Gala Gordon, algo más que la mejor amiga de Cara Delevingne

A Gala Gordon (Bryanston, 1991) no se le ocurre mejor forma de iniciarse en el cine que junto a su amiga de la adolescencia, la supermodelo y ahora actriz Cara Delevingne. De hecho, una de las cosas en común que afianzó su unión cuando se conocieron con 13 años fue el apasionado interés por la actuación que encontró en ella y con el que tanto se identificó, nos cuenta en el Festival de Cine de Lisboa y Estoril. Parece necesitar poco tiempo para moverse con soltura y naturalidad en entornos inéditos. La noche anterior estuvo cenando en Bica do sapato, el restaurante de John Malkovich en la capital lusa, junto a Wes Anderson y el propio Malkovich, también invitados al certamen. Confiesa que se siente algo abrumada con la que es su primera experiencia como invitada a un evento de esta índole, ser tratada como una más entre artistas de tal calibre y poder charlar con Anderson hasta las tres de la mañana, aunque demuestra estar siempre dispuesta a absorber el máximo aprendizaje posible de cada oportunidad que se presenta.

Hasta el momento ha demostrado saber aprovechar las que se han llegado en su corta carrera. A pesar de su juventud, ya cuenta con el crédito de haber convencido a los críticos teatrales de su país como una de Las tres hermanas de Chejov, texto que además abordó sobre el exigente escenario del teatro Young Vic londinense. Para muchos fue toda una sorpresa, viniendo de una chica bien de Notting Hill. Debe su nombre a la musa de Dalí por empeño de su padre, el artista argentino Xavier Botana y también hereda de él muchas de sus inquietudes personales y profesionales. De su madre, la diseñadora de interiores británica Patricia MacTaggart, la disciplina con la que las afronta. A menudo relacionan su nombre de pila con el sustantivo gala. A ella no le molesta, al fin y al cabo es sinónimo de celebración, concede.

Gala Gordon ha recibido buenas críticas por su trabajo en Three Sisters.

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Asegura que ni ella ni Cara Delevingne sabían que la otra participaba en el proceso de casting para aparecer en Kids in Love, que descubrieron que serían compañeras de reparto cuando ambas fueron seleccionadas. Interpretan a dos hermanas que intentan configurar una visión del mundo que se abre ante sus ojos en la escena bohemia de Londres y coinciden con otra it girl del momento, Alma Jodorowsky. Para ella es una ventaja contar con la complicidad real que tiene con la modelo para que la química surja en pantalla en el que es su debut en el cine. Los nervios ante una primera vez quedaron disueltos casi de inmediato. Las vivencias de sus dos personajes no son tan distintas a las suyas.

Luego Gordon decidió formarse como actriz durante tres años en Londres, prestando especial atención al teatro clásico. Antes de acabar sus estudios ya había logrado un papel en un proyecto en primera línea, así que no tuvo tiempo ni de sentir vértigo por la situación. Eran ocho funciones a la semana durante cuatro meses seguidos, con un personaje que apenas abandona el escenario durante las más de dos horas que dura la representación.

Amante de la moda, Gala Gordon se deja ver habitualmente por desfiles y fiestas de la industria.

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Le gusta controlar distintos acentos –cree que el australiano se le da especialmente bien– y leer teatro, ahora mismo disfruta con los libretos del dramaturgo Martin Crimp y de la forma tan auténtica que ejecuta los diálogos de sus personajes. Ha protagonizado alguna que otra editorial de moda, para Vanity Fair o protagonizando una de las portadas de Tatler en 2014. Son trabajos que disfruta al considerar cercanos a la representación teatral. Adora Chanel y celebra que Burberry apoye y se relaciones con los jóvenes talentos británicos. En esa industria tiene a la diseñadora Bella Freud una de sus aliadas, con quien ha rodado un cortometraje tras convertirse en imagen de una de sus fragancias, 1970. Que conecte con la hija del pintor Lucien Freud probablemente no es casualidad.

Aprovecha el mucho tiempo que pasa en Soho, entre reuniones con su agencia de representación y audiciones, para disfrutar de un barrio que considera tan vibrante como el mejor Nueva York. Quien busque curiosear en sus redes sociales encontrará a Gordon en Instagram, un lugar en el que cree que se puede aportar un componente artístico y donde no tiene por qué dar tanta información personal como en Twitter. “No todo el mundo tiene que saber todo sobre mí”, dice. Para este 2015 espera dar el salto definitivo en la actuación, con un proyecto que prefiere mantener todavía en secreto, y también planea los primeros pasos en la escritura. Quiere al menos firmar algo para ella misma, que le permita curtirse en otra disciplina más, con el disperso apetito de sus 23 años.

Gala Gordon y Cara Delevigne celebrando en carnaval de Notting Hill.

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