Saoirse Ronan: “Las mujeres ya no somos solo las estrellas del show»
Tiene 24 años, tres nominaciones a los Oscar y ganas de luchar. La actriz cree en un nuevo Hollywood.
Actriz y voz de una generación que ha hecho tambalear los cimientos del viejo Hollywood. Saoirse Ronan alza la voz por la equidad de género cuando se encienden los focos y también cuando se apagan. Por eso, sorprende que su agente advierta que está prohibido hacer cualquier pregunta directa sobre feminismo. Un gesto que deja claro el largo camino que queda por recorrer en la meca del cine. Y, sin embargo, la protagonista de Lady Bird –que acaba de estrenar María, reina de Escocia– está en Nueva York para promocionar un perfume que celebra el empoderamiento femenino. Ella es, junto a Lupita Nyong’o, la imagen de Calvin Klein Women, la primera y única fragancia dirigida por Raf Simons, Director Creativo General (al frente de todas las líneas de la enseña) hasta su salida el pasado 22 de diciembre, apenas dos años después de su fichaje. «Tiene una dulzura fresca y cierto aire despreocupado», dice. Pero, ante todo, es un proyecto que reivindica el papel de pioneras como Sissy Spacek. «Descubrí Carrie o Quiero ser libre a través de mi madre. Yo empezaba a actuar y me hipnotizó su honestidad».
Está rodando Mujercitas con Greta Gerwig. El momento no podía ser más propicio…
Es un paso muy inteligente para Greta porque Lady Bird era una cinta indie con un presupuesto relativamente pequeño. Enlazarlo con un drama de época de Sony Pictures y tener un casting con gente como Meryl Streep o Laura Dern es una idea brillante. Greta puede hacer cualquier cosa que se proponga. Ya hemos hablado de la película que queremos rodar: básicamente es una versión a lo grande de Lady Bird. Cuenta con todos sus colaboradores y todo el apoyo para incorporar su estilo a la historia. Mujercitas es un referente importante para muchas chicas, sobre todo, en Estados Unidos. Hay una versión para cada generación. Para mí ha sido enriquecedor leer acerca de Louisa [May Alcott, la autora], su familia, su entorno… Crecieron en la pobreza, en una época en la que una joven en Massachusetts no tenía la voz que Louisa necesitaba. Y, sin embargo, logró prosperar gracias a su madre.
Hablemos de la industria. En la televisión, la revolución por la igualdad de sexos ya está en marcha. Pero en el cine es otro cantar. ¿Por qué los avances son más lentos en Hollywood?
La nueva generación es consciente del desequilibrio. Y es bueno que, por fin, hablemos públicamente del tema. Se ha creado un sentimiento de comunidad entre las mujeres, que además se celebra, algo que no había ocurrido antes. Y es gracias a gente como Reese Witherspoon, Lena Dunham, Tina Fey y otras voces de la televisión y de la comedia que han tomado las riendas de su trabajo en lugar de ser meramente la estrella del show. Escritoras, productoras, realizadoras… Ellas ponen el dinero. De ahí el interés. Todo gira en torno a lo mismo: hacer caja. Y creo que han sido listas al asumir el control, porque solo así, con actrices como Reese creando puestos de trabajo para nosotras, se puede abrir el camino al auténtico cambio. Se trata de construir entornos de trabajo en los que todos tengan su momento para brillar. Y cuando esas producciones funcionan, cuando son rentables, sientan un precedente que puede servir de ejemplo para el resto.
El público ya ha alzado la voz.
Da igual si es serie o película, o si los protagonistas son hombres o mujeres, si la historia es buena, la gente querrá verla. Todos queremos guiones inteligentes, personajes con los que identificarnos… Y cuanto mayor sea la diversidad delante y detrás de la cámara, mejor para todos.
¿Qué cintas han marcado su acervo?
Recuerdo el estreno de La boda de mi mejor amiga [con Kristen Wiig, Maya Rudolph, Rose Byrne, Melissa McCarthy, Wendi McLendon-Covey y Ellie Kemper]. Era la primera vez que veía en un mismo proyecto a un grupo de mujeres con estilos de interpretación tan dispares, que además eran guionistas y coproductoras. Ellas crearon un universo y una cinta brillante. Es la película que más he compartido con amigas. Y creo que la clave está en el poder transformador de la comedia. Incluso una historia como Sister Act: Una monja de cuidado. Es genial haber crecido viendo a un grupo de monjas que combaten el crimen.
¿Qué me dice de los cambios sociales en su Irlanda natal?
En los últimos años, con el referéndum sobre el matrimonio gay y la despenalización del aborto, ha cambiado nuestra visión del país, y nos ha separado de la Iglesia como jamás habríamos creído posible. Ha sido increíble ser testigo del cambio.
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