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La lista de todos los insultos sexistas que ha recibido Hillary Clinton

Trump le ha arrebatado la elecciones a la primera mujer candidata a la Presidencia de EEUU, tras una campaña llena de ofensas machistas. Son muchos los improperios y muy fuertes. Aquí recuperamos algunas de ellos.

coverhillary
Getty

«Hillary Clinton sí que tiene una enfermedad que no ha sufrido ningún otro presidente en la historia de EEUU: el mal crónico del ‘no pene'». Cuando el presentador de late night Stephen Colbert quiso resumir irónicamente (y humorísticamente) todo el revuelo mediático que originó en verano el estado de salud de la que por aquellas fechas era la candidata demócrata, destacó el factor diferencial por el que muchos quisieron desmerecerla: Clinton tiene vagina.

Para algunos misóginos con altavoz mediático, nacer siendo mujer parecía condición sine qua non para vetar su acceso al Despacho Oval. El mismo Colbert bromeó en 2014 con el tufo sexista que desprendían las críticas a la voluntad de la por entonces secretaria de Estado de llegar a la Casa Blanca. «¿Cómo lanzará la presidenta las bombas nucleares si el botón para activarlas tiene forma de pene?». El presenador tiró de chascarrillo y carcajada fácil para contestar y evidenciar el sinsentido las declaraciones de Bill O’Reilly en un programa de la FOX, cuando dijo aquello de que «tiene que haber algo de malo en tener a una mujer presidente» y aseguró que como los líderes internacionales son inherentemente machistas, no se fiarían de una presidenta de EEUU, y por tanto, el sindios internacional y el caos absoluto reinaría a nivel diplomático. «Algo no terminará de encajar en esa oficina. Las mujeres son mujeres y los hombres son hombres», concluyó O’Reilly, muy en la línea ideológica de aquello de las peras y manzanas que vivimos en España hace unos años.

Hillary Clinton ha resistido estoicamente al alud de críticas que ha recibido por el simple hecho de ser mujer. Ha soportado portadas denigrantes (aquí y aquí) e insultos de todo tipo en los medios que, lejos de estimar su valía profesional o su programa electoral, se han centrado en su condición de mujer. Eso, sin contar cómo se han convertido en superventas las camisetas machistas proTrump vistas en la campaña presidencial con lemas con «Golpea a esa zorra» o «si Hillary no pudo sartisfacer a su marido, cómo va a satisfacer a América.» Hoy todos esos mensajes misóginos pasarán a la historia como parte de la campaña del nuevo Presidente de EEUU: Donald Trump.

Así, en estos últimos años, hemos leído, visto o escuchado que Hillary no era de fiar como presidenta porque…

«Es la típica zorra»

Glenn Beck en su programa de radio en marzo de 2007: «Hillary no podría ser elegida presidenta porque… hay algo con su voz, no es lo que dice, Es cómo lo dice. Ella es la típica –perdonen la expresión, pero es que es así–, la típica zorra, ¿saben lo que digo? Después de cuatro años, ¿no creen que habrá vuelto locos a todos los hombres de América?». Otros han tirado por esos derroteros en los que el término bitch (zorra o puta) se toma como un insulto no de índole puramente sexual (donde subyace el miedo a una mujer liberada), sino que busca denigrar su connotación social con el máximo desprecio del lenguaje. A Hillary también se le ha acusado de ser una «white bitch» (zorra blanca) durante las primarias de 2008, cuando el colaborador político de la CNN, Alex Castellanos, tergiversó una columna del New York Times en la que Maureen Dowd denunciaba lo ofensivo de esa broma. «Muchas mujeres la ven así y la apodan así. Es dura, dura en la política, esa ha sido su gran arma. Pero, asumámoslo, puede ser algo abrasiva, agresiva e irritable y muchos votantes la ven así» (Castellanos después pidió perdón).

«No queremos ver a una presidenta que se haga vieja»

Desde la estupidez de decir en la CNN que Hillary se afeitaba las piernas y posiblemente hasta la barba (Glenn Beck, de nuevo, en 2007), o de si la aspirante en las primarias de 2007 vestía colores brillantes para solucionar su problema de gustar poco a los estadounidenses –cuando ya los había vestido en el pasado– (Fox News, 2007), el ultraconservador presentador Rush Limbaugh fue más allá cuando se preguntó en su programa de radio si los ciudadanos podrían asimilar la dura carga de ver cómo una mujer envejece durante su mandato: «¿Querrán los americanso ver a una mujer hacerse vieja frente a sus ojos día a día? Y esa mujer, de hecho, no querrá parecer que se hace vieja, porque impactará en las encuestas. Impactará en su percepción» (The Rush Limbaugh Show, 17 de diciembre de 2007).

Elecciones EEUU 2016, Hillary Clinton vs Donald Trump
Elecciones EEUU 2016, Hillary Clinton vs Donald TrumpGetty

«Enseña demasiado escote»

La polémica que surgió en torno a un artículo en la sección de estilo del Washington Post (escrito por la ganadora del Pulitzer, Robin Givhan) sobre el escote en uve que lució Clinton en el Senado, abrió un auténtico debate televisivo durante esa semana sobre si era adecuado o no para una posible presidenta. Según recoge Media Matters, la CNN le dedicó cuatro minutos, la MSNBC le dio seis segmentos (23 minutos y 43 segundos de cobertura). En el Meet the Press de la NBC, el jefe de corresponsales de Washington, John Harwood, defendió que «ella sabía lo que quería comunicar cuando se puso ese escote».

«Tendrá cambios de humor por ser mujer»

Año 2008, Marc Rudov, escritor conservador contestó a la pregunta de Bill O’Reilly «¿Qué es lo peor de tenera una mujer como presidenta de los Estados Unidos. Además de los cambios de humor, ¿verdad?». Tras lanzar la bomba machista sin gracia y los «jajas» de los tertulianos, Rodov dijo: «Bueno, estaba bromeando. Por supuesto, el mayor problema es que tiene una agenda femenina».

Un grupo de mujeres escucha con tristeza los resultados electorales en Nueva York.
Un grupo de mujeres escucha con tristeza los resultados electorales en Nueva York.

«Es del sexo débil»

Lo dijo Charlotte Allen en un ensayo del Washington Post, cuando culpó a Hillary de simbolizar el «sexo débil», al «sexo estúpido» y al «sexo imbécil» y de estar relacionada con «todos las fallas estereotipadas del sexo femenino». También le echó en cara ser «dependiente» de su marido y  tener a un equipo en su mayoría femenino (aunque eso era incierto).

«Es débil por rodearse de mujeres»

El presentador de la NBC Chris Mathews se sentía amenazado por ver a Hillary siempre rodeado de mujeres, algo que, en su opinión, la debilitaba. En 2007 dijo: «Cada vez que veo a Hillary en una comida, son todo mujeres. Está anunciando su hermandad femenina. Es algo que ella puede usar para venderse como una futura persona fuerte defendiendo su país o es un estorbo? Un editor después trató de corregir su conducta cuando le dijo en antena: «¿Estás sugiriendo que se tiene que menospreciar su papel como comandante en jefe porque se rodee de mujeres?». Mathews contestó: «No, la idea es que, bueno, déjame ponerme histórico. Nunca hemos tenido a una mujer como comandante en jefe».

«Tiene voz de regañona»

Marc Rudov entonó en medio de las primarias contra Barack Obama que «cuando Obama habla, los hombres escuchan ‘afrontemos el futuro’, pero cuando Hillary habla, los hombres escuchan ‘¡Saca la basura!'» y atribuyó a su tono vocal el hecho de que hubiese perdido el voto masculino. Glen Beck también diría que «la voz de Hillary hace a los ángeles llorar, preparáos, hombres de América».

«Es una bruja»

En las primarias contra Bernie Sanders, el Washington Post publicó un estudio basado en cómo eran los adjetivos que Twitter dedicaba a los candidatos demócratas. Mientras para Bernie Sanders no había insultos de género, para Hillary, el 1,16% de sus menciones eran con palabras como «zorra, vagina, bimbo, feminazi o bruja».

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