Los Minions están por todas partes (también en tu armario)
Con color e idioma propios, tiñen de optimismo colecciones de ropa y complementos. El fenómeno es global.
Beckham se ha tatuado uno –asesorado por su hija, Harper Seven– y la autoridad mundial en colores, Pantone, ha registrado en su paleta el Amarillo Minion, primer tono bautizado con el nombre de un dibujo animado. En el Pantone Color Institute aseguran que tomaron esta decisión aconsejados por Pharrel Williams, ya que «los minions son unos personajes dulces y subversivos que se han convertido en un fenómeno global».
Chanclas de Havaianas (26 €, en Colette).
D.R.
La moda también se ha contagiado de su influjo. La gurú Suzy Menkes, editora internacional de Vogue, grabó un falso documental en el que proclama que «todos los fashionistas los conocen y aman». En él, Domenico Dolce y Stefano Gabbana admiten su influencia, y Alber Elbaz, director creativo de Lanvin, asegura que estos seres de idioma propio e ininteligible le dictan qué diseñar.
La fiebre por estos personajes llega a las celebridades. Sandra Bullock lució los zapatos de Rupert Sanderson en el estreno de la película en Los Ángeles.
Getty Images
Sucesores de Lisa y Bart. «Como los Simpson, ellos son la expresión de una cultura popular que va más allá de niveles sociales e intelectuales; todo el mundo se siente cautivado por estos dibujos», indica Juan Orellana Gutiérrez de Terán, profesor de Teorías Cinematográficas del CEU. Para él, el secreto de su éxito entre los creadores radica en que «tienen un color dominante agradable y líneas simples, elementos con los que el diseño de moda puede jugar fácilmente. Y que, además, están combinados con una estética naif, juvenil y optimista». Esos ojos saltones y su tono amarillo han sido el punto de partida para 10 alumnos, seleccionados por la Central Saint Martins de Londres, que han querido trasladar a sus prendas el espíritu de los personajes en el proyecto Minions Collective.
Sombrero de Piers Atkinson.
D.R.
Más allá del circuito alternativo y los jóvenes diseñadores, los grandes almacenes londinenses Selfridges y la prescriptora tienda parisina Colette también han abrazado la tendencia con la colección cápsula Bello Yellow, para la que firmas como Giles Deacon, Rupert Sanderson, Piers Atkinson, Criminal Damage o Tatty Devine crearon vestidos, camisetas y complementos, rendidos ante el poder del Amarillo Minion.
Albornoz para niños de Bape (c. p. v.).
D.R.
No está nada mal para unos segundones. «Su éxito no resulta común, pocos personajes triunfan de esta forma», afirma Manuel Sirgo, gerente del estudio 12 pingüinos y coordinador del Grado de Cine de Animación de la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE). «Los minions empezaron como actores secundarios en Gru, mi villano favorito, pero la gente les cogió cariño porque eran divertidos, y se convirtieron en protagonistas, como ocurrió en su momento con Los pingüinos de Madagascar», explica Sirgo. Los datos de Universal Pictures constatan la fuerza de estos pequeños ayudantes de malvados profesionales: la película Los Minions –que cuenta la historia de tres de ellos: Kevin, Stuart y Bob– ha sido el mejor estreno de animación en los últimos seis años en España; en su primera semana en la cartelera, registró 1,6 millones de espectadores y recaudó 9,6 millones de euros.
Collar de Tatty Devine.
D.R.
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