Comercio matiza la prohibición de las rebajas: se podrán hacer descuentos siempre que se controle el aforo
Tras el malestar manifestado por las firmas textiles por la medida publicada en el BOE, que prohibía las promociones en tiendas físicas, el Ministerio de Comercio interpreta que se podrán hacer siempre y cuando se eviten aglomeraciones.
Volver a atraer clientes en plena crisis del coronavirus es una de las principales preocupaciones de las marcas de moda. Basta echar un ojo en sus tiendas online para apreciar los suculentos descuentos que muchas de ellas han activado con el propósito de incentivar la compra y, de paso, deshacerse del stock que estas semanas no han podido despachar. Mango, El Corte Inglés o Bimba y Lola son algunas de las grandes cadenas que venden con rebaja estos días, aunque el modelo tiene su réplica también en pequeñas marcas españolas independientes como Malababa, que ha puesto todo su catálogo al 20%, o la firma de bolsos Möhel, que hace un 15% en su nueva colección. Sin embargo, los carteles de descuento podrían no colgar este año en los establecimientos físicos que ya han abierto sus puertas con cita previa o aforo reducido, según la provincia.
Así lo estipula la orden ministerial de Sanidad publicada el pasado sábado por el Boletín Oficial del Estado (BOE), según la cual «los establecimientos no podrán anunciar ni llevar a cabo acciones comerciales que puedan dar lugar a aglomeraciones de público, tanto dentro del establecimiento comercial como en sus inmediaciones». Y prosigue: «Esta restricción no afectará a las ventas en rebaja ni tampoco a ventas en oferta o promoción que se realicen a través de la página web». Ante la polémica que ha suscitado la medida y el malestar manifestado por los comerciantes, el Ministerio de Comercio ha remitido una comunicación a la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), así como a los mayores grupos de distribución de moda de España, matizando lo publicado en el BOE. «Sí es posible llevar a cabo rebajas y promociones en los establecimientos físicos siempre que estos estén en condiciones de adoptar todas las medidas que sean necesarias con el fin de evitar que se produzcan aglomeraciones a consecuencia de dichas rebajas o promociones».
La medida de suspender los descuentos no fue bien recibida por marcas y comerciantes, ante la necesidad de atraer consumidores y generar liquidez en un momento en el que se antoja complicado que la gente quiera comprar a full price –es decir, sin descuento– prendas que llevan meses en las perchas. Si bien es cierto que la asociación de autónomos UPTA reclamó a finales de abril la prohibición de rebajas para esta temporada de verano asegurando que «las ventas promocionales destruirían el 40% del pequeño comercio», desde la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) afirman que lo ideal sería que el Gobierno permitiera a cada establecimiento tomar la decisión que mejor le convenga. Más aún cuando los descuentos pueden seguir activos en la web.
«Me parece un agravio comparativo que se puedan hacer descuentos online, pero no en las tiendas físicas. Esto provoca que el comercio tradicional se vea aún más afectado», explica a S Moda Eduardo Zamácola, presidente de Acotex. Muestra, además, su descontento con una medida que, dice, no se ha comunicado previamente al sector. «Hemos pedido una aclaración al ministerio y de una manera oficiosa han dado a entender que se podrán hacer promociones, pero que hay que tener cuidado para que no se generen aglomeraciones. Estamos hablando con ellos para que aclaren bien la medida y si es así se haga público de forma oficial», añade. Según cuenta, entre sus asociados existen dos corrientes: los que abogan por alargar la temporada de verano –aprovechando el buen tiempo de nuestro país– retrasando así el inicio de las rebajas y aquellos que quieren quitarse rápido el stock y hacer caja. «Nosotros entendemos las dos partes, y por eso pedimos al Gobierno que deje hacer».
Por otro lado, son muchas las marcas que ya tienen activo el servicio de recogida en el establecimiento físico de aquellas compras que se realizan online, por lo que esto podría favorecer que se hicieran pedidos electrónicos aprovechando los descuentos que, al ser recogidos en tienda, pudieran causar también una alta afluencia de público. «En Mango, por ejemplo, aún no tenemos activo el servicio de recogida física. Lo que sí podemos afirmar es que las últimas semanas hemos notado un aumento de la compra online en general, y de artículos rebajados en particular», cuentan a esta revista fuentes de la marca.
A tenor de las imágenes de colas y aglomeraciones que se registraron a las puertas de muchos locales de Zara en Francia, los comerciantes defienden que lo importante es que se exija el cumplimiento de la distancia mínima de seguridad, sin entrar en la prohibición o no de las rebajas. «No se entiende la medida. ¿Cómo pretenden que después de tanto tiempo cerrados, con la temporada prácticamente perdida, la gente salga a la calle y pague el precio completo?», se pregunta Kitty Chelala, directora general de Ba&sh en el sur de Europa. La marca asegura haberse puesto en manos de asesoría legal para saber si podrán llevar a cabo las ventas especiales, dedicadas a los clientes más fieles, que estaba preparando de cara al próximo viernes. «Es una especie de boicot a las tiendas a pie de calle, si en el online ponen descuentos, ¿en qué posición nos dejan? Es imposible competir», aduce Chelala.
Iris Ossorio, store manager de la tienda física que esta marca francesa regenta en el madrileño barrio de Salamanca, se muestra sorprendida ante la respuesta positiva de muchos clientes tras la reapertura de la tienda y asegura que el servicio de cita previa está funcionando bien. «Si se suprimen las rebajas o las ventas privadas nos haría daño porque mucha gente está esperando su llegada para hacer sus compras o incluso ha apalabrado llevarse determinada prenda cuando tenga descuento». Desde la firma de bolsos Made in Spain Möhel coinciden: «En España hay mucha tradición de rebajas y, según se va a acercando estas fechas, los clientes van limitando sus compras esperando los ansiados descuentos. Prohibir esta práctica pone en riesgo a muchas empresas, que esperan como agua de mayo hacer rebajas en las tiendas físicas para al menos para intentar salvar la temporada».
«Lo que se pierde favoreciendo las rebajas online es mi trabajo, la atención al público», explica Ossorio. Ese servicio se ve potenciado precisamente estos días, en los que en Ba&sh agendan a los clientes citas de dos horas y el trato que reciben es bastante similar al de ir de compras con un personal shopper. «No pueden tocar las prendas ni coger las perchas, es el dependiente quien se encarga en todo momento de la atención. Además desinfectamos las prendas tanto si se la llevan como si no. Si se la han probado, pero no la compran, además de la limpieza con vapor se deja en cuarentena hasta 48 horas», detalla.
A pesar de que las marcas pequeñas tienen más limitada su capacidad de hacer descuentos que los grandes gigantes del sector, muchas, como Möhel, están haciendo un esfuerzo desde el principio de la cuarentena. «Más que orientada a las ventas, es una estrategia para estar más cerca de todas nuestras clientas en estos difíciles momentos», dicen. Y terminan: «Si se limitan los descuentos supondrá el cierre definitivo de muchos negocios que actualmente están sobreviviendo como pueden».
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