La nueva fiebre por los diamantes ‘vintage’ en los anillos de compromiso
La pandemia ha cambiado muchas cosas pero parece que también nos ha vuelto más románticos.
Si estáis en ese punto de la relación, es muy probable que el momento suceda pronto. La Navidad es la cumbre del año en propuestas de matrimonio: el 40% de los compromisos suceden entre el día 25 de diciembre y otra fecha muy roja en el calendario, el 14 de febrero. En los últimos tiempos se ha hablado de los (menos) embarazos del confinamiento, las bodas pospuestas o los divorcios de 2020, pero parece ser que con la pandemia poniendo las cosas en perspectiva muchos otros han llegado a la conclusión de que no hay mejor momento como el presente para sellar su amor. Y mientras muchas celebraciones se han aplazado por el COVID, algunas marcas de joyería han visto un significativo aumento en los compromisos. Eso sí, ni compramos los mismos anillos, ni los adquirimos de la misma manera.
Es el caso de varias firmas que han ganado en influencia en Instagram en los últimos tiempos, como la californiana Vrai (casi 200.000 seguidores), que se distingue por sus piezas modernas de diamantes sostenibles. En estos meses han incrementado sus ventas para compromisos, la mayoría de forma online. Lo mismo le ha pasado a la diseñadora de anillos de pedida a medida con sede en Los Ángeles Maggi Simpkins, sorprendida de haber estado tan ocupada en plena pandemia: «Creo que a muchos de mis clientes les ha quedado muy claro que están seguros de “su persona” y, si bien es posible que no sepan lo que traerá el mañana, saben con quién quieren estar». O a la neoyorquina Ashley Zhang, cuyo taller de sortijas vintage se ha adaptado con éxito a los nuevos tiempos y a las nuevas prisas de 2020: una vez tomada la decisión, sus clientes no quieren esperar demasiado a la proposición, así que les ofrecen la posibilidad de redimensionar un anillo antiguo en tan solo uno o dos días. Unos plazos, por cierto, que chocan con los ritmos de las grandes joyerías tradicionales, como Cartier o Tiffany & Co., donde conseguir una talla concreta de un solitario puede llevar de tres a seis semanas. Estas tres marcas emergentes han llamado la atención de la estilista más famosa de Hollywood, Rachel Zoe, que vaticina, en su página de lifestyle, un cambio en las joyas de compromiso: ahora se valoran más las piezas históricas, por su estética (muchas novias buscan algo un poco menos tradicional, con lo que los solitarios con un diamante de forma clásica, corte en hexágono o escudo y en engaste horizontal son ahora muy populares) y por la mayor facilidad de adquirirlas.
Esta tendencia global, de joyas con un pasado que se pueden adquirir más rápido y en internet, no es exclusiva de EE.UU. y ya está tocando Reino Unido: según Tatler, la cabecera de la clase alta británica, una tendencia victoriana está a punto de apoderarse de las declaraciones matrimoniales que sucedan en Navidades, con un tipo de anillo al que llaman Gypsy Ring, como estrella de 2020. El fenómeno empieza a despuntar también en España: de la misma forma que este año el mundo de los vestidos de novia se ha adaptado de sopetón al nuevo romanticismo (más práctico, con diseños que no llevan meses de confección, más asequibles y a la venta en internet), tanto joyerías locales como firmas consolidadas están enfocándose en estilos antiguos y compras online.
Vintage y con diamantes
Hace unos meses la emprendedora e influyente digital Andy Torres compartía con sus casi 800.000 seguidores en Instagram “el mejor día de mi vida hasta el momento”, con varias fotos que enseñaban el espléndido anillo de compromiso que acababa de darle su novio en un viaje a París. Más de 40.000 personas celebraban el momento y la elección de la sortija, un diamante que podría haber sido un nuevísimo Van Cleef and Arpels, por ejemplo, pero que sin embargo era vintage. La emocionada reacción de tantos fans ante la pieza ponía de manifiesto que las joyas con historias pasadas son una tendencia al alza entre la amplia generación millennial, que se inspira en las redes sociales para tomar sus decisiones de compra. En nuestro país, otra empresaria e influencer, la madrileña Sofía Paramio, acercaba este verano a su público la devoción por lo vintage etiquetando un majestuoso anillo de esmeraldas y diamantes de Del Páramo Vintage, una tienda vallisoletana especializada en piezas de los años 20 y 30, y joya inglesa y francesa del siglo XIX. Combinado con sus gafas de sol Wayfarer, sus varios pendientes en una misma oreja y un vestido de la marca ultratendencia Hunza G, evidenciaba un nuevo camino estético y viable para piezas tan importantes muy aplaudido por sus seguidores.
«El diamante siempre ha sido la piedra estrella», nos explica Gabriel Suárez, director creativo de la legendaria casa Suarez, y lo sigue siendo hoy ya que se trata de una gema con un simbolismo único que además con el tiempo conserva o aumenta su valor. Si bien la pandemia no ha acelerado el ritmo de sus procesos artesanales -“Cuando un anillo requiere una puesta a talla nuestros clientes entienden que necesitamos unas semanas para que reciban la joya perfecta” precisa-, sí que han notado que en los últimos meses sus clientes cuentan con “más ganas de pasar tiempo y cuidar más” a sus personas especiales. La pasión por lo vintage no es exclusiva de pequeñas ventanas en Instagram y también tiene su correspondencia en una joyería tan consolidada como esta (con 75 años de recorrido, adaptada hoy a los nuevos tiempos vendiendo online anillos de compromiso que parten de los 590 euros hasta diseños a medida), que lanza una colección titulada Recuerdos de New Bern con piezas de inspiración años 40 justo antes de la campaña de Navidad. “Es un honor y una responsabilidad que ese momento único se refleje en una joya a la altura de ese recuerdo imborrable” nos dice Suárez.
Menos rodilla y más conversación
Más allá del anillo elegido, hay algo en el ritual del compromiso que lleva tiempo cambiando, según The New York Times. Una reciente investigación que publica el periódico revela que muchas personas han decidido casarse después de una conversación sobre su futuro -en lugar de a través de la clásica sorprendente proposición-, algo especialmente habitual entre las parejas LGBTQ+, que suelen preferir hacer de ese momento una decisión conjunta. Ya en 2017 una encuesta realizada por el sitio de bodas The Knot revelaba que solo el 35 por ciento de las pedidas eran sorpresa: la gran mayoría fueron algo consensuado entre los novios.
La idea de que el amor siempre prevalece puede parecer idealista, incluso cursi a veces. Pero 2020, en su empeño por hacernos revaluar el valor de las cosas, la ha colocado al alza.
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