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Irina Shayk: “Las mujeres somos fuertes y podemos hacer lo que queramos“

La modelo rusa será ha sido la estrella del front row del desfile nupcial de Pronovias, un año después de tener a su primera hija con Bradley Cooper.

Vestida con un sexy y a la vez elegante traje negro de noche con encaje en las mangas que el diseñador de Pronovias, Hervé Moreau, había elegido expresamente para ella, apareció Irina Shayk ante los medios para promocionar el desfile que realizará el gigante nupcial en el pabellón italiano de la Fira de Barcelona en la primera jornada de la Barcelona Bridal Fashion Week. Un toque negro entre tanto blanco: “Necesito ser diferente”, comentaba sonriente.

Había expectación porque era la primera ocasión en que la modelo rusa, muy celosa de su vida privada, atendía a la prensa después de haber sido madre de una niña con el actor Bradley Cooper el año pasado. En una sala repleta de medios, bromeaba con su silueta (sobra decir que sigue siendo escultural) cuando le preguntaban si se pondría los vestidos de novia que lucían las modelos que la acompañaban. “Están perfectas pero yo creo que también podría llevarlos”, decía eludiendo la clara insinuación implícita sobre si prepara boda con el guapo de Hollywood. Dos veces más se le hizo la pregunta, esta vez de forma directa, y también encontró la manera de evitarla.

Irina exhibe genio y figura siempre, sin olvidar nunca la amabilidad en las formas. Con su voz grave y segura, contesta hasta donde le apetece. Y ayer en las oficinas centrales de Pronovias no era fácil profundizar demasiado en su vida con montones de cámaras alrededor, alguna televisión extranjera acaparando protagonismo y 8 preguntas como máximo para todos. “Es fantástico estar aquí otra vez porque cada año Pronovias presenta cosas nuevas con chicas preciosas en un espectáculo muy especial”, destacaba la modelo, feliz porque en esta ocasión no viene a pisar pasarela sino a sentarse en primera fila: “Lo disfrutaré desde otro punto de vista”.

Irina Shayk posando con uno de los vestidos de Pronovias.
Irina Shayk posando con uno de los vestidos de Pronovias.Getty

Irina desfiló para la casa en 2015 con un espectacular vestido que parecía tatuado en su cuerpo en el primer show que firmaba Hervé Moreau: “Fue mi primera musa, tenemos una gran relación y la adoro porque es fuerte, bella y elegante”, contaba el diseñador francés. Shayk ocupó el trono que hasta entonces era de Karolina Kurkova unos meses después de romper 5 años de relación con Cristiano Ronaldo y a poco de haber iniciado su romance con el protagonista de Resacón en las Vegas. Repitió con Pronovias en mayo de 2016 y en noviembre desfiló embarazada para Victoria’s Secret aunque nunca llegó a confirmar su estado ni hizo público el nacimiento de la niña, Lea de Seine Shayk Cooper, que se supo dos semanas después de haberse producido, en abril del año pasado.

Ser madre reciente le impidió estar en el desfile nupcial del 2017, y ahora ya con un bebé de un año en casa, asegura que puede seguir adelante con su vida de siempre: “Las mujeres pueden hacer lo que quieren, pueden trabajar, ser madres, viajar, cualquier cosa porque la mujer es fuerte y puede con todo. Así me siento yo”, afirmaba una Irina que ya alardeaba de feminismo en su debut mediático como novia de Ronaldo en el lejano 2010 cuando aseguraba que no leía prensa del corazón sino libros de Dostoyevski y textos feministas.

Ayer, la modelo hizo todo un alegato contra la presión que las redes sociales, llenas de anatomías perfectas, ejercen sobre las jóvenes. “Creo que deberíamos amar nuestros cuerpos y disfrutarlos sean como sean porque solo vivimos una vez. Poco importa si llevas una talla 36 o una 46, has de ser tu misma, verte guapa, preciosa, con sentido del humor”. Atención porque lo dice alguien que forma parte de ese Olimpo de la belleza influencer, con casi 10 millones de seguidores en Instagram. Nada más llegar a la ciudad ya ha colgado en sus stories un plato de jamón y pa amb tomàquet. “Lo primero que he hecho ha sido comerme una tortilla de patatas y jamón, amo la comida española y el tiempo también es fantástico ”, decía encantada de volver a estar con Pronovias porque “forman parte de mi familia”.

Irina llegó una hora tarde al photocall y durante 6 minutos contó cosas como que no necesita preparación especial para desfilar, “solo dormir”, que le encantan sus compatriotas rusas porque son fuertes y que el siglo XVIII es su preferido de la historia de Rusia “porque fue dirigido solo por mujeres”. Pero cuando se acerca el momento de hacer las preguntas difíciles, o sea, de conocer su opinión sobre el rumor de que Cristiano Ronaldo sigue enamorado de ella que ha lanzado un amigo del futbolista en la prensa inglesa se acaba el tiempo. Aunque seguro que tampoco hubiera comentado nada que resultara comprometido.

Sobre la mediática boda de Megan Markle, la modelo dice que desconoce el tema, pero Hervé Moreau recomienda a la novia que a la hora de elegir su vestido “sea ella misma”. El diseñador presenta este lunes su nueva colección Atelier inspirada en el jardín Giverny de Monet: “Habrá looks para todo tipo de mujer: sexy, elegante, bohemia, mágica. Veremos parejas de madres e hijas, modelos asiáticas, de color… Será un canto a la diversidad”. ¿Cómo vestirías a Irina de novia? “Eso es secreto, lo veréis algún día”, dice travieso. Entonces, ¿sabes algo de su boda? “No, nada. Es imposible hablar de esto”. Todo un misterio, como la respuesta de la modelo cuando una periodista le pregunta en el último segundo cuál es la boda a la que ha asistido que más le ha gustado. “Nunca he ido a ninguna en mi vida. Esa es mi respuesta”. Y se va. ¿Ironía? ¿Humor? ¿Ansias de privacidad? Así es Irina.

Irina Shayk y Hervé Moreau.
Irina Shayk y Hervé Moreau.Getty

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