Adriana Lima, el ‘ángel’ más devoto

Pongámonos en situación. Adriana Lima (1981, Salvador de Bahía) es, según esa biblia de la moda que es models.com, la modelo más sexy del mundo, la cuarta maniquí mejor pagada del globo  y una de las pocas que puede entrar en su lista de 'Supers'. Un rincón VIP únicamente reservado para otras tops de la talla de Kate Moss, Christy Turlington, Claudia Schiffer, Gisele Bundchen, Heidi Klum, Linda Evangelista, Kate Moss o Naomi Campbell.

Si la brasileña, conocida como La Reina de los ángeles de Victoria's Secret, puede entrar en esa lista privada de nueve tops irrepetibles es porque sabe cómo montar un buen show. Lleva colgándose las alas de la firma lencera desde 1999, lo que implica arrastrar en su recámara personal todos los tics vistos y consabidos de los 'ángeles' en su fastuoso show anual. Veáse: guiño de ojo, sonrisa pícara, guiño de ojo y sonrisa pícara mientras se alzan los dedos con el símbolo de victoria o boca entreabierta y caídita de ojos al mirar al objetivo mientras se alzan los hombros y se adopta una postura entre aniñada y recatada. Gajes del oficio de una bomba sexual que se come la cámara.

Ayer lo demostró al pisar por primera vez una pasarela española, en el desfile de Desigual en la 080 Barcelona Fashion. Allí hizo acopio de todos sus recursos y hasta se marcó una samba en pleno show para delirio de los asistentes. Poco antes lo provocó en el photocall que la firma catalana había convocado para la prensa. Como buena profesional y experta en el showbiz, la brasileña derrochó simpatía, educación y sonrisas. Habló en español para todos, explicó lo mucho que le gusta España y el flamenco ("adoro a Estrella Morente", dijo) y solo le faltó un olé para bordar un posado de diva a lo Dolce Vita.

La ‘top’ brasileña, durante una de las tres salidas que realizó en el desfile de la firma catalana.

080 Barcelona Fashion

Después, en un encuentro exprés y personalizado con los medios, la top desvela a esta revista su posible futuro en la gran pantalla y por qué sus valores y creencias (es católica practicante) le han llevado a mantener su buena reputación en el oficio. La top ha defendido en incontables ocasiones su ferviente fe y no ha escondido que acude a misa cada domingo. Afirmaciones que le han valido ser mundialmente conocida como el 'ángel' más devoto en la congregación de Victoria's Secret.

En 2006, cuando Lima contaba con 25 años, explicó en una entrevista a la revista GQ que el sexo es solo "para después del matrimonio" y que el aborto es "un crimen". Ayer, siete años después, casada "felizmente" con el jugador de baloncesto serbio Marko Jarić y tras dar a luz a dos hijas, negó haber hecho estas declaraciones. "Yo nunca hablé sobre el aborto, yo nunca dije eso", repite hasta en tres ocasiones y con el semblante serio. Lo que sí defiende es su voluntad de "preservar sus ideales" para convertirse "en un buen ejemplo para mis dos hijas, mis fans y toda la gente que me apoya".  

Un buen ejemplo que podría mirar hacia el celuloide. Tras participar en el corto The Follow junto a Clive Owen y bajo las órdenes de Wong Kar Wai, hacer un cameo en Ugly Betty o rodar junto a Bob Dylan, Lima no le hace ascos al cine. "Me encantaría ser actriz, protagonizar un drama épico como La edad de la inocencia. He tenido un par de llamadas para rodar películas pero, hasta ahora, por mis hijas u otros compromisos laborales, no he podido continuar con mi sueño".

Quizá sus aspiraciones fílmicas le hayan alejado de conocer los titulares que ofrece su gremio. Preguntada sobre la polémica que levantó la semana pasada el veto en el desfile de Dior de Jourdan Dunn ("¿Jourdan, quién", pregunta asombrada) y la posible falta de diversidad en las  pasarelas, Lima contesta: "No creo que se imponga un modelo único de mujer, hay oportunidades para todas. La industria te puede dar un sí o un no. Yo recibí muchos 'no' en mi vida y nunca me di por vencida". Un balance positivo para una joven de origen humilde que fue descubierta mientras acompañaba a una amiga a un concurso de belleza… y acabó ganando 5,7 millones de euros en 2012.

En su portada para la edición española de la revista V en 2010 y fotografiada por Mario Sorrenti.