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Eva Green: «Los papeles de chica buena me aburren»

Para muchos es la última musa del cine europeo que conquista Hollywood. Para Tim Burton, una bruja de porte misterioso en Sombras Tenebrosas.

Eva Green
Larry Busacca

Eva Green siempre quiso ser mala y Tim Burton la convirtió en bruja. Esta parisina de 31 años se enfrentó a Charlize Theron y Angelina Jolie y ganó. Así se convirtió en la chica Bond en Casino Royale (Martin Campbell, 2006). Antes ya había cautivado a la audiencia con su debut en Soñadores (Bernardo Bertolucci, 2003). Ahora, en Sombras tenebrosas –nueva versión de la serie de culto del mismo título–, regresa con sed de venganza. A esta entrevista, en el hotel SLS de Los Ángeles, hogar del restaurante de José Andrés, llega dispuesta a comerse el mundo: vestida de cuero negro de pies a cabeza, por Barbara Bui, y dejando bien claro por qué todas las marcas, de Armani a Lancôme, pasando por Dior, la aman.

¿Le divierte ser mala?

¿A quién no? Los papeles de chica buena me aburren. Y por desgracia, son los más habituales. Así que cuando te encuentras con alguien como Angelique, una barbie insolente, loca y vengativa, alguien a quien han roto el corazón y es imparable en su sed de venganza… Entonces estás ante un verdadero regalo. Además, según transcurre la cinta y más se pasa al lado oscuro, más humanidad hay en ella.

¿Se siente identificada?

Todas las mujeres hemos fantaseado alguna vez con una cruel venganza tras ser abandonadas. Soy de naturaleza apasionada. Así que ¡imagínate en el amor! Lo doy todo. Pero no hasta el extremo de la película. No encerraría a mi novio en un ataúd. Aunque en un accidente… [bromea].

Para ser tan apasionada se toma su carrera en Hollywood con distancia.

Mi base de operaciones está en Londres, mi corazón en París y mi trabajo en Hollywood. Pero no me olvido del cine europeo independiente que me hizo actriz. Además, no conduzco; así que, ¿qué iba a hacer en una ciudad como Los Ángeles?

¿Qué le da el cine?

Hay quien diría «fama». Para mí, cine es actuar, reírse e incluso llorar con una película. Lógicamente, también me gustan muchas otras cosas. No es que mi vida sea excitante, pero disfruto de mis paseos, de mis amigos, del teatro, de la música… Me encanta fundirme con la naturaleza y sentirme cerca de los dioses entre las vacas de los Alpes suizos.

¿Y la moda? Si echásemos una mirada a su armario,
¿qué encontraríamos?

Mucho Armani, sobre todo sus abrigos. ¡Son tan clásicos! También Barbara Bui [se levanta para mostrar el diseño que lleva], Dior [señala sus botas], McQueen y Tom Ford. Suelo vestir de negro, así no tengo que preocuparme en todo el día.

¿Y en la alfombra roja?

Eso son palabras mayores. Cuando tengo que vestirme para un estreno soy como una niña, con ganas de divertirse. Ahí sí interpreto un papel. Porque para el día a día prefiero la comodidad, la sencillez e incluso un estilo más aburrido.

Hay quien definiría su aburrimiento como gótico.

Lo sé y tampoco me parece desencaminada la descripción, aunque yo me considero más barroca. O una gótica con una pizca de humor a la hora de vestir.

Si su debut en el cine con Soñadores quedó grabado en la mente de muchos por el erotismo, la escena de cama que ahora protagoniza junto a Johnny Depp no es de este mundo.

Nunca vi Soñadores como una película erótica. Hay sexo, pero habla de temas complejos. Fue una de las mejores experiencias que he vivido en un rodaje. Siempre he dicho que Bertolucci me dio a luz. Y con Burton ha sido un sueño hecho realidad. Alguien a quien admiro desde que vi Bitelchus (1988), una de mis películas favoritas. Tardamos seis días en rodar esta escena de cama. ¡Una semana de sexo con Johnny Depp! ¡La vida es corta y hay que aprovechar! Lo más difícil fue mantener el gesto serio frente a Johnny. Fue como si Barbie y Kent se pusieran manos a la obra.

Parece que le gustan mucho los muñecos, en especial las Barbies.

Hay por ahí una biografía mía que dice que me gustan mucho las antigüedades, que colecciono arte, y, si fuera millonaria, no te digo que no, pero no es cierto. Lo que sí me gusta mucho es ir de mercadillos y comprar juguetes antiguos. Sobre todo ositos de peluche a los que se les ha borrado la sonrisa y necesitan mi ayuda.

Para su próxima película, 300: Battle of Artemisa, además de mala, será peleona.

¡Otra mujer de armas tomar! Llevo dos semanas de entrenamientos y en un par de días me despido de mi dieta. No quiero parecer un chicote, pero voy a aumentar mi musculatura para ser creíble como una guerrera al frente de la Armada persa.

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