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Quentin Jones: «Si vas a hacer algo creativo, no seas mediocre; sé extremo»

Chispa, osadía, frescura y un imaginario propio. Las marcas de moda se rifan a esta joven artista inglesa que se expresa con libertad en vídeo e ilustración. Este año, la española Hoss Intropia la ha convertido en su musa.

Quentin Jones

Palabras escritas con la caligrafía de un niño, collages surrealistas, orejas y caras de animales como seña de identidad… así es como Quentin Jones se ganó un hueco en el universo del fashion film en general y en el de Chanel en particular. La joven ilustradora y realizadora acababa de terminar sus estudios de Ilustración en Central Saint Martins (Londres) cuando la revista AnOther, con la que ya colaboraba realizando dibujos, y la firma francesa, que buscaba jóvenes creativos para su campaña de cosmética, la eligieron como realizadora de Chanel particulière en 2010. Antes, había trabajado como modelo, y fueron sus amistades en el sector las que la animaron a crear vídeos e ilustraciones para publicaciones como Nylon o Dazed & Confused. Los proyectos se multiplicaron en poco tiempo, y hoy, a sus 28 años, puede presumir de haber ideado las campañas de vídeo de Victoria Beckham, Opening Ceremony, Nars o Kenzo.

«Hace poco grabé un anuncio con Karlie Kloss y Robin Derrick. Me encargué de dirigir a un equipo de 80 personas», recuerda ilusionada en su recién estrenado apartamento del neoyorquino barrio de Dumbo. «Ahí, de repente, me di cuenta de la importancia de lo que estaba haciendo».

Esta temporada se ha iniciado también como diseñadora y ha creado un bolso de edición limitada para Hoss Intropia. Los beneficios irán destinados a Creative Handicrafts, una cooperativa de mujeres que los confecciona en la India. «Me encantó formar parte de este proyecto porque fue una experiencia colectiva», cuenta. «Afortunadamente, cada vez más marcas se están dando cuenta de lo importante que es trabajar con organizaciones socialmente responsables». 

Chaqueta de ante con flecos de Sendra (c. p. v.), camiseta de algodón (72 €) y shorts vaqueros (92 €), ambos de Hoss Intropia y pendientes vintage.

Andrew Yee.

A Quentin, la vena renacentista le viene de lejos: trabajó como modelo para costearse los estudios de Filosofía en Cambridge. «En aquel momento pensaba que acabaría siendo periodista», recuerda. «Ahora, con los años, pienso que a pesar de todo tuvo mucho sentido lo que hice». Posteriormente, y sin dejar de trabajar en moda, ingresó en la escuela de Arte y estudió Diseño gráfico e Ilustración. Esta formación tan ecléctica le ha permitido construir un lenguaje artístico absolutamente personal, un estilo audiovisual que bebe de fuentes tan dispares como el surrealismo, el collage, la Bauhaus, los dibujos animados clásicos o los fotomontajes dadaístas.

Conoce el mundo del arte desde dentro («Mis padres son arquitectos y mis abuelos eran artistas. Vengo de una familia en la que el arte siempre ha estado presente», confiesa) y se ha rodeado de modelos, diseñadores y fotógrafos desde la adolescencia. Pero más allá de sus contactos en ambas esferas, es su peculiar forma de mezclarlas la responsable de que su nombre aparezca hoy ligado a las campañas de grandes marcas.

Acostumbrados a ver cómo la moda se apoya en el realismo y lo figurativo, sus vídeos suponen un soplo de aire fresco. «Me gusta coleccionar ideas diferentes, mezclar influencias y tratar de hacer algo que tenga contraste visual», afirma. Así lo demostró, por ejemplo, en su campaña para el pre-fall 2012 de Kenzo (en la que los estampados cobraban vida), en las ilustraciones para Marc Jacobs o en Punk Stories, el vídeo que muestra a Cara Delevingne transformándose en distintas estrellas del punk. 

Abrigo de rafia de Hoss Intropia (405 €), camiseta de algodón de American Vintage (30 €) y shorts de cuero de Gerard Darel (265 €).

Andrew Yee

Firmas y publicaciones de todo el mundo desean trabajar con ella, por eso la artista ha decidido trasladar su residencia de Londres a Nueva York. «Sigue siendo el centro de la moda», comenta. «Y el arte, aunque se ha extendido a lugares como Los Ángeles, aquí no ha perdido su fuerza».

De un tiempo a esta parte, las colaboraciones entre artistas y marcas son cada vez más prolíficas. Desde el diseño de prendas y complementos a la dirección de cortometrajes, el ámbito artístico parece estar perdiendo sus prejuicios con la moda. Quentin sostiene que ambos salen reforzados de esta unión. «El que haya un cineasta o un director de arte que entienda muy bien una firma y la sepa reinterpretar hace que esta refuerce su identidad y pueda ampliarse a nuevas audiencias», opina. Cree, por otro lado, que esa idea del artista como alguien alejado del ámbito comercial tendría que ser desterrada. «Los críticos han de apreciar el buen arte comercial que se está creando ahora mismo», afirma. «Al final, si miras atrás, mucha gente respetada en el mundo artístico empezó haciendo este tipo de trabajos. Andy Warhol, sin ir más lejos».

La clave para hacer de dicha conjunción algo enriquecedor reside, según Quentin, en saber elegir tus trabajos. «No hay que venderse demasiado pronto», asegura. «Afortunadamente, dentro de esta industria hay muchas marcas que respetan tu integridad como creador y te permiten hacer lo que quieres. Siempre que lo que ofrezcas sea bueno, claro».

Quentin lleva top de punto de Hoss Intropia (62 €) y tocado con velo de encaje de Maison Michel (300 €).

Andrew Yee.

Victoria Beckham, entre otros, no tuvo problemas en dejar a Jones el espacio creativo que necesitaba. El resultado se materializó en el vídeo de lanzamiento de su segunda línea, Victoria. «Quería acercarme a un público más joven. Sofisticado pero arriesgado y con sentido del humor. Eso fue lo que Quentin supo aportar», declaraba la diseñadora a la web Style.com. La artista, por su parte, recuerda aquel proyecto con ilusión. «Siempre nos la imaginamos muy tensa y seria, pero, en realidad, Victoria es una persona muy divertida», cuenta. «En nuestra primera reunión, de pronto, me plantó a su bebé en las piernas y me dijo: “¿puedes sujetar a Harper?”».

La combinación entre imagen y dibujo, la superposición de fotogramas y el juego con los estampados son las tres herramientas con las que Quentin Jones suele acercar la moda a su lugar predilecto: el mundo de los sueños. «Ninguno de mis vídeos está basado en la realidad. Todo viene de la imaginación en estado puro», afirma. Su universo surrealista pretende resaltar las posibilidades creativas que ofrece la moda. «Soñar enriquece la vida, te permite imaginar posibles experiencias y te motiva a la hora de alcanzar tus ambiciones», sostiene.

Quentin sueña con vestir a diario de Céline, Marni o Jil Sander, «pero, en la vida real, mi armario se nutre de vintage y vaqueros», confiesa. Su estilo personal es el causante de que Hoss Intropia la haya elegido también como imagen para su colección de este verano. Un puesto que antes han ocupado modelos de la talla de Helena Christensen y Carmen Kass. «Me encantan las prendas que Hoss me dio, son preciosas», comenta. 

La mayor parte de sus trabajos combinan fotografía e ilustración. Ella misma se retrató con esta técnica en 125 magazine.

D.R.

Sin embargo, admite no seguir demasiado las tendencias. «No creo que vaya mucho a la moda. Aunque me siento identificada con el look tomboy». Mezclar ropa de aire masculino con complementos femeninos es lo que la ha convertido en la it girl del lado artístico de la moda, aunque para ella es simplemente otro recurso más con el que expresar su personalidad. «Ciertos rasgos de mi carácter parecen muy masculinos, pero me encanta ser mujer», confiesa.

Afirma que, gracias a su trabajo, no ha tenido que vérselas con problemas ligados a su género. «Las empresas suelen estar dirigidas por hombres y es muy difícil que nosotras podamos acceder a puestos de responsabilidad», opina. «Por suerte, yo soy autónoma y solo tengo que luchar contra mis propias limitaciones». Entrena su creatividad dejándose inspirar por el trabajo de otros artistas y realizadores («Es importante saber qué es lo que existe más allá de tus proyectos», asegura) o practicando regularmente yoga y meditación. «Me ayuda a calmarme. Tiene poco que ver con mi carácter, pero consigue que me relaje y pierda el miedo al ridículo», cuenta. 

Corazones recortados y chorros de pintura. Así fue como Quentin Jones decoró este editorial de la revista Glass.

D.R.

Todo apunta a que estas rutinas le funcionan, porque los proyectos de Jones crecen vertiginosamente. No contenta con ser uno de los nombres más demandados de la ilustración y la realización de moda o de haberse estrenado como diseñadora, pretende extender su sello a otros ámbitos como la narrativa o el guión. «Siempre quise tener una carrera que me permitiera hacer cosas con las que disfrutara. Ahora, deseo seguir experimentando y descubrir nuevas formas de creación», confiesa. 

En resumen: riesgo, novedad y personalidad. Tres cualidades que han hecho que esta joven artista no haya necesitado una extensa carrera para jugar en la liga de los grandes nombres de la industria. Como ella misma aconseja: «Si vas a hacer algo, extiende tus límites. No seas mediocre, sé extremo».

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