Brie Larson, la penúltima actriz feminista que ha dado Hollywood
Para la actriz, el cine es una forma de activismo. Su Capitana Marvel rompe estereotipos. ¿Lo próximo? Encarnar a Victoria Woodhull, la primera candidata a presidenta de EE.UU.
Superheroína contra los estereotipos
Las películas también pueden lograr un cambio social. “Es la razón por la que hago películas. Es importante encontrar una historia con mensaje para que tenga impacto en el público”. Así lo cree Brie Larson (California, 1989), que estrena Capitana Marvel, la primera cinta de la compañía basada por completo en una protagonista femenina. “Necesitamos otro tipo de héroes y quiero ser más activa, participar en el cambio porque los estereotipos que vemos en cine no existen en la calle. Somos más complicados”, ha explicado una de las actrices más comprometidas con el movimiento #MeToo, haciendo visible su apoyo a las víctimas de abusos sexuales desde que ganara el Oscar por La habitación en 2016.
Desde Marvel buscaban a una actriz que, más allá de su destreza física, transmitiera la necesidad del personaje de descubrir quién es realmente, porque Carol Danvers se rebela contra ciertas convenciones opresivas (patriarcales) con el fin de averiguar en qué tipo de superheroína se puede convertir. En palabras de Larson, «explicar lo que significa la fuerza, los complejos que genera ser mujer y nuestra representación. Es sorprendente que en mi primera película de estas dimensiones pueda tener ese tipo de conversación. Aunque he esperado y he sido selectiva a la hora de elegir mis trabajos».
Crecer en un matriarcado
En efecto, la carrera de Brie Larson ya apuntaba maneras desde edad temprana. Su madre, una señora –según ella– estricta, que la educó en casa junto a su hermana tras divorciarse de su marido, decidió apuntarla a los seis años al American Conservatory Theater de San Francisco, convirtiendo a Larson en la estudiante más joven en ingresar en esta escuela de interpretación. Fueron años en los que llegaban de mala manera a fin de mes, comiendo sopa de sobre y con lo que llevaban puesto. Aquella niña que nunca fue rebelde y que prefería quedarse en casa dibujando que salir con los amigos, debutó con nueve años en el late night de Jay Leno, con sketches en los que maltrataba a varios muñecos y (atención al dato) arrancaba la cabeza a algunas Barbies. La parodia gustó y repitió, algo que aceleró su cambio de nombre, del impronunciable Brianne Sidonie Desaulniers al más pegadizo Brie Larson, usando el apellido de su bisabuela sueca.
A partir de entonces, Larson intervino en series y filmes de todo tipo. Destaca Todo sobre ruedas (2003), una de las películas más vistas del canal Disney, basada en hechos reales, sobre dos hermanas dispuestas a triunfar en una competición de carreras de coches, disciplina dominada por hombres. Probó también en el mundo de la canción y lanzó, con sólo 13 años, un disco de pop, Finally Out of P.E., con el todopoderoso productor Tommy Mottola. Sólo vendió 3.500 copias, pero le dio la oportunidad de viajar por medio mundo con el ídolo de jovencitas Jesse McCartney.
Actriz, cantante y, además, directora
En 2009, con 20 años, su rostro se hace popular entre los seriéfilos gracias a United States of Tara (2009-2010), serie creada por Diablo Cody, que ya había echado el ojo a Brie Larson dos años antes para protagonizar Juno, aunque eligió finalmente a Ellen Page. En esta comedia, la actriz da rienda a esa rebeldía de la que no disfrutó de niña, interpretando a la hija desobediente y cínica de la protagonista, Toni Collette, una señora con cuádruple personalidad.
Con su pasado de artista todoterreno –también pinchó como DJ en bares para sacarse algún dinero extra–, clavó a la rockera Envy Adams en Scott Pilgrim contra el mundo (2010) y se atrevió a un nuevo reto: la dirección. No le fue mal: con el corto El brazo ganó en 2012 el premio especial del jurado en Sundance. Un año después estrenó Weighting y comenzó su noviazgo con el ex cantante de Phantom Planet, Alex Greenwald, con el que se comprometió tras ganar el Oscar en 2016 por La habitación, aunque nunca llegaron a casarse. En 2017, dirigió y protagonizó su primer largo, Unicorn Store, con Samuel L. Jackson, con el que había coincidido ese mismo año en Kong: la Isla Calavera, en la que se vio obligada a ponerse en forma para encarnar a una intrépida fotógrafa.
Abuso sexual: tolerancia cero
Ante millones de espectadores, Brie Larson ha visto su imagen viralizada especialmente con dos ‘momentazos’ en los Oscar. El mismo año en que se llevó la estatuilla por La habitación, la actriz no dudó en abrazar a cada una de las víctimas de abuso sexual que subieron al escenario cuando Lady Gaga cantó ese himno a la supervivencia que es Til it Happens to you.
Pero, cosas del destino, después de haber ganado el Oscar interpretando a una superviviente de violación, fue la encargada de entregar la estatuilla a mejor actor del año siguiente a Cassey Affleck, que acababa de ser acusado de acoso sexual. El momento se hizo viral, pues la actriz se negó a aplaudir al ganador por Manchester by the Sea. “Lo que hice sobre el escenario habla por sí mismo”, resumió la actriz.
La moda, a su manera
Sobre la alfombra, Brie Larson también se ha mostrado combativa. En la gala del MET de 2014, la actriz participó en la creación de su propio vestido de Prada, inspirándose en todo un icono: Juana de Arco. “Demasiadas veces me he puesto un vestido y unos tacones intentando ser la persona que querían que fuera, y eso me hería. Se hacen fotos en esos eventos, y solo sirven para que las mujeres se comparen a sí mismas y se depriman. Así que mi vestido en la gala tiene que ser una representación de mí misma. No quiero ir como la idea que tiene alguien de mí, eso sería mentir”.
En 2017, en una entrevista para S Moda, la actriz confesaba que, aunque la moda no era lo suyo, se había comenzado a interesar por el oficio: “Soy una persona de vaqueros y camiseta que ni sé lo que me sienta bien ni lo intento. Lo que me importa es la comodidad. Pero el contacto con firmas como Valentino me ha hecho tener otra apreciación. Acabo de estar en París visitando su atelier y viendo cómo daban cada una de las puntadas a mano, es un trabajo en el que han podido invertir tres meses. Esa experiencia me ha proporcionado una visión nueva de ese mundo“.
Por una crítica de cine más inclusiva
La actriz tiene varios frentes abiertos, especialmente, en su cuenta de Instagram con más de dos millones de seguidores. Le llovieron las críticas por una foto de 2004 tocando un delfín en cautiverio, pero su momento más crítico fue cuando tildó de racistas y sexistas, “hombres blancos heterosexuales”, a los que habían sido críticos con Capitana Marvel. Pero, además, Brie Larson abrió un debate sobre la profesión, sacando a la luz la brecha de género y raza que existe entre los críticos de cine y que argumentó basándose en un estudio de la Universidad del Sur de California.
En febrero reivindicó la falta de mujeres en las ruedas de prensa. “Hace un año empecé a prestar atención a los encuentros con la prensa y a las críticas de las películas y observé que una mayoría abrumadora eran hombres blancos”. De ahí que la actriz tomara una decisión tajante: “Decidí que mis ruedas de prensa fueran más inclusivas”.
Primera candidata a la presidencia
Su próximo proyecto, aún sin nombre, retratará a otra heroína, esta vez sin capa. Brie Larson producirá y protagonizará el biopic de Amazon Studios sobre Victoria Woodhull (1838-1927), la primera candidata a ser presidenta de EE.UU. en 1872. Inconformista y revolucionaria, esta sufragista promovió la reforma social, que no daría sus frutos hasta 1920 con el derecho femenino al voto.
Entre los logros de Victoria Woodhull, una mujer ambiciosa que creció con un padre estafador, están el de ser la primera mujer agente de bolsa en Wall Street y una de las pioneras al fundar y editar un periódico. En la campaña presidencial le acompañó otro defensor de la igualdad de derechos, el abolicionista Frederick Douglass. No logró su objetivo de ganar la presidencia, pero no cejó en su empeño, algo que entronca con la propia filosofía de vida de Larson: “Lo arriesgué todo y seré activista hasta que me muera, porque no me parece bien estar callada”.
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