El día que John Lennon ayudó a Yoko Ono a secuestrar a su propia hija en Mallorca
El corto documental español Kyoko indaga en uno de los episodios más controvertidos en la vida del líder de The Beatles y que ha permanecido enterrado en la memoria durante casi medio siglo. Su codirector nos cuenta qué pasó realmente.
Pocas figuras públicas han personificado y evocado de forma tan explícita el movimiento pacifista como John Lennon. Con himnos como Give Peace A Chance e Imagine, el por entonces ya exlíder de The Beatles contagió al mundo con sus ideales antibelicistas y llegó a enfrentarse al gobierno estadounidense de Nixon en su lucha contra la Guerra de Vietnam. Pero en el inmaculado historial de Lennon hay un escándalo que ha permanecido enterrado durante casi medio siglo y que tuvo lugar en tierras españolas. Los realizadores Marcos Cabotá y Joan Bover arrojan ahora luz con Kyoko, uno de los cortometrajes documentales más alabados del año y que aborda de forma detallada y con testigos presenciales lo sucedido aquel 23 de abril de 1971 en Palma de Mallorca. El día en el que el cantante y su pareja, Yoko Ono, fueron detenidos por el secuestro de la hija de esta. ¿Padres coraje o delincuentes? Su codirector nos cuenta qué pasó realmente.
John Lennon y Yoko Ono llegaron a la isla el día anterior, bajo el pretexto de asistir a unas conferencias sobre meditación transcendental que impartía el gurú religioso Mahareshi Mahesh Yogui. Una vez alojados en el hotel, la pareja se puso en contacto con un detective para conocer el paradero de Anthony Cox, productor de cine, exmarido de Ono y con quien la artista tenía una hija en común llamada Kyoko. El detective averiguó la dirección de una guardería de Manacor en la que se encontraba la niña. La pareja acudió hasta allí y se la llevaron sin previo aviso, violando así la custodia parental. John y Yoko volvieron al hotel con Kyoko, según la recepcionista Francisca Humbert, “muy nerviosos, porque sabían que la habían raptado”. Cox presentó una inmediata denuncia ante la Guardia Civil por un delito de secuestro.
“Hicimos un llamamiento público en los medios de comunicación y tardamos casi medio año en dar con todas las personas involucradas”, cuenta a S Moda Marcos Cabotá, codirector, sobre la investigación que dio pie al trabajo documental. “Fue mágico porque, aunque no se conocían entre ellos, la historia que nos contaba cada uno encajaba a la perfección con las otras”. Uno de esos testimonios es el del policía Miquel Bunyola, el encargado de detener al, por entonces, artista más famoso del mundo. Sin embargo, la noticia pasó totalmente desapercibida en la isla, hasta el punto de que solo un fotógrafo acudió hasta allí (obligado) para inmortalizar el momento. Un anonimato que se ha prolongado durante casi cinco décadas a pesar de estar protagonizando por una leyenda de la cultura pop. ¿Por qué? “Por alguna razón el episodio en Mallorca no impresionó mucho. Por otro lado, hay que tener en cuenta que estamos en plena dictadura, en el año 71, y quizá las noticias de aquella época eran otras: la apertura de un embalse o la canonización de un obispo. Estas historias bizarras no tenían cabida en la prensa”, sugiere Cabotá.
Tras pasar 24 horas sin conocer el paradero de su hija, Anthony Cox se reunió con la pareja en sede judicial. En las grabaciones presentes en el documental, Lennon mantiene la posición más beligerante sobre la custodia de Kyoko, a pesar de no ser su padre biológico. “No queremos apartar a la niña de Tony, está paranoico con eso”, clamaba el cantante. Lennon basaba su defensa en la necesidad de Yoko de ver crecer a su hija y en que su popularidad internacional les impedía secuestrar y esconder a la niña. ¿Cuáles fueron los motivos entonces que les hicieron llevarse a la pequeña de la guardería? “Es muy buena pregunta porque no conozco la respuesta, eso solo estaba en la cabeza de John y Yoko”, confiesa el director, que añade: “Sin poder confirmarlo, mi sensación es que sí querían sustraerla y llevársela a Londres. Su objetivo no era esconderla, sino tenerla y luchar por ella desde una posición elevada. Y mientras esa lucha tenía lugar, al menos tener contacto con la niña”.
Vista hoy en día, la historia de John Lennon y Yoko Ono no parece muy distinta a la de casos actuales tan mediáticos como el de Juana Rivas. Los responsables de Kyoko, nominado a los Goya y Premio del Público en el Festival de Málaga, sostienen que en ningún caso buscan “criminalizar” a la pareja por mucho que algunos fans del cantante se hayan tomado su trabajo como un ataque a su figura. “Creemos que es un acto de lucha y de amor, llevado a la enésima potencia. Era una persona que luchó contra las guerras, los delitos y la injusticia, sabemos que no era un criminal. Lennon se equivocó al llegar a Mallorca y llevarse a una niña que no era suya, pero como nos podemos equivocar todos haciendo cosas por amor”.
Esa misma noche, los abogados de ambas partes llegaron a un acuerdo (nunca especificado) y Cox retiró la denuncia, manteniendo la patria potestad. La pareja salió “destrozada” del juzgado, todo lo contrario que su exmarido, que abandonó el edificio con su hija a caballito. Pocos días después, también dejaron la isla. Este episodio es fundamental para comprender el pasaje final en la vida del de Liverpool, que pasó los siguientes diez años intentando hacerse con la custodia de Kyoko. Esa frustración tuvo una influencia decisiva en su discografía. “Quienes tuvieron relación con él nos han confirmado que esta búsqueda cambió su forma de ser, marcó su carácter y su música. No se puede demostrar, pero unos meses después de este suceso salió la canción Imagine donde hay una estrofa que dice: ‘Ojalá algún día podamos estar juntos de nuevo’. Quizá lo esté personificando en Kyoko”, concluye Cabotá.
Nueve años después de publicar aquel legendario tema, John Lennon fue abatido a tiros por Mark David Chapman en la entrada del neoyorquino edificio Dakota en el que residía. Murió sin cumplir su deseo de “estar juntos de nuevo”. Tuvieron que pasar más de dos décadas desde aquel día fatídico en Mallorca (en 1994) para que, por expresa voluntad de una Kyoko ya treinteañera, Yoko por fin lograra reencontrarse con ella.
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