a los chicos cool no les importaba. Por el contrario, un lazo dice: me importa mucho. Lo he atado yo mismo. He pensado en mi ajuste. Una cinta es atrevida, femenina y descaradamente bonita. Es incluso un poco tonto. Ha llegado en un momento en el que estamos cuestionando ideas sobre masculinidad y belleza, recuperando el dandismo y animando a los hombres a vestirse de punta en blanco. En cierto modo, se siente como una declaración, tanto como como un accesorio”.

Hay quien dice que los tiempos difíciles exigen una moda audaz. Y quizá el lazo sea un buen símbolo de nuestro zeitgeist.

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