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Los polémicos consejos del Gobierno para que no te violen

El miedo resulta más barato que la educación. Al menos eso es lo que refleja la web del Ministerio del Interior, que ofrece unas polémicas recomendaciones para evitar violaciones.

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Infografía: esceptica.org

El tema está comenzando a llenar las redes sociales y ha puesto en alerta a colectivos de mujeres y blogs. La web del Ministerio de Interior ofrece, dentro de sus servicios al ciudadano, una lista de 9 consejos para prevenir violaciones. Hasta aquí, como servicio público, nada que objetar. El mismo Ministerio del Interior ofrece consejos para prevenir los robos en el hogar y en hoteles, por ejemplo. Sin embargo, cuando uno se mete en materia descubre algunos elementos sospechosos en el texto.

El destinatario del mensaje es la mujer, no hay ningún consejo para los hombres (el básico, que parece de cajón pero no lo es, sería NO VIOLES). De esta manera, podría entenderse que el Ministerio hace responsables exclusivas de la prevención a las mujeres. Son ellas las que tienen que poner todo de su parte para no ser violadas. Los esfuerzos del Gobierno se centran en la víctima, en ayudar a afrontar una violación o a prevenirla, en educarla en esa posición de víctima perpetua. Los programas de prevención y educación dirigidos a los agresores son escasos y cuentan con pocos medios, además de darse de bruces con la realidad machista. En declaraciones a El País en 2013, Tina Alarcón de la asociación CAVAS (Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales) decía: “En la asociación ofrecemos cursos a colegios y es desolador observar cómo se mantienen los estereotipos machistas que están detrás de estas actitudes”.

Perpetúa la cultura del miedo en Interior. El panorama que pinta su web es desolador: descampados, autobuses nocturnos vacíos, autoestopistas… Sin negar que la realidad existe, parece que las violaciones solo se producen en escenarios más propios de la ficción. El tono y los ejemplos usados dan a entender que las mujeres deben estar en permanente estado de alerta (cerrar ventanas para evitar miradas indiscretas, llevar un silbato, mantenerse cerca del botón de alarma en un ascensor, no poner en el buzón que viven solas). Esto supone, en última instancia, que las mujeres no pueden hacer un uso normal del espacio público, ya que es un lugar de permanente peligro para ellas.

Desde el Ministerio aseguran que los consejos son los adecuados porque están bajo el marco de la atención al ciudadano. "Estas recomendaciones están en la pestaña de seguridad ciudadana por eso no se refieren al violador sino a la víctima", aseguran fuentes del Ministerio. "Si hablásemos del agresor tendríamos que ir a la pestaña del prevención", añade. Lo cierto es que cuando vas a esta pestaña encuentras planes de prevención para el turismo seguro, la seguridad de las personas mayores, el acoso escolar y la violencia de género. Ni rastro de violaciones. En este caso solo existen las víctimas. En cuanto a por qué no existe un plan de prevención y educación para acabar con los violadores, en Interior tiran balones fuera y le pasan la pelota a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. "Eso te lo tendría que decir la Policía o la Guardia Civil".

Los consejos institucionales hablan de la violación pública, no de la privada. Como han apuntado desde perfiles como Bulbasaur, parte importante de la problemática de estas recomendaciones viene de la negación de la violación privada. La mayoría de las agresiones sexuales hacia las mujeres se producen en el entorno más cercano (padres, hermanos, parejas, ex-parejas), mientras que estos consejos para prevenir se centran en las violaciones públicas. Invisibiliza una realidad enorme del delito de violación. Según datos de CAVAS, un tercio de las violaciones se producen por parte de desconocidos. 

¿Utilidad u obviedad? Entre las recomendaciones hay algunas tan evidentes que llegan a causar sonrojo. Al final de todo encontramos la más sangrante de todas: “Ante un intento de violación, trate de huir y pedir socorro.” Incide en la infantilización y el paternalismo hacia las mujeres, aconsejando hasta cómo deben reaccionar.

A pesar de que no dudamos de las buenas intenciones de los consejos, se echa en falta una apuesta clara por la educación y concienciación, que va más allá de enseñar a los hombres a no violar. Supone invertir en políticas de igualdad, en educación desde los primeros cursos que acabe con roles y estereotipos machistas y denunciar actitudes que contribuyan a la cultura de la violación. Estas políticas ya son habituales en países anglosajones, tanto desde el sector público como desde el privado y el de asociaciones y ONGs, pero en países como España todavía no se ha subrayado la importancia de no culpabilizar ni responsabilizar a las víctimas.

Para terminar, merece la pena recordar estos diez consejos para prevenir la violación que nos ofrecen en castellano desde la web Escéptica.

Infografía: esceptica.org

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