Daisy Ridley: «Las mujeres somos decisivas en ‘El despertar de la fuerza'»
Viajamos a Londres para entrevistar a la protagonista de la nueva entrega de la Guerra de las Galaxias. No le arrancamos ningún ‘spoiler’, pero sí algún titular
Varios protagonistas inexpertos, reparto intergeneracional, una aventura con tintes mitológicos, referencias al imperio nazi y elementos como el casco roto de Darth Vader o los cazas estelares; si el respeto al pasado es un punto a favor, El despertar de la Fuerza (estreno el 18 de diciembre) lleva las de ganar: rebosa de guiños a la primera trilogía. Pero también de incógnitas. Antes de entrevistar a Daisy Ridley, uno de los personajes principales de La Guerra de las Galaxias VII, firmamos un documento de confidencialidad. ¿Cómo se las apañan los actores?, ¿se obligan a predicar la discreción cada mañana? «Estoy curtida: el casting fue hace dos años; llevo mucho tiempo siendo cauta. Lo único en lo que pienso cada día es en lo excitante que es todo… Imaginar a los fans en el cine descubriendo la película es emocionante», responde Ridley.
La londinense de 23 años ha aparecido en varias series de televisión (Mr. Selfridge, Younger) y en algún corto (Blue Season). Poco más. La actriz, formada en la escuela de artes escénicas Tring Park (de donde también salió Lily James), recuerda a Keira Knightley; sobre todo, cuando sonríe: pómulos protuberantes, ojos discretos y labios finos. «No sé cuántas veces me lo habrán repetido hoy; es un piropazo», comenta en una suite del hotel Corinthia (Londres). Es la estrategia del desconocido, un rostro nuevo que poder rellenar de simbolismo cinematográfico.
Flirtea con el anonimato: tras otorgarle el papel de Rey, una misteriosa exploradora, desapareció de sus perfiles online el vídeo-resumen con su currículo como actriz. ¿Una estrategia de la productora y del director J. J. Abrams? Ni concede ni lo desmiente. «Me siento orgullosa de mi pasado, me ha conducido adonde estoy. Pero hemos preferido que el espectador no tenga ideas preconcebidas. Es emocionante saber que me descubrirán en La Guerra de las Galaxias. Soy una privilegiada».
¿Seguro? ¿No teme que el filme eclipse el resto de su carrera?
No, es un estereotipo. Carrie Fisher, por ejemplo, siguió trabajando después: ha escrito libros y guiones.
El traje de esclava de la princesa Leia en El Retorno del Jedi se criticó por sexista. Esta entrega no está libre de polémica: la revista Wired ha criticado la poca preponderancia de las mujeres; que, según dicen, gravitan en torno a los hombres.
La representación femenina es moderna. Somos decisivas para la trama y encarnamos a luchadoras independientes. Además, Disney [la productora] ha incluido un sinfín de merchandising de chica.
Rey está en forma, corre, salta y carga con armas que parecen bastante pesadas. ¿Fue duro el entrenamiento?
Para la saga, hacía deporte durante cinco horas al día: trepar, levantar pesas… Me he enganchado y ahora tengo un entrenador personal. También tuve que cambiar la dieta e hincharme a proteínas.
Botas, pantalones cortos, una camiseta fular… Rey no se permite muchos lujos.
La mayoría en Occidente vestimos vaqueros y camiseta. Mi traje es funcional, cómodo, ideal para correr por el desierto y para que el público se identifique conmigo. Me gusta la poca ornamentación, es idea de J. J.; está obsesionado con el realismo.
Es decir, la premisa vuelve a ser una galaxia donde se nota el paso del tiempo, tipo Blade Runner.
Así es, con sus espadas láser, su Halcón Milenario…
¿No tuvo ganas de robar algo del set?
Tenía tanto miedo de romper algo que ni lo pensé.
El vestuario sirve para recrear el relato. Pero en el caso de la Trilogía, termina influyendo en la pasarela: la capa de Mark Hamill, los moños de Leia…
Es un círculo vicioso, la moda y el cine se retroalimentan, vamos a sentar cátedra en moda. A mí ya me ha influido la estética del filme.
¿En qué sentido?
Tengo más criterio, sabría decir cuándo algo funciona y cuándo no.
Será la Fuerza. ¿Cree en un ente superior?
No soy religiosa, pero sí espiritual. Las cosas tienen un alma y un destino. A veces ocurren cosas y tengo la sensación de que estaba escrito.
El reparto es una radiografía de la historia del cine: Ford tiene 50 años más que usted, ¿pudo arrastrarle a salir de fiesta?
Nos divertíamos tanto haciendo payasadas durante el rodaje que por la noche yo solo quería dormir. Lo sé, soy una aburrida. Temo a los extras del DVD, nos pasábamos la vida bailando y haciendo apuestas. Me apasiona cantar y una mañana me retaron a no hacerlo durante 24 horas. Perdí.
De Abrams dicen que es más colaborativo que George Lucas y que prefiere rodar con técnicas tradicionales, en celuloide y no digital, con muros y un set.
J. J. escucha e implica al equipo. A pesar del presupuesto y de las dimensiones, se las apañó para convertirnos en una familia. Te hace sentir valorado y respetado.
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