El lavado de cara de Snooki

La prueba definitiva de que Snooki, americana de adopción y chilena de nacimiento, es ya un icono pop tan válido como cualquier otro es su posado al natural para la revista V del mes de junio. Ya se sabe, las gurús del telebotellón se pasan a limpio para ganar credibilidad mientras las maestras indies hacen el ejercicio contrario para desprenderse excepcionalmente de la pátina "cultureta".

Nicole Polizzi no es fan de Girls: a ella lo que le gustan son las comedias románticas (aunque coincide con la disidencia moderna en su amor por Brittany Murphy o películas como Fuera de Onda). Para verlas, preferiblemente, apoltronada en el sofá del apartamento que comparte con su novio Jionni, futuro marido y padre de su primer hijo/a, calzando unas pantuflas de peluche de su propia marca mientras ahuyenta a las hordas de haters que la azuzan desde las redes sociales -en Twitter cuenta con 4 millones de followers– con la punta de sus uñas policromadas.

Vaya, que si el chico ya lo tiene -y eso que como se ha visto en la temporada de Jersey Shore que actualmente emite MTV, han estado permanentemente a la gresca – ahora solamente le hace falta aguantar feliz hasta el final. 

De momento, a su embarazo -confirmado recientemente tras mucho especularse– y relación estable, se le suma el estreno de Snooki & JWoww previsto para el 21 de junio. Justamente en el primer capítulo de este spin-off de la serie que ha hecho de ella una antiestrella podremos ver cómo Snooks se somete a su primera ecografía mientras suelta "honestamente, nunca pensé que sería capaz de gestar un hijo. El mero hecho de saber que puedo reproducirme, me espanta". Existencialismo puro.

La rutina que le espera con su compañera de postizos, vomitonas y leopardos promete ser bastante más tranquila que la continua jarana en la que viven inmersas cuando veranean en la casa de la playa.

Y es que Snooki, cuyo moreno de bote utilizó como ejemplo el mismísimo presidente de los Estados Unidos en pleno debate sobre los impuestos que gravan las máquinas de UVA, mientras ella se tuiteaba con la oposición, es un minimujer de negocios que además de zapatones de estar por casa comercializa bisutería, gafas, perfumes, bolsos, próximamente ropa de niños y, cómo no, autobroceadores. A todo esto "su segundo libro" sale a la venta el 15 de mayo.

La columnista de moda del New York Times, Cathy Horyn, ha llegado a compararla con Elizabeth Taylor. Por su estatura, sus curvas, su amor por los joyas y su paso por la vida como un ciclón. El parangón puede sonar a animalada pero no es ninguna tontería. Ambas son tan excesivas como épicas por distintas virtudes pero parecidos vicios, así que ándate con ojo Lindsey Lohan, que lo mismo te quedas sin biopic de Liz.