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El fotógrafo de moda que durante seis años durmió a la intemperie

Mark Reay es un fotógrafo y modelo que se vio obligado a dormir durante seis años en la azotea de un edificio. Un documental cuenta su caso y reflexiona sobre lo engañosa que es la apariencia.

Mark Reay en la azotea en la que durmió durante seis años.
homme-less.com

En 2012 Mark Reay, fotógrafo y modelo, publicaba una foto en Facebook. Se trataba de un retrato a una persona que vivía en la calle. Nadie podía imaginar que él mismo tampoco tenía un hogar. A pesar de trabajar para revistas como Dazed & Confused y fotografiar eventos a los que acuden gente como Anna Wintour o Pharrel Williams, durmió durante seis años en la azotea de un edificio de Nueva York. Su historia ahora ha sido contada en el documental Homme Less, dirigido por su amigo Thomas Wirthensohn.

Mark Reay es un tipo apuesto que no aparenta los 56 años años que tiene. Si alguien se lo encuentra por la calle impecablemente vestido de camino al trabajo lo último que pensará es que uno de sus temores fue que un rayo acabase con su vida mientras dormía a la intemperie.

Después de graduarse en la Universidad de Charleston se lanzó a la aventura y comenzó a viajar por Europa y Estados Unidos, ganándose la vida como modelo y fotógrafo. Durante una mala racha, en la que los ahorros se agotaron y no tenía dinero para pagar un alquiler en Nueva York, a Mark Reay no le quedó más remedio que dormir en lo alto de uno de los edificios del East Village. Pensó que sería una situación que duraría sólo unos días.

A pesar de ganar unos 30.000 dólares al año le era imposible pagar un alquiler en la ciudad. Para guardar su equipo fotográfico y darse una ducha se apuntó a un gimnasio por 70 dólares al mes. Allí a veces lavaba su ropa y usaba los secadores de manos del cuarto de baño para no llevársela mojada.

Durante esos años, aunque salía vestido impecablemente a la calle, recurrió a toda clase de técnicas propias de alguien que no tiene un hogar para darse de vez en cuando un homenaje. Cómo esconder botellas de vino debajo de las verduras congeladas del supermercado para comprarlas frescas horas después. De esa forma podía tomarse un rosado fresco durante la cena.

Por correo electrónico Mark Reay nos cuenta que no ha conocido a fotógrafos que hayan vivido una situación similar a la suya, pero sí a modelos. De hecho, nos explica que cuando vivió en Milán en los años 80 había chicos que se colaban por la noche en una pensión porque no podían pagar la habitación. Incluso conoció a uno que vivía en el parque Sempione de la ciudad hasta que consiguió que le pagaran 10.000 dólares por un anuncio de Whisky.

Este profesional del mundo de la moda ya no vive en una azotea, pero sigue buscando una vivienda estable. Sobre su situación actual explica que “mi vida ha cambiado en general para mejor. La recompensa intangible de colaborar en una hermosa película es bastante edificante. Proporciona cierta satisfacción en la lucha por encontrar un significado a lo que he vivido. Ahora estoy esperando encontrar un agente y he comenzado una campaña para financiar un vivienda permanente en Nueva York vendiendo sesiones de fotos”.

Su amigo, el director Thomas Wirthensohn, cuando conoció su historia quiso contarla de inmediato. El documental está siendo presentado a varios certámenes y numerosos medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de la historia de Mark Reay.

Wirthensohn nos cuenta que una de las cosas que le llevaron a rodar Homme Less fue “la discrepancia entre la apariencia de Mark y la realidad que está viviendo. Está trabajando en la industria de la moda y como actor, dos mundos en los que el aspecto exterior es muy importante. Su caso muestra lo engañosa que puede ser la apariencia externa”.

Pero este director también explica que el caso de Mark es un buen ejemplo de algo mucho más inquietante: “la falta de vivienda no es sólo un problema para una pequeña minoría de personas que viven en las calles por un problema con las drogas o por enfermedades mentales. Con los costos de alquiler y la comida, los elementos básicos de la vida, en constante aumento y los ingresos estancados o en declive, cualquier persona puede carecer de una vivienda. Espero que la película conciencie sobre estas cuestiones e inicie un diálogo”.

La historia de Mark Reay parece demostrar que la industria de la moda en ocasiones no sólo vende lujo, sino que trabajar para ella en ocasiones también puede ser un lujo al alcance de unos pocos. Tal y como se explica en la propia web de Homme Less “la historia que cuenta este documental trata sobre la parte más vulnerable del sueño americano, el patio trasero de nuestra sociedad. La vida de Mark se erige como una metáfora de la lucha de la clase media que está desapareciendo en América”.

Para asearse utilizaba el baño de un gimnasio por el que pagaba 70 dólares al mes.

‘Homme Less’ está triunfando en multitud de festivales.

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