Sabrina: ¡a la hoguera con esa bruja feminista!
El sector retrógrado pide boicot al ‘reboot’ de la serie, donde se perfila a una bruja antirracista, en rebelión contra el patriarcado del infierno y con la inclusión de personajes pansexuales o queer.
– Yo quiero ambas cosas, libertad y poder.
— Nunca te dará eso. Al Señor Oscuro le aterra que tú o cualquiera de nosotras tenga ambas cosas.
— ¿Por qué?
— Es hombre, ¿no?
Ni demonio ni patrón ni supremacista blanco al que obedecer. Las brujas de Las escalofriantes aventuras de Sabrina (Netflix) no están aquí para arrugar la nariz y provocar risas enlatadas. Ellas son más de quererlo todo y luchar contra sus opresores, ya sea en el plano terrenal o en el infernal. Kiernan Shipka es la Gloria Steinem de las brujas en 2018 y reinicia con mucho activismo político y mucha más oscuridad las que se recordaban como «simpáticas aventuras» de la bruja adolescente noventera que interpretó Melissa Joan Hart.
Lo hace con una pandilla de personajes pansexuales y queer, sin gato parlanchín (Salem continúa, pero mudo) y con un nivel woke que revienta los sismógrafos del progreso social en la ficción –no confundamos con la mal nombrada corrección política–: he aquí una bruja rebelándose contra la opresión de su sistema («Todo el mundo en la academia de brujas es pijo, horrible y racista») o cuestionando el porqué de sublevarse al patriarcado de un satanás bastante señoro («Tengo mis reservas sobre reservarme para el Señor Oscuro. ¿Por qué tiene que decidir él lo que hago con mi cuerpo?»).
Medio bruja, medio humana, Sabrina aprovechará sus poderes para salvar de la violencia machista a sus compañeras de instituto, del acoso de privilegiados a débiles en su academia de hechizos y conjuros y buscará una tercera vía a lo Giddens para probar que no hay que seguir las reglas del establishment de los dos mundos que le ha tocado vivir. ¿Por qué no crear su propio aquelarre (feminista y radical político, WICCA) con amigas que ella misma elige y no bajo los privilegios de una religión patriarcal?
Toda esta amalgama de habilidades activistas no ha gustado al sector más retrógrado de los telespectadores, que ya saca espuma tuitera ante la osadía de pretender luchar por un mundo igualitario y ha mostrado su descontento en redes sociales.
Sabrina la bruja Adolecente?
— Michael Hoffman (@Mikhoffee) October 26, 2018
Nah
Sabrina la Propagandista Feminista.
Creo que no pasaré del primer capitulo.
Las tímidas (pero amplificadas) críticas a la serie han servido para recordar que para que triunfe una serie adolescente en 2018 tendrá que responder a los parámetros sociales de su época. Por ejemplo, poder encontrarse con que uno de los personajes en la ficción sea pansexual. Lo es Ambrose, el primo de Sabrina interpretado por Chance Perdomo, un valor añadido que él mismo destacó en una reciente entrevista con Them. «Netflix es una marca global y por ello tienen que llegar a una audiencia global, lo que significa una representación adecuada de la gente tal y como existe hoy en día. Esto no va de tíos buenos blancos corriendo para salvar a una princesa. Aquí tenemos lo que sería una princesa pero fuerte e independiente. Ambrose, que es como su Alfred si ella fuese Batman, es pansexual y, como decimos en Occidente, una minoría étnica. Así que interpretar a un pansexual que además es una minoría étnica es una narrativa que no se había visto en profundidad en la televisión precisamente».
Otro de los avances de la serie es el de apostar por un personaje (e intérprete) no binario. Se trata de Susie, la amiga de Sabrina de género no conforme, interpretada por el actor queer Lachlan Watson. Para dar mayor profundidad a su personaje, Watson ayudó al equipo de guionistas aportando experiencias de su vida personal. Él empezó interpretando a papeles masculinos cuando era un crío, después se identificó como trans («solo entendía el género de forma binaria) para después pasar a identificarse como no binario. «No tienes por qué vivir la vida para otra gente, lo binario no es un requerimiento, es una opción. Una de muchas», explicó en una entrevista a Broadly sobre la importancia de su personaje de cara a telespectadores que se puedan ver reflejados en Susie. Una visión transversal e inclusiva que enfurece a todos esos nostálgicos de la caspa televisiva.
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