_
_
_
_

Lamari: «Casi siempre llevo riñonera porque las asas del bolso me resultan incómodas»

Es pasional y práctica. Abanderada del flamenco chill-out con Chambao, la malagueña confiesa su debilidad por los mercadillos de segunda mano.

Lamari

Parece que fue ayer, pero ya hace más de una década que la voz de Lamari empezó a sonar con Chambao. Han pasado muchas cosas, y mucho tiempo, y ahora el grupo vuelve con el doble álbum 10 años Around The World, donde recopila sus mejores temas con colaboradores de lujo. Lamari hace un alto en el camino, pero no para hablar de música, sino de armarios y de moda.

¿Es caprichosa con la ropa?

Intento no serlo, precisamente porque me gusta demasiado. Así que me corto todo lo que puedo para no excederme al momento de comprar.

¿Se ha hecho con algo especial para esta promoción?

De momento, no. Tengo muchas prendas a las que no he sacado partido y voy a ir tirando de ellas.

¿Tiene alguna debilidad?

Sí. La ropa de segunda mano. Me encanta ir de paseo a los mercadillos y buscar cosas.

¿Recomienda alguno en especial?

El de los domingos en Fuengirola. Y los que hay en Formentera e Ibiza.

Una pieza que haya encontrado en esos mercados.

Un chaleco tres cuartos de flecos que compré en la isla.

Se dice que las artistas queman enseguida las prendas que se ponen. ¿Qué hace con lo que ya no utiliza?

Tengo dos hermanas que usan la misma talla que yo, así que nos intercambiamos ropa. Es una buena forma de sacar partido al armario.

¿Guarda algo heredado?

Una toquilla de lana negra que era de mi madre.

¿Qué no se pondría nunca?

Cualquier cosa con la que sienta que dé el cante. Por ejemplo, algo con muchas lentejuelas. Ni tampoco prendas rígidas. Me gusta vestir de forma cómoda y flexible.

Si tuviera que elegir entre pantalones ajustados y holgados, ¿con cuál se quedaría?

Me quedo siempre con los flojos. Suelo llevar pantalones anchos. En general, casi todo lo que utilizo es muy confortable.

¿Se ha sentido incómoda con un look?

Sí. Hace tiempo, en una sesión de fotos. Me pusieron una ropa ajustadísima: un pantalón verde militar, una camisa color crema y unos zapatos con tacones muy altos. Además, me hicieron ondas en el pelo y me maquillaron mucho. Me vi muy extraña.

¿Recuerda alguna vez que una estilista haya acertado al vestirla?

Sí. Cuando hicimos el vídeo de los 10 años de Ahí estás tú me vistieron con una rebeca rosa que tenía flecos en el hombro. A mí el color rosa no me gusta nada, pero, a pesar de eso, la chaqueta me encantó.

Hablemos de bolsos.

Casi siempre llevo riñonera, porque las asas me resultan incómodas; me destrozan el hombro.

¡Pues me ha chafado la pregunta!

Bueno, también tengo alguno de cuero. Pero todos mis bolsos son pequeños, porque si no, los lleno de cosas.

Vamos, que no es usted lo que se dice una compradora convencional.

La idea de ir de uniforme no me agrada. En el futuro me gustaría aprender patronaje para poder hacerme mi propia ropa o adaptar lo que me compre.

Rescate para S Moda una prenda de su armario que le traiga buenos recuerdos.

Una camiseta-vestido anudada a la espalda que me puse en el concierto con Ricky Martin. ¡Lo pasé tan bien aquel día!

¿La sigue utilizando?

No, qué va. No quiero que se estropee con el uso. La verdad, es una prenda que espero poder conservar siempre.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_