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España, retales de futuro

Esquinazo a las noticias desalentadoras sobre el consumo. Parece que nuestro país sí interesa a los inversores de moda del sector del lujo y de pronto moda.

Loewe
D.R.

Las páginas en la sección de Economía de los diarios hablan de crisis, colapso de la Bolsa y del PIB, desplome del consumo, despidos, cierres y concursos de acreedores. Sin embargo, y por sorprendente que pueda parecer, España sigue siendo (muy) atractiva para los inversores del mundo de la moda. Y no solo en el sector del lujo (que en 2012 apostó por el mercado español con aperturas de nuevas firmas en Barcelona y Madrid). También las empresas de pronto moda made in Spain están creciendo en el extranjero; y para afianzar sus planes de expansión deben primero reforzar su estructura central. «Eso es lo que están haciendo Inditex –con la ampliación de sus instalaciones en la plataforma logística de Zaragoza–; Mango –que ha puesto en marcha un importante proyecto de desarrollo–; o Desigual –que ha empezado a construir una nueva plataforma en Gavà–», explica Pilar Riaño, directora de Modaes.es, portal líder en información económica del negocio de la moda en España.

El tamaño del mercado es muy atractivo. «A pesar de la situación económica, nuestro país es uno de los cinco mayores mercados de consumo de moda de la Unión Europea, solo por detrás de Francia, Italia, Reino Unido y Alemania», según Cristina Martín, presidenta ejecutiva de la asociación Luxury Spain. «No se sabe si es Zara la que ha provocado este cambio de actitud o ha sido al revés e Inditex ha aprovechado el tirón, pero lo cierto es que los españoles quieren renovar su armario», dice Riaño. Sin olvidar otro valor que genera confianza entre las cadenas de distribución que necesitan un gran volumen, como H&M –que esta primavera abre en Barcelona la primera tienda de su nueva marca & Other Stories–,: a diferencia de otros países del norte de Europa, España tiene suficientes ciudades grandes para permitir poner en marcha un plan de expansión importante.

Bienvenido Mister Marshall. Si alguien tenía alguna duda, el turismo es el auténtico salvavidas de la crisis, sobre todo para los grupos de lujo. Solo de enero a junio de 2012 Barcelona recibió 60.000 visitantes más que en el primer semestre de 2011; y el pago con tarjeta de crédito se disparó un 27% hasta los 1.075 millones de euros. Allí, según datos de Turisme de Barcelona, los extranjeros que más gastaron fueron los provenientes de nuevas potencias económicas como Rusia, Brasil, China o Singapur. Quizá por eso hoy la Ciudad Condal concentra el mayor número de aperturas de tiendas internacionales en España. «Si antes el lujo apostaba por Madrid, hoy el auge del turismo está cambiando esa tendencia y el sector se está desplazando hacia Barcelona», señala Riaño. Basta con dar una vuelta por Paseo de Gracia. El goteo es continuo. En los últimos dos años, esta arteria comercial se ha convertido en objetivo prioritario de las grandes firmas. El precio de los alquileres no ha bajado; e incluso ha habido un pequeño repunte en las rentas. Pero sí se han relajado las condiciones. De ahí las pugnas por conseguir el mejor local. Bottega Veneta, Miu Miu, Stella McCartney… La clave es aprovechar la crisis para posicionarse con fuerza en España. «Invertir en 2013 para despegar en 2014», señala Carlos Falcó, presidente ejecutivo del Círculo Fortuny.

Reconstruyendo la industria. Se oyen voces de esperanza que anuncian una posible vuelta a la producción made in Spain. Pero el caso de Loewe es excepcional. La marca de lujo ha duplicado la superficie de su fábrica en Getafe (de 6.900 a 15.000 metros cuadrados) para convertir esta planta madrileña en su centro mundial de investigación. «El objetivo es», en palabras de Lisa Montague, consejera delegada de Loewe, «preservar el saber hacer artesanal español». El centro de diseño de muchas empresas, como Inditex, está en España; pero producen fuera, en países como Turquía o Marruecos. Los talleres que mantienen activa su producción en nuestro país son pequeños y no tienen capacidad para responder a un gran grupo. En cualquier caso, es una buena noticia que siga habiendo actividad. «Si antes lo importante era que hubiera mano de obra, hoy lo es que haya centros de decisión y de diseño, ya que es la parte con mayor valor añadido dentro de la cadena textil», defiende Riaño. El último ejemplo: Swarovski. El grupo austriaco ha decidido establecer su sede europea de todas sus divisiones en Barcelona.

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