Más ‘chic’ que ‘geek’: las gafas de Google buscan estilista
¿Podrá la montura de plástico chillón convertirse en un ‘must’ de estilo? El reto del gigante de Silicon Valley pasa por adaptarse al consumidor de tendencias.
Ahora que ya sabemos cómo se vive la experiencia de llevar unas Google Glass y hemos aprendido las bondades de poder grabar videos y conectar con el resto del mundo mientras nos subimos a un trapecio, pilotamos una avioneta o nos tiramos en paracaídas (acciones de lo más comunes en nuestro día a día); toca preguntarse cómo se vive desde el otro lado, cuando los transeúntes se cruzan con un aspirante a cyborg que lleva una montura con un plástico chillón y emite órdenes en voz alta.
Superado el escalón de generar ruido y motivar interés (en apenas unas semana, el video demostrativo en ciernes lleva acumulados más de 15 millones de visionados), el gigante de Silicon Valley está a la caza de estilistas que le asesoren para poder convertir su preciado gadget en un objeto de deseo. Tal y como desveló el New York Times hace unos días, Google se encuentra en negociaciones con Warby Parker, una start up de e-commerce que vende gafas con inspiración retro y que podría dar el toque comercial necesario para que cuando el modelo aterrice en el mercado, lo haga adaptado a las preferencias del consumidor de tendencias. Y es que aunque el modelo inicial no incluye cristales, la empresa investiga si añadirá lentes graduadas o de sol a su cibernética montura.
El reto no es una mera barrera. Conseguir que la tecnología sea 'ponible' y sobreviva a los estilismos de los consumidores es un paso por que el que tan siquiera había osado explorar el tótem de Apple (aunque ahora no quiere quedarse atrás y ha anunciado el lanzamiento de un reloj). ¿Estamos preparados para integrar un microprocesador, una batería y una mini pantalla en nuestro vestuario? ¿Realmente queremos que el resto nos vea vistiendo estas gafas?
Todo apunta a que las gafas podrían estar disponibles este mismo año, a un precio que rondará los 1.200 euros
Cordon Press
Esto mismo se ha preguntado Tim Maly, responsable de diseño en la revista Wired y artífice de un reportaje sobre las posiblidades de incorporar las gafas en nuestro estilismo diario. "No sé si Google será capaz de convertirse en una empresa de moda, pero seguro que se están exprimiendo por intentarlo. Sólo hay que ver las fotos que han producido con modelos vistiendo el modelo", explica vía mail a S Moda. (Cabe recordar que la maquinaria del marketing ya se inició en septiembre del año pasado, cuando las Google Glass irrumpieron en el desfile de Diane Von Furstenberg –ver video al final del artículo–, que no dudó en subir a la pasarela al modelo y pasearlo entre Valentino y Sarah Jessica Parker, para delirio fashionista). "Las gafas no serán cómo las hemos visto hasta ahora. Quieren redefinir el modelo, refinarlo, ya sea con cristales o con otros materiales. Y si resulta que llevar el modelo se convierte en algo indispensable, entonces nos acostumbraremos a él y se convertirá en parte de la moda", apunta Maly.
Tal y como destaca el periodista, el fenómeno de las Google Glass "es muy similar al de la gente que lleva auriculares bluetooth. En algunos lugares, es una marca de estatus empresarial y de estilo. Creo que las gafas empezarán a despuntar como un objeto de fascinación, pero los dispositivos de bluetooth todavía no han roto ese nicho de mercado, ¿lo lograrán las gafas de Google?". Teniendo en cuenta que hacerse con el modelo rondará los 1.200 euros, las posibilidades de ampliar mercardo parecen reducidas.
Para Amaya Hernando, responsable de diseño de Opticalia (que ahora se ha aliado con Mango en la producción de su nueva línea de gafas), Google "debe tener mucho cuidado" al diseñar un producto que "interfiere directamente" con nuestro rostro. "Si quieren convertir a su producto en un modelo de tendencia, ponible e icónico, deberian apostar por un modelo único, unisex, con variedad de colores y que no implique llevar un disfraz", explica. Hernando remite al fenómeno de las gafas 3D para entender cómo la moda sí influencia en la evolución de la tecnología aplicada a la visión. "Al principio los modelos eran mucho más estrámboticos, futuristas, aún a sabiendas de que sólo eran para uso doméstico y que no tenían que salir a la calle. Ahora se han refinado, adaptado al mercado y recogen la estética retro que rigen las tendencias en el diseño de gafas", aclara.
Vistas todas las recomendaciones, ¿funcionarán o no las Google Glass? "Creo que, por ahora, las gafas de Google son raras y díficiles de entender. Nos preocupa qué supondrá en términos de privacidad/distracción el llevar ordenadores justo en frente de nuestra cara. Puede ser un gran desastre o puede convertirse en un gadget útil" explica el redactor de Wired y destaca que "en eBay ya se subasta una copia de las gafas por 15.000 dólares, así que está claro que son deseables. Recordemos si no cuando el iPhone y el iPad salieron al mercado. La gente dudó de su funcionalidad. Llegaron a decir que el iPad era aburrido… y se vendió igualmente".
Diane Von Furstenberg charla con Valentino tras su desfile. ¿Pondría en grabación la conversación?
Getty
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