El artículo lo cambia todo
«Se dice las amigas a los grupos de mujeres que comparten una amistad irrompible, aunque a veces se rompa. Es una alianza intensa pero ligera, fiel, divertida».
Se dice “LAS amigas” y no “mis amigas”. Yo no lo sabía, soy veterana para eso, pero lo he descubierto espiando a otras chicas más jóvenes, más listas, más libres. Se dice las amigas a los grupos de mujeres que comparten una amistad irrompible, aunque a veces se rompa. Es una alianza intensa pero ligera, fiel, divertida. Todo está a salvo con LAS amigas, con ellas una puede meter la pata, refugiarse y cocinar, leer y criticar y echar la siesta y salir por la noche y escribir y decir tonterías y a veces enfadarse con LAS amigas.
Conocimos más a Tokischa gracias a la canción en la que Rosalía y ella pregonaban una diversión frivolona y pegadiza de la fiesta con las amigas. Y aquí la tenemos en portada, hablando con la escritora Gabriela Wiener en una conversación especial y bien enmarcada. Sí, Toki es la que se siente presidenta de su propia república, la que va sin brassier y manda sobre su cuerpo y su sexualidad, la que juega con amigas como Madonna. Porque la cantante dominicana ha logrado, desde el barrio y en el barrio y para el barrio, construir una comunidad de fans que la vitorea y otra de artistas que colabora con ella: Bad Gyal, Young Miko, Coi Leray, Rosmailin, Liss Doll.
Siempre me parecieron sospechosas aquellas chicas que decían bien alto que tenían más amigos que amigas, que no se encontraban cómodas entre mujeres porque eran más retorcidas que los hombres (sic). Hubo un momento en que aquello era cool, como decir que una no tenía tele o que no comía cocido. Ya no. En este número hablamos con la actriz Clara Sans, que cuenta a Beatriz García la seguridad que supuso para ella trabajar con Ana Rujas y Claudia Costafreda en la célebre serie Cardo, fruto precisamente de la conexión de sus dos creadoras.
La actriz Mia Khalifa, la mujer que se convirtió sin darse cuenta en la actriz más buscada de una plataforma de porno y que no puede recuperar el control sobre esas imágenes porque firmó un contrato sin leer la letra pequeña, explica a Raquel Peláez cómo ha sorteado la trampa haciéndose dueña de la narrativa de su propio cuerpo y creando proyectos complementarios, como su línea de joyas, que lanzó gracias al apoyo de su íntima amiga. También entrevistamos a Belén Cuesta, la actriz que se rifan en la industria y que aborda unos meses de estrenos tanto en cine como en televisión. Ella es parte de un grupo de creadores y artistas que fueron construyendo camino al mismo tiempo, y rememora para Ana Fernández Abad su historia desde que hace años se juntaban para crear proyectos locos. Las amigas, ya se sabe, no tienen por qué ser solo mujeres.
Dos días después de cerrar la portada de este número, regreso a uno mis lugares favoritos, el podcast Las hijas de Felipe, donde Ana Garriga y Carmen Urbita desgranan la vida cotidiana de las monjas del Barroco, y descubro que el nuevo capítulo de la temporada va justo sobre esto: La estrecha amistad que nos tenemos, se llama. Ellas han pasado un verano aciago donde las amigas salvadoras lo han sido todo. Me da mucho gozo y sosiego, como dirían ellas, escucharlas mientras vengo a escribir esta carta que recoge algo del sentir de esta revista, no todo, pero bastante del sentir colectivo de esas chicas a las que espío para sentirme yo también más joven, más lista y más libre.
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