La nueva promesa de la moda fue descubierta en un Alcampo de Madrid

«Lo recuerdo como si fuera ayer. Era el cumpleaños de mi madre y fuimos a hacer algunas compras al Alcampo de La Vaguada. Estábamos en la sección de zumos y yo notaba que alguien me estaba mirando todo el rato. Cuando estábamos a punto de salir del supermercado, se nos acercó Nacho [Aysa, director de la agencia The Cool Models] y le dejó su tarjeta a mi madre. Quería ficharme en su agencia de modelos y la verdad es que a mí siempre me había llamado la atención la profesión». Así recuerda Lucía López el día en que llamó la atención de uno de los agentes más importantes de nuestro país, el mismo que descubrió a la top Blanca Padilla. La joven, que es madrileña y tiene 17 años, atiende nuestra llamada telefónica aprovechando los cinco minutos que tiene para comer entre casting y casting. Después de desfilar para doce marcas en la semana de la moda de Madrid, López debutaba internacionalmente el pasado viernes para Roberto Cavalli en Milán. Ahora se encuentra en París, dispuesta a repetir periplo en los desfiles de la capital francesa afianzando así su carrera en primera división.

«Cuando entré en el casting de Cavalli me sentía nerviosísima. Estaba rodeada de chicas y pensaba: «Si no eres tú, cogerán a otra». La prueba se dividía en tres partes y cuando pasé la primera tuve buena sensación. Después, nos mandaron caminar y a mí me pidieron repetirlo. No sabía si era porque les había gustado y querían volver a verlo o porque lo había hecho fatal y me daban otra oportunidad. Al día siguiente me dijeron que me querían en el desfile y fue increíble. Para mí, que me elijan fuera de España, significa que tengo potencial», cuenta visiblemente emocionada.

Según nos cuenta su agente, Nacho Aysa, cuando la descubrió tenía solo 15 años y era demasiado pronto para subirla a las pasarelas. «Ashley Brokaw, reconocida directora de casting para firmas como Prada o Louis Vuitton, vio sus fotos y la quiso fichar al instante para Proenza Schouler. Era una niña y no tenía visado para trabajar en Estados Unidos, así que al final no la pudimos mandar», explica. Durante este tiempo ha realizado algunos proyectos puntuales –un catálogo para Carolina Herrera, entre otros–, pero han preferido esperar a que terminara el instituto y aprobara Selectividad para dar el salto. «Esta es su primera temporada y en la fashion week de Madrid se convirtió en la new face con más desfiles. Después viajó a Milán para desfilar exclusivamente para Prada, pero al final no salió. El caso es que gustó mucho en Cavalli y ahora tiene posibilidades de desfilar en París. A Miu Miu, por ejemplo, les ha interesado bastante», adelanta.

En el momento de escribir este artículo, la prometedora Lucía López está sola en París, recorriendo veloz la ciudad de punta a punta para llegar a castings que son a la misma hora. «Acabo de terminar el de Elie Saab, uno de mis diseñadores favoritos», confiesa. «De momento la experiencia está siendo muy buena. El ambiente con las otras chicas no es competitivo para nada y nadie te mira por encima del hombro», añade. Su agente confía mucho en sus posibilidades: «Desde el primer momento ha despertado mucho interés. Ya han venido tres veces desde Nueva York para verla y además de tener un físico privilegiado [179 centímetros de altura y medidas casi canóninas: 82-63-90] es inteligente y resuelta».

A pesar de que López, que se confiesa admiradora de Linda Evangelista, confía en seguir trabajando como modelo, se ha matriculado en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. «Quería acabar bachillerato antes de nada porque es más difícil compatibilizar el instituto con el trabajo. Sin embargo, creo que la carrera podría hacerla a distancia si me va bien. En los casting pasas mucho tiempo esperando sin hacer nada y puedes estudiar». De momento solo puede pensar en las «mariposas que sintió en el estómago» después de saber que Roberto Cavalli la quería en sus desfile y también en su lookbook.

Sin duda Lucía López se postula como uno de los grandes rostros españoles fuera de nuestras fronteras y tiene muchas papeletas para sumarse a la hornada de tops nacionales como Blanca Padilla o Mayka Merino, que desfilan desde hace varias temporadas para grandes firmas como Prada, Chanel o Dior. Ella es la prueba de que aún se descubren talentos en el súper, al modo más tradicional y sin Instagram mediante. De hecho, en la red social solo suma 55 publicaciones como las que podría tener cualquier chica de su edad (imágenes de vacaciones, fotos con amigas y algún selfie) y congrega algo más de 2.500 seguidores. Cuando pise la pasarela parisina –seguro que lo hará– veremos como esa cifra se dispara al ritmo que los titulares repiten su nombre.