El negocio de las comuniones
El sector de primera comunión y ceremonia es uno de los más estables de la industria. Un valor seguro que atrae a diseñadores y ajusta la tradición a las tendencias.
El sacramento es lo esencial. La Iglesia aconseja a los padres de los niños que reciben la comunión que estos festejos se vivan con “dignidad y sencillez”. Preocupa la ostentación que surge en torno a esta celebración y que desvirtúa su sentido», recuerda a S Moda Juan Luis Martín Barrios, director del secretariado de la Subcomisión Episcopal de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española.
Sin embargo, según cálculos de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI), en España esta ceremonia mueve hoy un negocio que supera los 675 millones de euros al año. Y aunque el banquete sigue siendo el principal gasto (supone la mitad de la factura total), la moda infantil también hace caja. «El precio de un traje de niña va de unos 200 euros a más de 1.000», apunta Alicia Gimeno, directora del certamen Día Mágico by FIMI (salón que del 16 al 18 de mayo reunió en Madrid a los profesionales del sector).
«Las niñas acuden a la tienda de una a dos veces para probarse el traje y realizar modificaciones. Algunos tejidos son iguales a los de novias», dice Rosa Clará. En la foto, vestido Silvia de su colección First.
D.R.
«La llegada de diseñadores como Hannibal Laguna o Victorio & Lucchino ha aportado glamour… y ha encarecido los precios», señala Gimeno. «Es un modelo de negocio que funciona», advierte Juan Duyos, quien acaba de lanzar su primera línea de comunión con Mercedes Pina, de Mi pequeño Lucas. «Es un sector estable», coincide Paola Dominguín (quien también debuta este año con una colección para Grupo Carmy). «Casi todos los niños comulgan», calcula Duyos en voz alta [según cifras de la Conferencia Episcopal, en 2012 en España celebraron la eucaristía 245.427 niños].
Madrid, Sevilla y Valencia encabezan el ranking de ciudades en las que El Corte Inglés vende más diseños de ceremonia. «Ya sabemos que a la gente le gusta aparentar y, aunque el vestido debería de ser lo de menos, algunas familias hacen sacrificios», cree Dominguín. Ni padres ni abuelos escatiman. «Este año incluimos un diseño de organza de seda bordado a mano, que llega a los 850 euros, para testar cómo funciona», dice Alejandra Sánchez-Ramade, de Bonnet à Pompon.
Salón Día Mágico by FIMI. En solo 72 horas algunas empresas facturan el 90% de sus ventas anuales. A pesar de ser un certamen joven (con solo dos ediciones) atrae a compradores de Italia, Portugal, México y República Dominicana.
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Últimas tendencias. «Antes no había tanta elección. Era monja u organdí. Yo elegí monja porque pasaba de parafernalias, vuelos y frufrú. Mis trajes tampoco son ostentosos», asegura Dominguín. «Hay un gran avance en cuanto a tendencias», cuenta Gimeno. «Además de modelos clásicos, se están haciendo trajes inspirados en los años 20 e incrustaciones de pedrería, que antes se reservaban a la moda nupcial», añade. «Sinceramente, yo no pienso en la Iglesia a la hora de diseñar», confiesa Duyos. «Pienso en la ilusión de la niña que por primera vez se pone un lookazo».
«Son como trajes de novia», dice Rosa Clará, quien lanzó su colección First el año pasado. «Es una forma de diversificar el negocio», confirma Manuel Cano, director de la empresa catalana. De hecho, la línea se vende ya en España, Francia, Portugal, México, Costa Rica, Miami, Colombia, Ecuador e incluso Catar (donde el islam es la religión predominante). «España es el primer gran productor de confección de primera comunión y ceremonia. Exporta, por ejemplo, a países musulmanes. Allí evidentemente no se celebra la eucaristía. Sin embargo, los vestidos se readaptan para fiestas», apunta Gimeno.
Modelo de la colección Gala Marina de Comunión 2014 de El Corte Inglés.
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