Lou Schoof, la antimodelo delicada y elegante que necesitaba la moda
Su belleza no precisa de filtros ni estridencias. Con una melenita despeinada y unas facciones aniñadas, esta joven alemana ha conquistado a la industria en menos de un año.
Todavía no se ha subido a ninguna pasarela pero su cara probablemente te resulte más familiar que la de muchas de esas supermodelos de nombre impronunciable que se erigen como las ‘chicas a la que hay que conocer’ cada temporada de desfiles. El sofisticado rostro de Lou Schoof (y sobre todo su melenita siempre perfecta) es el protagonista indiscutible del catálogo online de Zara y resulta imposible irse de compras virtuales en la web de la marca sin reparar en su delicada belleza. Pero posar para la enseña española no es el primer ni el único éxito de esta joven alemana.
Su pelo rubio perfectamente despeinado y aderezado con un flequillo por encima de las cejas dotan a esta recién llegada de una elegancia a la francesa que ya quisieran muchas para sí. Eso y sus facciones inocentes e innegablemente dulces debieron de ser las bazas con las que llamó la atención de uno de los agentes de la agencia Place Models mientras viajaba en tren en Hamburgo (en España la lleva Sight Models) A partir de ese momento su idea de estudiar derecho quedó aparcada para dedicarse a tiempo completo a los editoriales de moda, los catálogos y las campañas. Una de sus primeras apariciones fue en una sesión de Vogue Italia en diciembre de 2014 y los siguientes fichajes la han llevado en menos de un año a las páginas de la edición británica de Elle, a las de Glamour e incluso a protagonizar la portada de Vogue Ucrania. Un recorrido que no está nada mal para una chica que hasta hace dos días solo había pensado en modelar cuando su entorno insistía en que había nacido para estar delante de la cámara.
Presentada por Wonderland en su sección ‘Model to watch’ (su particular lista de modelos a las que hay que seguir), los rasgos algo aniñados de Schoof se han convertido por derecho propio en los favoritos de un buen puñado de marcas. Es la protagonista de la campaña de invierno de la firma británica Margaret Howell, ha posado para la española Aristocrazy, se ha colado en la colección Crucero 2016 de See by Chloé y es la chica que pasea los codiciados bolsos de Mansur Gavriel en el Instagram de la firma. Y todo apunta a que su éxito no ha hecho nada más que empezar.
Su particular estilo, que no precisa de maquillajes marcados, cejas esculpidas ni ningún tipo de artificios, la ha convertido en uno de los nombres más frescos del panorama (y más alejados de la voluptuosidad y extravagancia de muchas de las supermodelos que manejan la industria). Es la antimodelo que llama la atención sin pretenderlo, mantiene un perfil discreto y resulta inspiradora por su naturalidad.
Así se muestra también en las redes sociales, donde hace tres meses su popularidad quedaba reducida a 5.000 seguidores en Instagram y a día de hoy ha triplicado su número de followers. Sus cuidadas publicaciones y su sello de identidad pintado en blanco y negro, tan alejando de los selfies y las estridencias de otros maniquíes, acumulan miles de likes y despiertan el aplauso de sus seguidores. “Perfección”, “quiero tu pelo” o “tu look es increíble” son algunos de los comentarios recurrentes en sus fotos monocromáticas. Muchas mujeres confiesan haber sufrido un girl crush por culpa de su magnetismo y el Tumblr Dedicated to fashion model Lou Schoof, una oda a su versatilidad y sus recientes trabajos, genera cierto enganche.
Su metro setenta y siete de altura, sus medidas (84-59-87) y ese estilo camaleónico que lo mismo defiende unas gafas de lo más nerd que un pelucón moreno anuncian que la veremos subiéndose a las pasarelas internacionales o fichando por una gran firma (ella, por si acaso, deja caer que una de sus favoritas es Acne Studios). Mientras tanto le seguiremos la pista y continuaremos dejándonos inspirar por esa delicadeza que le hacía falta a la moda.
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