Muere China Machado, la musa asiática de Avedon
La supermodelo, la primera asiática en aparecer en una portada estadounidense, ha fallecido a los 87 años de edad. Rendimos tributo a uno de los grandes iconos de la moda de los últimos 50 años.
Si hiciéramos una lista de las mujeres más influyentes de la industria de la moda los últimos 50 años, su nombre no podría faltar. China Machado, la primera modelo asiática en protagonizar la portada de una revista estadounidense en 1959, ha fallecido a los 87 años dejando un legado incomparable. Según ha informado Women’s Wear Daily, Machado murió el pasado domingo por la mañana en Long Island después de sufrir un paro cardíaco el jueves por la noche en su casa de North Haven (Connecticut, Estados Unidos).
Musa del fotógrafo Richard Avedon y del diseñador Hubert de Givenchy, Machado pasó décadas en el epicentro de la moda experimentando el negocio desde todos los puntos de vista. Comenzó su carrera como modelo y luego trabajó como editora, galerista, productora de televisión y diseñadora. Y vuelta a empezar: a los 80 años regresó a la primera plana firmando un contrato con la prestigiosa agencia de modelos IMG y copando portadas, editoriales y campañas publicitarias como la que protagonizó para la firma Cole Haan. Por las venas de Noelie Dasouza Machado –que así se llamaba en realidad– corre sangre china y portuguesa, probablemente también india. Nació en Shanghái en el seno de una acomodada familia de banqueros y terratenientes con ascendencia portuguesa. El resultado de tal mezcla era una belleza exótica que el mismísimo Avedon adjetivó como «la mujer más bella que había conocido» y que fue capaz de enamorar al torero Luis Miguel Dominguín, al actor William Holden o a Martin LaSalle, su primer marido.
Machado pasó su infancia en Shanghai hasta que la Segunda Guerra Mundial y la muerte de su madre obligaron a su familia, que había perdido su casa y todos sus bienes, a trasladarse al otro lado del mundo. Viajando por Argentina y Perú en su juventud, Machado trabajaba como azafata cuando comenzó un romance con el torero Luis Miguel Dominguín que acabó dejándola por Ava Gardner. Tras la ruptura se trasladó a París y comenzó a modelar para Hubert de Givenchy y Balenciaga. Ser una de las primeras modelos ‘no blancas’ en ganar protagonismo en las pasarelas europeas la convirtió en pionera y una adelantada a su tiempo. Su apariencia refiniada y su delicada belleza hicieron de su rostro uno de los más demandados del momento y su influencia se multiplicó después de comenzar a trabajar junto a Avedon convirtiéndose en su musa. Cuando una revista se negó a publicar sus fotografías por la raza de la modelo, el fotógrafo amenazó con no renovar su contrato. Machado acabó por convertirse en la primera mujer asiática en copar la portada de una revista norteamericana posando para Harper’s Bazaar a finales de los 50, una época monopolizada por los rostros angelicales de melena rubia.
La modelo siempre fue una experta en reinventarse a sí misma. Años después de convertirse en icono y leyenda de la moda, trabajó como directora de moda de la revista Harper’s Bazaar, posó para Andy Warhol o Steven Meisel y hasta diseñó su propia línea de ropa. Una polifacética existencia que, en octubre de 2013, el National Arts Clu de Nueva York condensó en la exposición A Muse Among Friends. Una vida exprimida al máximo en constante búsqueda de la felicidad: «Alguien como yo tiene un poco de vagabundo. Me gusta experimentar todos los aspectos de la vida. Creo que es fundamental para ser feliz», declaró a la edición estadounidense de la revista Vogue.
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