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8 reivindicaciones feministas que hicieron historia en los Goya (y 3 patinazos machistas que no repetir)

La Academia de Cine celebra la 33ª entrega de sus premios precedida por varias ediciones en las que la conversación feminista ha estado bajo foco. Repasamos sus atinos y desaciertos en las últimas galas.

Penélope Cruz en la alfombra roja de los Goya 2018 con el abanico reivindicativo '#MásMujeres'.
Penélope Cruz en la alfombra roja de los Goya 2018 con el abanico reivindicativo '#MásMujeres'.Getty Images

“Las mujeres son el relevo del cine español”, afirmaba CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) tras conocerse las nominaciones de los Goya 2019. Con un 40% de mujeres entre los nominados (frente al 27% del año pasado), destaca el casi pleno para ellas en la categoría de Mejor Dirección Novel (Andrea Jaurrieta, por Ana de día, Celia Rico Clavellino por Viaje al cuarto de una madre y Arantxa Echevarría por Carmen y Lola).

La entrega de premios de la Academia, que se celebrará el 2 de febrero en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, conducida por Silvia Abril y Andreu Buenafuente, no se libra de la especial atención en torno al lugar de las mujeres en la industria que viene acompañándola desde hace unos años. “Lo que vamos a buscar en esta gala es la risa”, insiste sin embargo la pareja de cómicos en los spots de la gala, caracterizados como John Lennon y Yoko Ono en en su mítica protesta por la paz desde la cama. No han querido “apuntarse al carro del feminismo”, como reconocieran el año pasado Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla con su gala presentada, dirigida y escrita en exclusiva por hombres (a excepción de la dirección de contenidos a cargo de Cristina López), pero la expectación en materia vuelve a estar servida. ¿Qué ejemplos y anti ejemplos de reivindicación feminista dejaron las ediciones anteriores?

1. Abanicos rojos para pedir #MÁSMUJERES. La pasada gala venía marcada por el #MeToo y las reivindicaciones y denuncias ante las desigualdades y abusos seuales en la industria cinematográfica que estaba causando una revolución Estados Unidos y también aquí. La alfombras rojas se habían teñido de negro e iniciativas como Time’s Up ganaban visibilidad. CIMA realizaba la suya propia dirigida a la industria del cine español: repartir abanicos rojos con el lema #MÁSMUJERES para reclamar más presencia femenina en las películas: desde personajes a puestos de dirección, pasando por técnicas (en el sector, el 26% de las personas que ocupan puestos de trabajo son mujeres). Actrices y algunos actores posaron con ellos subrayando la propuesta con mensajes como el de Maribel Verdú en la alfombra roja: «Toda reivindicación es poca”.

2. El reclamo que Arturo Valls no entendió. Preguntado por esta iniciativa, Valls se desmarcaba del tema de la noche con una explicación que evidenció su falta de conciencia respecto a la situación de sus compañeras de profesión. “¿Crees que una noche para reivindicar?”, le preguntaba un periodista. A lo que el presentador respondía: “Yo la verdad es que… creo que no. Creo que me gustaría que se hablara más de cine, que habláramos de cine y, en cualquier caso, de los problemas que tiene el cine. No me parece el escaparate para tratar otros temas. Me gustaría hablar de las películas, de los actores, del trabajo de los actores, quizá de lo que cuesta producir una película hoy en día en España… pero no marear con otros temas, porque al final se desvirtúan un poco los mensajes y los discursos. Creo que hay otros sitios para reivindicar ese tipo de cosas”. Negando además la importancia que un evento así tiene a modo de altavoz, como Marisa Paredes decía antes de recoger su Goya de Honor, este tipo de ceremonias “permiten saber qué siente, qué piensa y qué tiene que decir toda una profesión. Es el escaparate”.

3. El monólogo de Pepa Charro. “A la gente se llena la boca desmintiendo los datos de desigualdad. No pasa nada, yo los tengo”, decía la actriz en su monólogo. “Este año, de 135 nominados, solamente 30 son mujeres. De esas 30, casi la mitad están nominadas como actrices (…) No hay mujeres en música, en arte, en animación, en efectos, en sonido…”, repasaba. E ironizaba con otras cuestiones que afectan a las mujeres del cine como las preguntas recurrentes en castings sobre si planean su maternidad, la falta de oportunidades (“el 34% de los papeles protagonistas son interpretados por mujeres”, recordaba) y la brecha salarial de un 40% menos de dinero para ellas. La obsesión, y casi pregunta única, en alfombras y entrevistas para ellas: para cuándo la familia, dinos tus trucos de belleza o quién ha diseñado tu vestido entre el resto de sus mensajes.

4. El discurso mal de los presentadores. Dos hombres para reivindicar el papel de las mujeres. La crítica a que Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes se quisieran apuntar el tanto feminista sin dar el altavoz a ellas estaba ahí antes de presentar la gala. Los cómicos de Muchachada Nui siguieron adelante con su propuesta y en su discurso inicial dejaban mensajes como este de Sevilla: “Las mujeres quieren reivindicar un papel, por eso la gala la presento yo… y mi mujer, que es Joaquín. Es lo más parecido que voy a tener a una mujer: me aguanta todos los días, es más inteligente que yo y va a cobrar la mitad”.

5 … Y sus correspondientes zascas. Durante la propia gala, a los chanantes les tocaba encajar las críticas en directo. Leticia Dolera leyendo la cartilla a Joaquín Reyes con “os está quedando un campo de nabos feministas precioso” cuando este se le acercaba entre el público. Y Cristina Castaño en su monólogo reprendiendo el supuesto feminismo de la gala: «Este año los Goya los presentan dos hombres. Eso está muy bien porque hasta ahora solo lo había presentado uno”.

6. El discurso de Nora Navas. Más discurso en pleno escenario. Nora Navas, que hablaba como vicepresidenta de la Academia de Cine, defendía la voluntad de trabajo por la igualdad de la institución. “En estos meses en que tanto se debate sobre el acoso, la desigualdad salarial y el papel de la mujer en la sociedad, desde la Academia reivindicamos a nuestras cineastas y damos un paso hacia adelante por la equidad. Desde hoy y para siempre la Academia de Cine va a ser una referencia en términos de igualdad, respeto y oportunidad”. E iba más allá de la paridad en la industria para recordar que la igualdad de género es la base para derrocar asuntos tan graves como la violencia machista: “Solo derrotando la desigualdad de género derrotaremos ese monstruo que es la violencia contra las mujeres”.

7. El mensaje feminista al agradecer los premios. En la entrega y recogida de cabezones, fueron muchas las que quisieron dedicar el limitado tiempo a lanzar una petición de igualdad. Dolera y Paula Ortiz, al entregar el Goya a Mejor Dirección Novel (que se llevó Carla Simón por Verano 1993), recordaban: «Nosotras somos la otra mitad, la mitad del mundo y la mitad de la imaginación”. La primera, además, acudía en traje y con zapato plano a modo de reivindicación por la tiranía de perfección y excesiva preparación que estos eventos requieren para ellas pero no para ellos, algo sobre lo que ya había reflexionado el año anterior con un artículo publicado en Pikara Magazine, Contradicciones de una feminista en la alfombra roja.

Adelfa Calvo, recogiendo el premio como Mejor Actriz de Reparto por El autor, recordaba que «si el cine es de verdad un arte libre, actores y actrices trabajemos en igualdad». Isabel Coixet, que arrasó con Mejor Dirección, Mejor Película y Mejor Guion Adaptado por La librería, era el icono femenino de la noche (competía además con una mayoría absoluta de hombres) y se acordaba de la brecha salarial apuntando los datos del FMI sobre una igualdad que tardará, según cifras de 2017, 217 años en llegar. Carla Simón sujetando con una mano el premio y con la otra el abanico rojo de #MÁSMUJERES o Julita Salmerón recordando “a todas las madres” también protagonizaron la reivindicación.

8. Cuca Escribano y su chal: “Más personajes femeninos”. Ya en 2017 la actriz Cuca Escribano posaba en la alfombra haciendo de su atuendo una vía de protesta. En su chal, cosido, escribía “más personajes femeninos”, recordando ya de viva voz que “solo hay un 20% de papeles femeninos”.

Cuca Escribano y su chal reivindicativo.
Cuca Escribano y su chal reivindicativo.Getty Images (©GTRESONLINE)

9. Los tacones de Rovira. Más perdido andaba Dani Rovira el mismo año. Encargado de presentar la gala, decidía encarnar su particular alegato feminista subido a unos tacones rojos de aguja “para ponerme en vuestros zapatos (…) porque me sale de los tacones”, reduciendo el problema de igualdad en el cine a llevar tacón o a algo estético. Por el camino se dejó problemas de más calado como los abusos sexuales, la infrarrepresentación femenina o la desigualdad salarial. La intención estaba, pero las críticas a su feminismo mal no tardaron en llegar vía Twitter.

10. Ana Belén en su discurso de 2017. Con su discurso de agradecimiento por su Goya de Honor, la polifacética artista no se dejaba nada en el tintero y hacía su propia reflexión sobre el (escaso) lugar de las mujeres en la industria cinematográfica: “Nos cuesta mucho trabajo que nos reconozcan [a las mujeres] el mismo trabajo en una profesión liberal como la nuestra. Sí, estamos mejor que hace cincuenta años, pero se me escapa la razón por qué faltan mujeres. Si a veces no se necesitaran para interpretar, ni siquiera estaríamos”.

11. El alegato feminista espontáneo de Natalia de Molina. La actriz andaluza recogía sorprendida su Goya a Mejor Actriz en 2016 por Techo y comida, por el que estaba nominada junto a nombres consagrados del panorama como Penélope Cruz, Juliette Binoche o Inma Cuesta. Entre los gestos de no dar crédito, las reverencias a su compañeras y el agradecimiento a su madre, que le acompañaba en la gala, soltaba un alegato feminista que levantaba los aplausos de los presentes: “Creo que este año hemos ganado todas con los personajes que hemos hecho. Creo que el cine también gana cuando se le da más espacio a las mujeres, que somos muchas, somos la mitad”.

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