Lady Mary Charteris: así se fabrica una it-girl británica
Modelo y DJ, aristócrata, y ahora la nueva vocalista de The Big Pink. Así ha llegado la sobrina de Daphne Guinness a ser una imprescindible de cualquier evento de la moda.
Mary es hija de una modelo y estilista que trabajó para Andy Warhol, y del decimotercer Conde de Wemyss y noveno Conde de March, lo que hace que posea el título de Lady, aunque ella se resista a serlo y usarlo. Su tía es Daphne Guinness, la que fue musa de Alexander McQueen y actualmente es una de las mejores coleccionistas de alta costura del mundo. Mary creció con la heredera del imperio de la cerveza y más o menos vivió en su armario. La legendaria estilista Isabella Blow fue como su otra tía ya que era la mejor amiga de su padre y vivía al lado cuando Charteris era una niña. Un día Blow decidió que Mary debía ser modelo, la llevo a Storm Models –la agencia que descubrió a Kate Moss– y desde entonces no ha parado.
En 2009 Daphne Guinness aparecía en el Women’s Wear Daily acompañada de una joven rubia con hechuras de modelo sentada a su lado en el desfile de Chanel. Era su sobrina Mary de 21 años. A partir de ese momento nacía una nueva it-girl. Coprotagonizó –con Sadie Frost y Florence Welch entre otras– un falso documental, The Puzzle of the Mysterious Mind, de la colección resort de 2012 del diseñador Markus Lupfer y fue imagen de Louis Vuitton en su campaña de gafas de sol de primavera-verano del mismo año. De modelo e imprescindible en los eventos de moda, pasó a ser blogger reina del streetstyle y a dedicarse profesionalmente a la música como DJ.
Tras aquella primera portada de WWD, vino la de la revista Tatler en julio de 2013, fotografías de Mario Testino, Terry Richardson, Elle Von Unwerth y Olivier Zahm, y ser la imagen de la colección de Topshop x Ashish. Como DJ, ha pinchado en fiestas de moda para firmas como Jimmy Choo, Saint Laurent, y Michael Kors.
Con su marido Robbie Furze.
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La unión de aristocracia y rock and roll se hizo realidad con el matrimonio de Mary con Robbie Furze, del grupo The Big Pink, en 2012. Un punto de inflexión que la catapultó a todas las crónicas sociales de Inglaterra. Lo llamativo de la boda no fue que su perro portará las alianzas en un collar de cocodrilo diseñado por Kim Jones para Louis Vuitton, ni tampoco que durante la firma en el registro Florence Welch cantará Love Song de The Cure, lo que provocó mayor atención fue el vestido de la novia se ha convertido en un icono en sí mismo, e incluso ha sido expuesto en el Victoria and Albert Museum. Concretamente se trataba de un diseño exclusivo de Pam Hogg, decana del punk, que consistía en un corpiño de seda y encaje blanco lleno de transparencias con hombreras, una falda de tul y un velo clásico, que complementó con un collar vintage y un peinado natural que algunos tildaron de desaliñado. Desde luego Mary ha heredado de su tía la pasión por la extravagancia estética.
Tras la boda, Charteris acompañó a su marido de gira con The Big Pink, vendió camisetas del grupo e incluso ayudó con la iluminación. Robbie quería una cantante femenina en algunos temas y, después de haber oído a Mary cantar en el coche, le sugirió que tenía una oportunidad. Lo siguiente que estaban haciendo juntos fue un concierto en el Club Playboy.
Posando con su vestido de novia, que se ha exhibido en el Victoria & Albert.
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El matrimonio ha resultado ser tan exitoso como el vestido de la boda. Furze y Charteris viven entre una casa de campo alquilada en Oxfordshire y un piso al oeste de Londres, y su día a día transcurre entre la grabación de su álbum y las fiestas privadas que organizan en su casa, que no se pierden Rita Ora, Sienna Miller ni Kate Moss. Mary y Robbie parecen ser amigos de todo él que es alguien; un círculo social formado por músicos, modelos, artistas y socialités: las hermanas Delevingne –Mary fue al colegio con Poppy–, Keira Knightley, Georgia May Jagger, Lily Allen, Sean Lennon, Jamie Hince, Josephine de la Baume… En una entrevista durante el último festival de Coachella, en un juego que consiste en coger la agenda del móvil y decir a quién llamarías en una serie de situaciones, Mary confesó que si tuviera que llamar a alguien para cuidar a su perro el fin de semana llamaría a Jamie Hince, que si tuviera que compartir tienda de campaña un día de lluvia llamaría a su íntima Poppy Delevigne y que si tuviera que pedir consejos de estilo llamaría a Kate Moss. Como no.
A pesar de su perfil mediático, de su troupe de amigos vips, de su linaje aristocrático y de su fuerte vinculación con la moda, Mary asegura que lo primero es The Big Pink, con los que planea irse de gira muy pronto.
En la fiesta que Coach organizó este año en Coachella.
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No hay fiesta de la moda donde no aparezca.
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Pinchando en una fiesta de Michael Kors.
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