_
_
_
_

Liberace: el hombre que sometió a cirugía estética a su amante para que se pareciesen y le acabó engañando con otros

El extravagante pianista y Scott Thorson empezaron su relación cuando el joven sumaba solo 16 años. Nada con medida, todo con exceso, incluidos el amor y las infidelidades.

Scott Thorson y Liberace.
Scott Thorson y Liberace.getty/s moda

Las Vegas es de los pocos lugares en el mundo donde pueden coincidir un rey, Elvis, y un emperador, Liberace. Aunque nacido en Wisconsin en 1919, el pianista parecía salido de una antigua corte europea en la que aún se estilaban los chapines, las capas de armiño, las levitas con bordados, las camisas con chorreras y los candelabros, como el que presidía todas sus actuaciones sobre su piano de cola Baldwin.

Liberace en 1984 en Nueva York.
Liberace en 1984 en Nueva York.getty

Niño prodigio de la música, Liberace se había hecho popular como pianista heterodoxo, capaz de interpretar repertorio clásico, canciones populares e incluso mezclar ambos géneros, como demostraba en su número de The Three Little Fishes, en el que ejecutaba una conocida canción infantil al modo de Liszt, Mozart o Strauss. A pesar de que la crítica especializada nunca valoró su personal forma de tocar, Liberace siempre se tomó esos ataques con humor. Después de llenar el Madison Square Garden en 1954, la prensa publicó unas críticas devastadoras que, como recordaría el músico en el documental El mundo de Liberace de Tony Palmer, «me hicieron llorar durante todo el camino… al banco». Independientemente de lo que dijeran los expertos en música clásica, tan solo por la actuación del Madison Square Garden el artista se había embolsado 138.000 dólares (alrededor de 115.000 euros).

Un año después de la actuación en el mítico recinto neoyorquino, Liberace comenzó a actuar con frecuencia en Las Vegas donde, con el paso del tiempo, acabaría siendo la estrella residente de varios hoteles. El caché del músico en la ciudad de los casinos rondaba los 55.000 dólares semanales (algo más de 46.000 euros), una cantidad desorbitada para la época, que gastaba generosamente en joyas, abrigos de visón, automóviles, mansiones, piscinas en forma de piano, muebles bar en forma de piano, pianos, pianos en miniatura y otras chucherías para él, para sus caniches y para sus amantes.

El músico en la piscina con forma de piano de su casa.
El músico en la piscina con forma de piano de su casa.getty

«Tenía que tener mucho cuidado. Una vez dije ‘Oh, me encanta ese Rolls Royce’ y el día de mi 21 cumpleaños apareció con una enorme caja con un lazo. Dentro de esa caja había otra y luego otra. Y así hasta la última, que era una pequeña cajita con las llaves del automóvil. Entonces salí a la puerta y ahí había otra enorme caja con un lazo dentro de la cual estaba el Rolls Royce que me regaló», recordaba al periodista de la CNN Larry King Scott Thorson, el más conocido y duradero de todos los amantes de Liberace.

Vidas paralelas

«Nací en La Crosse, Wisconsin, a un par de cientos de millas del lugar de nacimiento de Lee [Liberace] en Milwaukee, una coincidencia que él mencionaba a menudo. Como él, yo era el producto de un hogar roto y, como él, yo también era gay», recordaba Thorson en su libro de memorias Behind the candelabra. My life with Liberace donde, entre otras cosas, narraba su dura y complicada infancia en un hogar desestructurado.

Su padre era un hombre especialmente violento y su madre, una enferma maniaco depresiva. Una complicada situación que provocó que Scott y sus hermanos vivieran casi toda su infancia en orfanatos y familias de acogida con pocos recursos. Con 10 años Scott comenzó a hacer algunos trabajos esporádicos y, aprovechando que era más alto de lo que correspondía a su edad, a los 13 mintió sobre su fecha de nacimiento para conseguir un empleo de media jornada que compaginaba con sus estudios en el instituto.

Cuando tenía 16 años y medio, un amigo de Thorson que conocía a Ray Arnett, el productor de los espectáculos de Liberace, le invitó a ir a Las Vegas a ver una actuación del pianista. Al finalizar el show Scott y su amigo pudieron entrar al camerino y conocer a la estrella que, nada más ver al joven, quedó impresionado. No solo por su belleza y juventud, sino por sus sinceras atenciones hacia uno de los caniches del músico que sufría de una ligera infección en un ojo. Thorson, que en esos momentos trabajaba como ayudante de veterinario, le explicó al artista cómo debía curar al animal, pero, pretextando que no sabría hacerlo correctamente, Liberace aprovechó para invitarlo a su mansión.

De la casa de acogida a Xanadu

«Liberace me sacó de una situación con un padre maltratador, una madre mentalmente enferma. Hice todo lo posible por agradar a ese hombre. Siempre hubo una relación de amor-odio, pero en esa época me sentía honrado de estar junto a él. Además, no quería volver a mi antigua vida de familias de acogida, que era lo más parecido a estar en el infierno», explicaba Scott Thorson que, tras graduarse en el instituto, comenzó a vivir con Liberace desempeñando labores de asistente personal, bailarín en sus espectáculos, cuidador de sus caniches, chófer personal y amante.

Liberace y Scott Thorson en Hollywood en 1981.
Liberace y Scott Thorson en Hollywood en 1981.getty

«Creo que yo no era gay», afirmó Thorson en el programa de Larry King contradiciendo así sus propias memorias. «Me limitaba a agradarle. Una vez me comentó: ‘Scott, tienes el trabajo más importante de mi empresa, que no es otro que el de hacerme feliz y complacerme'». A pesar de vivir su sexualidad libremente en su ámbito más íntimo, Liberace siempre fue reacio a reconocer su homosexualidad en público por miedo a que pudiera perjudicar su carrera. De hecho, cuando en 1959 actuó en Inglaterra y el Daily Mirror sugirió que era gay, el artista demandó a la publicación, declaró ante el tribunal no ser homosexual y, ante la falta de pruebas que echasen abajo su testimonio, ganó el proceso obteniendo una jugosa indemnización.

Aunque el caso fue un aviso para navegantes destinado a acallar a los medios de comunicación, que prefirieron no volver a tocar el tema, los rumores sobre la homosexualidad del artista nunca desaparecieron del todo. Por esa razón y consciente de que su convivencia con un joven como Scott resultaba extraña, Liberace decidió buscar una fórmula que justificase la relación de cara a la opinión pública. La solución que encontró fue la de adoptar al muchacho, idea que no dejaba de ser un tanto perturbadora y que se tornó aún más delirante cuando el artista consideró que su futuro hijo, aunque fuera adoptivo, debía parecerse a él.

«Su peluquero, Guy Richards, le presentó a un hombre llamado Jack Startz que era cirujano plástico. Quedamos con él en la mansión de Las Vegas en Shirley Street. Cuando vio al cirujano le dijo ‘acompáñame’ y Lee le llevó al dormitorio. Allí había un cuadro de Liberace en el que tendría unos 30 años y le explicó: ‘Quiero que hagas que Scott tenga el mismo aspecto que yo cuando era joven para que así parezca mi hijo'», relataba el propio Scott a Larry King.

Los diferentes tratamientos y cirugías estéticas a las que se sometió Thorson, entre las que se encontraba un retoque maxilofacial con una prótesis de silicona para que su mentón se pareciera al de Liberace, fueron el comienzo del fin de la pareja. Según Scott, entre los métodos empleados por el cirujano para mejorar su aspecto estaba «La dieta de Hollywood», que no era más que la prescripción de cocaína farmacéutica, quaaludes, demerol y otras drogas a las que el joven no tardó en engancharse.

Las adiciones de Thorson comenzaron a pasar factura a la vida en común. Primero amargaron el carácter del joven y, más tarde, afectaron a su vida sexual con Liberace, que buscó satisfacer su deseo frecuentando chaperos y amantes esporádicos. «En esa época había un grupo llamado The Young Americans que comenzó a actuar en el Hilton de Las Vegas, donde también estábamos nosotros, […] y él comenzó a tontear con uno de los chicos jóvenes del grupo», recordaba Thorson, que no solo vio cómo su puesto como amante era ocupado por otras personas, sino que fue despedido de su trabajo como chófer y asistente personal.

La venganza más cruel

Cuando Thorson fue expulsado de la mansión de Liberace, apenas le quedaban joyas y propiedades. Las había dilapidado para conseguir droga, malvendiéndolas o directamente entregándolas a los camellos a cambio de mucha menos cocaína de lo que en realidad valían. Ante semejante escenario y con objeto de solucionar su maltrecha situación económica, decidió atacar a Liberace allí donde más daño podría hacerle: aireando su relación sentimental.

Scott Thorson, con 24 años, a su llegada a la Corte Superior para reclamar a Liberace y a la publicación The Globe seis millones de dólares.
Scott Thorson, con 24 años, a su llegada a la Corte Superior para reclamar a Liberace y a la publicación The Globe seis millones de dólares.getty

En 1982, sus abogados presentaron la primera demanda en la historia de EEUU en la que un hombre pedía una pensión de alimentos a otro hombre después de que su relación sentimental hubiera finalizado. La cantidad reclamada por Thorson ascendía a trece millones de dólares (casi once millones de euros) aunque, en 1986 y después de cuatro años de pleito, se conformó con un acuerdo extrajudicial por el cual percibió 75.000 dólares (alrededor de 62.000 euros), tres automóviles y otros tantos perros.

Para entonces, la salud de Liberace estaba muy deteriorada. Al desgaste emocional derivado del proceso judicial, se sumó el diagnóstico de que tenía sida, enfermedad que había contraído durante sus aventuras con taxiboys y amantes eventuales en las que nunca tomaba medidas profilácticas. En consecuencia, el 4 de febrero de 1987, Liberace falleció en Palm Springs por, según el certificado de defunción de su médico de confianza, una neumonía. Sin embargo, la presión de los medios de comunicación, que no le habían perdonado desde que ganase el proceso al Daily Mirror, provocó que las autoridades ordenaran realizar una autopsia en la que se confirmó que la causa de la muerte fueron complicaciones derivadas del sida.

Antes de morir, Liberace se reconcilió con Scott Thorson quien, a partir de entonces, ha llevado una vida bastante turbulenta. En los años noventa entró en el programa de protección de testigos para declarar contra el narcotraficante Eddie Nash en un caso de triple asesinato y, en 2013, ingresó en prisión por hacer pagos con una tarjeta de crédito perteneciente a otra persona. Aunque se le concedió la libertad condicional, fue descubierto consumiendo drogas y enviado de nuevo a prisión, de donde se prevé que salga en 2022. Antes de entrar en la cárcel, Thorson pasó de nuevo por el quirófano para quitarse la prótesis de la barbilla que le hacía parecerse a Liberace.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_