Michelle Dockery: “A todos nos han humillado en alguna ocasión”
La intéprete británica vuelve a ser lady Mary en un Downton Abbey que salta a la gran pantalla.
Ganas de saltarse el protocolo no le faltan, pero Michelle Dockery (Barking, 1981) aprendió de lady Mary Crawley, su alter ego en la serie de época Downton Abbey, que eso no se hace. Cuestión de modales. El personaje que le dio la fama a esta actriz británica también le enseñó las maneras propias de una dama de 1900, con la que ella tiene poco que ver. Solo hace falta observar en persona a esta múltiple candidata al Emmy y al Globo de Oro para darse cuenta de que si a lady Mary le pierde la frialdad, a Dockery le pueden el humor y la alegría, sobre todo ahora que está de regreso a esa aristocrática casona que el 20 de septiembre da el salto a las salas de cine. Además, estará en The Gentleman, la próxima película de Guy Ritchie, con Matthew McConaughey y Charlie Hunnam.
¿Cómo fue volver a Downton?
Los primeros días estuvimos todos al borde de las lágrimas. Fue emocionante, era volver a ver a la familia. Han pasado seis años desde que rodamos el final de la serie, el plazo perfecto para dejarte llevar por la nostalgia.
¿Y su reencuentro con lady Mary? ¿La echaba de menos?
¡Claro que sí! Me siento muy apegada a este personaje. Añoraba su fortaleza y su ingenio. Tras Downton Abbey me vi interpretando mujeres fuertes, pero que tenían poco que ver con Mary. O con esa época. Ni siquiera eran británicas. Esta profesión ha puesto a mi disposición una enorme caja de juguetes para que me divierta. Pero hay algo en Mary que me hace sentir en mi segunda piel.
¿Qué ha aprendido de este personaje, además de protocolo?
De lady Mary y de Alastair Bruce, nuestro mentor en temas históricos, he aprendido muchísimo. Nada de meter las manos en los bolsillos. Es una vulgaridad de tiempos modernos. Que conste que mi familia nos dio una buena educación a mí y a mis hermanas, pero en Downton Abbey aprendí la importancia de la postura. La entereza que destilan Edith y Mary viene de su capacidad de mantenerse estiradas, casi inmóviles, algo que me tengo que recordar a mí misma cada día.
No es lo único que se necesita para ser una mujer fuerte.
Tengo la fortuna de haber interpretado a muchas mujeres fuertes en la pantalla. Pero porque son complejas, poliédricas, con fallas… Papeles que vemos cada vez más, porque afortunadamente vivimos en un momento en la industria en el que se escriben perfiles pensando en nosotras.
¿Tiene un referente femenino cerca?
Mi madre. Y mis hermanas. Son mayores que yo y siempre me han mostrado lo que es tener fuerza. ¡Y somos la razón por la que en casa mi padre siempre encontraba el baño ocupado!
¿Cuál es su mayor baza?
El humor. Es capaz de hacerme ver el lado positivo, me ayuda a no tomarme la vida tan en serio. Me considero fuerte, pero no lo sería sin el sentido del humor que heredé de mis padres.
¿Hay que ser una mujer fuerte para sobrevivir en Hollywood?
A todos nos han humillado en alguna ocasión. A mí también. Por eso admiro tanto a las mujeres que encontraron la fortaleza de plantar cara a quienes abusan de su posición de poder en la industria. Y me alegra que el mundo las haya escuchado. Yo también he sabido defenderme y tengo claro que hay que erradicar cualquier forma de abuso.
Al margen de su fortaleza, ¿qué más admira de Mary?
Su estilo. Trabajar en Downton Abbey abrió mis ojos a la moda. Ralph Lauren hizo un pase de modelos donde todos parecían salidos de nuestra serie. Hasta he aprendido a pronunciar los nombres de los diseñadores, aunque sigo pensando que lo mejor es sentirte cómoda con lo que llevas puesto. Y con las manos en los bolsillos si te lo pide el cuerpo.
¿Incluso delante de la realeza?
Nunca he estado en el palacio de Buckingham, pero la duquesa de Cambridge, Catalina Middleton, vino a vernos al rodaje. ¡Nos sentimos entre Downton Abbey y The Crown!
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