El retorno de las ‘chicas malas’
Abajo los tonos pastel y la dulzura. El ‘show business’ se rinde ante las mujeres deslenguadas y alejadas de los estereotipos de mujer devota y perfecta.
Qué lejos han quedado los días en los que Amélie Poulain se desvivía por solucionar las vidas de sus vecinos y las manic pixie dream girls pululaban por las comedias románticas volcadas en la autorealización masculina de sus parejas. Ah, cómo hemos cambiado.
Si en los últimos años hemos aplaudido la introducción de perfiles femeninos tridimensionales y complejos en las series (Girls, The Good Wife, Nurse Jackie, Don't trust the B**** in Appartment 23, Homeland o 30 Rock –cuánto te vamos a echar de menos, Liz Lemon–), 2013 tiene todos los números para convertirse en el año en el que el 'showbiz' abrazó con ahínco y celebró el bitchismo femenino: mujeres deslenguadas, dispuestas a quejarse, a ser criticonas y a odiar a sus seres queridos sin razón aparente. Mujeres reales que no buscan la perfección, agradar a todo su entorno, lucir una manicura perfecta o conocer los entresijos de la receta de pollo Kiev que Betty Draper guisó para sus invitados antes de rebelarse contra el mundo y engullir media nevera. Ya se lo advirtió Tavi Gevinson a Jimmy Fallon: saber poner una bitchface es todo un arte que muy pocos pueden desarrollar.
Observen si no a Charlize Theron en Young Adult (2011), la treinteañera venida a menos capaz de insultar a todos sus ex compañeros de instituto para llenar el vacío de su soledad triunfadora. O al trío de damas de honor capaces de (casi) arruinar una boda y poner a parir a la novia en Bachelorette (Despedida de soltera, 2012), por mucho que en el fondo adoren a la futura esposa. Una película capaz de retorcer los entresijos de la 'sisterhood' problemática que perfiló Bridesmaids (La boda de mi mejor amiga, 2011) y que, junto a la película de Diablo Cody, nos anticipaba que el bitchismo iba a llegar para quedarse en las pantallas. O volver con fuerza.
El clásico del cine adolescente, ‘Chicas Malas’, pasará a convertirse en una obra de teatro de Broadway.
Everett
Ahora que Tina Fey ha dejado (semi)huérfana a la sitcom televisiva con el fin de 30 Rock, la actriz y guionista ha aliviado a sus fans al anunciar que va a comenzar a desarrollar la adaptación versión musical para Broadway de Mean Girls (Chicas Malas, 2004), quizá uno de los mejores ejemplos para desgranar de qué pie cojea la 'maldad' juvenil. Porque, seamos sinceros, aunque Fey ha especificado que Mariah Carey podría ser la nueva Amy Poehler, ¿quién asumirá el papelón de superar a la entrañable Regina George?
Otra que también vuelve, versión televisiva, va a ser la profesora trepa y sin escrúpulos de Bad Teacher, aunque esta vez, sin Cameron Díaz. La cadena estadounidense CBS está desarrollando el proyecto, cuyo guión correrá a cargo de Hillary Winston (Me llamo Earl).
Pero no sólo de divas deslenguadas del pasado va a vivir 2013. La televisión y el cine prometen una nueva hornada de iconos alejados del perfil quirky de Zooey Deschanel. Mientras en Sundance ha triunfado Sunrise Delight (la problemática madurez de una mujer de Los Angeles aparentemente feliz que decide contratar a una stripper como canguro de su hija para tratar de avivar su vida sexual matrimonial); las nuevas series también aportan perfiles femeninos poco edulcorados.
La nueva reina de la comedia y recién estrenada como empresaria de la moda, Rebel Wilson, será la guionista y protagonista de Super Fun Night, una serie del canal ABC sobre tres chicas fuera de lo común que deciden organizar unos viernes noche memorables. Y para reírse de las 'mujeres trofeo' llega Malin Akerman, que protagonizará Trophy Wife una comedia satírica en la que pasará de ser una party girl a tener que afrontar la familia (tres hijos manipuladores y varias ex reticentes) de su nueva pareja.
‘Sunrise delight’, la ganadora de la última edición de Sundance, muestra la historia de una esposa aburrida de su vida sexual que contrata a una stripper como niñera.
Everett
Para agilizar la espera, podemos seguir adorando a las 'bitches' televisivas que nos alegran el día. La siempre elocuente vampira Pam (Kristin Bauer) de True Blood o la sarcástica Max (Kat Dennings) de 2 Broke Girls (Dos chicas sin blanca). De ésta última se declara fan Leticia García, coautora de Prodigiosos Mirmidones (Capitán Swing), una de las responsables del blog de estilo Los Fashiónpedists y firme defensora del antimalenismo (o cómo odiar a Zooey Deschanel y "los falsos mensajes de optimismo sobre fondo rosa que pueblan las redes sociales"). "Para mí en realidad el problema no son los cupcakes, ni los amigurumis ni los mensajes optimistas, el problema es lo que a veces se puede vislumbrar detrás. Es como si hubiera que esforzarse por tener una sonrisa permanente, ser dulce las 24 horas y trabajar para que todo lo que te rodea y lo que produces sea "bonito". Me recuerda a las amantes esposas perfectas de las ilustraciones americanas de los '50: siempre perfectas y dulces, siempre optimistas, siempre haciendo cosas bonitas", defiende.
Quizá, entre tanta etiqueta femenina de mujer egocéntrica y malvada o de überdulce y perfecta, el término medio sea la mejor solución, tal y como apunta García. "No es que haya que ser una chunga insoportable, pero creo que al final, con ésta y otras modas, siempre acaban aflorando arquetipos de súpermujer que no son nada beneficiosos. Por eso me encanta el personaje de Max de 2 broke girls, porque hace cupcakes, pero también mete la pata continuamente, está harta de todo lo que le rodea y critica a quien haga falta. Ni la arpía ni la mujer naïf; a todos nos gusta lo bonito, pero sin forzar, que también tenemos derecho a estar cansadas, a tener ataques de ira, a agobiarnos y a no querer tejer ni hacer pasteles".
Rebel Wilson, la nueva (anti)heroína de la comedia, escribe y protagonizará la serie de tres chicas fuera de lo común en ‘Super Fun Night’.
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Malin Akerman, pasará de ex ‘party girl’ a tener que lidiar con la familia de su nuevo novio en la comedia satírica ‘Trophy Wife’
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