La maldición de ‘Glee’: el trágico final de Naya Rivera se une a la gran lista de desgracias en la serie
La desaparición de la actriz se suma a las numerosas desgracias sufridas por el reparto y el equipo de Glee, la serie de televisión dirigida por Ryan Murphy.
El pasado miércoles 8 de julio, la oficina del Sheriff del condado de Ventura, localidad al noroeste de Los Ángeles, comunicó a través de su perfil de Twitter que sus efectivos estaban buscando a una persona desaparecida en las inmediaciones del lago Piru. En una comunicación posterior, la policía desveló la identidad de la persona y la noticia no tardó en saltar a los principales medios de comunicación. Se trataba de Naya Rivera, actriz que había interpretado el papel de Santana López en la serie de televisión Glee.
Ese día, Rivera había alquilado un bote para navegar por el lago Piru junto a su hijo. Zarparon hacia las 13 horas y, en torno a las 16, otra embarcación encontró la de Rivera a la deriva y con el pequeño durmiendo en su interior. El niño llevaba puesto un chaleco salvavidas, junto a él había otro para adulto pero ningún rastro de la madre. Una vez trasladado a tierra, el chaval, de cuatro años, contó que habían salido a bañarse pero que ella nunca regresó.
La desaparición de Rivera viene a sumarse a una serie de desgracias sufridas por los actores de la serie Glee que abarcan desde muertes accidentales, a acusaciones de pederastia, suicidios, sobredosis de heroína, malos tratos y depresiones. De hecho, no es esta la primera vez que Naya Rivera aparece en los medios de comunicación por temas dramáticos ajenos a su trabajo. En noviembre de 2017, la actriz pasó la noche en comisaría después de que su exmarido la acusase de violencia doméstica. La denuncia fue retirada y la actriz achacó su violento comportamiento a la presión que sufría desde que, siendo apenas una adolescente, se convirtió en ídolo juvenil de la noche a la mañana.
Esa fama súbita también afectó al carácter y comportamiento de otra de las parejas de Rivera, el actor de Glee Mark Salling. En enero de 2018, el intérprete del personaje de Noah Puckerman apareció ahorcado a orillas de un río cerca de su casa de Los Ángeles, después de que su novia de esa época le denunciase por tener en su ordenador miles de fotografías y vídeos de pornografía infantil. El actor, que ya había sido juzgado cuando decidió acabar con su vida, estaba a la espera de conocer la condena –que hubiera oscilado entre cuatro y siete años de cárcel, además de indemnizar a sus víctimas y ser incluido en el fichero de acosadores sexuales– puesto que se había declarado culpable de los cargos que se le imputaban.
No había sido ese el único problema de Salling con la justicia. Unos años antes, un acuerdo económico entre las partes puso fin a un proceso iniciado contra él por su exnovia Roxanne Gorzela, que lo acusaba de violación después de que hubieran mantenido relaciones sexuales sin preservativo, a pesar de que ella le había pedido expresamente que se lo pusiera. La cantidad abonada por el actor superó los 2,5 millones de dólares (algo más de 2,2 millones de euros).
Adicciones y depresiones
Al igual que Naya Rivera y Mark Salling, fueron varias las parejas que surgieron durante el rodaje de Glee. Por ejemplo, la del actor, que interpretaba a Finn Hudson, y Lea Michele, que hacía lo propio con el personaje de Rachel Berry. La relación estuvo marcada por la adicción a diferentes sustancias que sufría Monteith quien, a pesar de someterse a varios programas de desintoxicación, nunca consiguió desengancharse. El 13 de julio de 2013, su cadáver apareció en un hotel de Vancouver y la autopsia determinó que la muerte se había producido por consumo excesivo de alcohol y heroína. Enterada del fallecimiento de su novio, Lea Michele entró en una profunda depresión que afectó a la carrera como cantante que estaba iniciando. Sus dos discos, Louder (2014) y Places (2017) no fueron bien acogidos por el público pero tampoco ella tenía demasiadas ganas de defenderlos en la promoción o en directo.
Esta supuesta maldición que persigue a los actores de Glee parece que también afecta a sus allegados e incluso a miembros anónimos del equipo. Matt Bendik, por ejemplo, apareció muerto en 2014 de un ataque al corazón en un hotel de Filadelfia. Según los forenses, el deceso se produjo por el estrés acumulado después de poner en pie su propia empresa, aunque nunca faltará quien diga que algo tuvo que ver que Bendik fuera novio de Becca Tobin, la actriz que interpretaba el papel de Kitty en Glee.
En lo que se refiere al equipo técnico, la serie también perdió a un asistente de dirección, Jim Fuller –fallecido en 2013 por un ataque al corazón mientras dormía–, y a Nancy Motes, asistente de producción medio hermana de Julia Roberts que, víctima de una grave depresión, se suicidó ingiriendo una sobredosis de barbitúricos y dejando una nota en la que culpaba a su familia de la decisión tomada.
Intimidades al descubierto
Ante semejante recital de desgracias y dramas, cualquier otro hecho sufrido por los actores de Glee parece insignificante, aunque no lo sea. Ese es el caso de Heather Morris, que interpretaba el papel de Brittany Pierce en la serie y que, en 2012, vio cómo fotos íntimas que guardaba en su móvil aparecían en las redes sociales después de haber sido víctima de un ataque informático. No fue la única. Lea Michele, Becca Tobin y Melissa Benoist también fueron objeto del ataque de los hackers y vieron cómo aspectos íntimos de su vida eran accesibles para cualquiera que visitase internet.
No obstante, recientemente fue la propia Melissa Benoist la que quiso exponer su intimidad en las redes sociales para compartir con sus fans una dramática experiencia e intentar ayudar a personas que estuvieran pasando por lo mismo que ella pasó. En noviembre de 2019 publicó un vídeo de catorce minutos en el que confesaba haber sido víctima de violencia de género. Según la actriz que interpretaba a Marley Rose, una de sus parejas la había sometido a maltrato psicológico y físico, llegando a abofetearla, tirarle vasos de cristal en la cabeza y arrastrarla del pelo por el suelo. El caso se volvió aún más mediático cuando los fans de Glee comenzaron a atar cabos y descubrieron que, por las fechas, lo narrado por Benoist coincidía con su matrimonio con Blake Jenner –Ryder Lynn en Glee–, del que se divorció en 2017.
Ese vídeo de Benoist permitió conocer que las relaciones tóxicas y los abusos por parte de los miembros del elenco de Glee habían sido más habituales de lo que cabría esperar en unos actores que se mostraban siempre radiantes y felices. Hace unos días, sin ir más lejos, trascendieron los malos tratos que Lea Michele infligía a sus compañeros de reparto. El detonante fue un mensaje publicado por Michele en una red social en el que protestaba contra la muerte de George Floyd a manos de la policía de Minnesota, utilizando para ello el hashtag #BlackLivesMatter. Cuando su compañera Samantha Marie Ware, actriz negra que interpretó a Jane Hayward en la sexta temporada de Glee, vio lo que su compañera había escrito, le respondió por Twitter: “LMAO ¡¿¡¿RECUERDAS CUANDO CONVERTISTE MI PRIMERA EXPERIENCIA TELEVISIVA EN UN INFIERNO EN LA TIERRA?!?! PORQUE YO NUNCA LO OLVIDARÉ. CREO QUE LLEGASTE A DECIRLES A TODOS QUE SI PUDIERAS, TE ‘CAGARÍAS EN MI PELUCA’, ENTRE OTRAS TRAUMÁTICAS MICROAGRESIONES QUE ME HICIERON REPLANTEARME MI CARRERA EN HOLLYWOOD”. Solo le faltó pedir mayúsculas más grandes.
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