Jamie Lee Curtis: “Si el fentanilo hubiera estado tan disponible como ahora, yo estaría muerta”
La flamante ganadora al Oscar a mejor actriz de reparto, que fue adicta a los opiáceos, ha compartido su preocupación sobre esta droga sintética que ya es responsable del récord de muertes por sobredosis en Estados Unidos.
A sus 64 años, Jamie Lee Curtis vive un momento espléndido en su carrera, que el pasado mes de marzo coronó con un Oscar a mejor actriz de reparto por su trabajo en Todo a la vez en todas partes. Intérprete, productora y escritora de libros infantiles, la protagonista de la saga Halloween aprovecha su renovada fama para apoyar activamente la huelga del sindicato de actores SAG, para defender los derechos de las personas trans o para poner el foco sobre los problemas más acuciantes que acechan a la sociedad norteamericana.
En este sentido el viernes compartía en una entrevista su preocupación por la crisis del fentanilo, que ya deja a la de los opiáceos a la altura del paracetamol: “Si el fentanilo hubiera estado tan fácilmente disponible en la calle como lo está hoy, yo estaría muerta”, le decía muy seria al presentador Joe Scarborough en su programa matutino de la cadena Msnbc. “Era una adicta a los opiáceos y me gustaba colocarme con ellos”, proseguía la actriz que lleva más de dos décadas alejada de las drogas y el alcohol.
Pasó diez años en el mortal torbellino de las adiciones en el que cayó, como tantos compatriotas, por una receta de un analgésico. Hace cinco años Curtis confesaba en la revista People que su adicción comenzó en 1989, cuando le recetaron un opiáceo tras una cirugía plástica: “Me adelanté a la curva de la epidemia de los opiáceos. Pasé una racha de 10 años robando, conspirando. Nadie lo sabía”. Hoy se considera una privilegiada por haber salido de aquello, sabedora de que estuvo a punto de terminar en la cárcel: “Hay muchas mujeres en prisión cuyas vidas se han visto destrozadas por las drogas y el alcohol, no porque fueran delincuentes violentas, no porque fueran personas horribles, sino porque eran adictas. Y me siento increíblemente afortunada de que ese no fuera mi camino, porque me dirigía hacia allí”.
El fentanilo ya provoca más de 2.000 muertes a la semana en Estados Unidos. La droga sintética, que se creó en Bélgica en la década de los cincuenta para mitigar el dolor de los pacientes con cáncer, se ha convertido en la más consumida en el país. Su potencial adictivo es tan peligroso como su capacidad para producir sobredosis morales: para lo que bastan dos miligramos. La epidemia comenzó en los noventa, cuando farmacéuticas como Purdue revolucionaron el marketing médico con sus pastillas analgésicas Oxycotin que, según defendían, no enganchaban. No era cierto, pero cuando se quiso frenar la crisis sin precedentes arrasaba por todo el país. La llegada del fentanilo (además de más potente, mucho más barato) siguió empeorando un panorama apocalíptico que se acrecentó tras la pandemia. En 2022 tres cuartas partes de las muertes por sobredosis ya estaban producidas por esta sustancia sobre la que alerta la estrella.
“Permanecer sobria es mi mayor logro, más que mi marido, más que mis dos hijas o más que mi trabajo, éxitos o fracasos”, confesaba Curtis a Variety en 2019. Hija de los actores Janet Leigh y Tony Curtis, creció alejada de su padre, con el que mantuvo una relación distante durante toda su vida. Uno de los momentos más cercanos a su progenitor, según confesaba en 2019, fue drogándose con él: “Sabía que mi padre tenía un problema porque yo tenía uno y compartimos drogas. Hubo un periodo en el que fui la única hija que hablaba con él. Una vez tomé cocaína y crack con mi padre. Fue la única vez que lo hice, pero lo hice junto a él”.
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