La artista que transformó los bolsos de Louis Vuitton en un váter de 100.000 dólares

El inodoro más excéntrico y lujoso de cuantos se recuerdan ya está aquí. La artista Illma Gore –la misma que dibujó al presidente Trump como Dios lo trajo al mundo– es la responsable de esta particular obra valorada en 100.000 dólares (casi 86.000 euros al cambio). Gore ha trabajado en el proyecto durante tres meses y utilizó 24 bolsos diferentes de la firma valorados en un total de 15.000 dólares, incluyendo una maleta de 3.000 (algo más de 2.500 euros). Todas las piezas fueron adquiridas en la web de artículos de segunda mano de lujo Tradesy y actualmente el fastuoso inodoro está exhibido en el showroom que el portal online tiene en Santa Mónica (California).

Por llamativa que resulte la idea de descontextualizar bolsos de lujo para transformarlos en el excusado (que, por cierto, por el momento no ha sido utilizado), en muchas otras ocasiones las propias marcas lanzan al mercado objetos de lo más inesperados. Como recuerda la edición estadounidense de Vogue, la marca skater Supreme puso a la venta un ladrillo valorado en menos de 30 euros que pronto acabó revendiéndose en eBay por cerca de mil y recientemente la misma firma lanzó un oso de peluche gigantesco en colaboración con Vuitton cuyos beneficios irán donados al programa solidario BBC Children in Need.

También cuentas de Instagram como @avanope o @imran_potato demuestran las fascinación por los logos de lujo creando cepillos de dientes cubiertos por el monograma de Louis Vuitton, un mando de PlayStation decorado con los símbolos de la maison francesa o balones de baloncesto de Chanel.

Las propias firmas también lanzan de cuando en cuando objetos inusuales pensados para viralizarse en cuestión de segundos. Hace unos meses publicábamos el caso de la cinta adhesiva que Raf Simons transformó en un cinturón de 170 euros poco después de que Prada revolucionara las redes sociales con un clip de la firma italiana a la venta por 160. La lista es infinita: Balenciaga convirtió la bolsa que los tailandeses utilizan para hacer la compra o la clásica de color azul de Ikea en sendos bolsos de lujo a la venta por más de mil euros y Jill Sander consiguió agotar una bolsa de papel que costaba 260 euros. Ahora es una artista la encargada de transformar una de las firmas de lujo más valoradas del mundo en el objeto más cotidiano y funcional posible.